Tras la tumba de Puimra arqueólogos mexicanos
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Las hipótesis del grupo mexicano han comenzado ya a trazar la historia de la tumba, la número 39 que se encuentra en el camino de las llamadas calzadas funerarias. De acuerdo con Arrache, la tumba de Puimra y de Senseneb funcionaba también como un templo que se encontraba en la ruta de la Fiesta del Valle, (celebración egipcia parecida al Día de Muertos mexicano).
México, D.F..- Luego de cuatro temporadas de trabajo, el grupo de especialistas mexicanos que restaura la tumba tebana de Puimra y de su esposa, Senseneb, en Luxor, Egipto, buscará este año el permiso gubernamental para realizar excavaciones y penetrar a las cámaras subterráneas, donde podrían encontrarse los sarcófagos de los personajes egipcios.
Gabriela Arrache, directora de campo del equipo de trabajo, señala en entrevista con Excélsior, que en septiembre u octubre próximos regresarán a Egipto para cumplir con la quinta temporada de labores, en la que esperan restituir cientos de fragmentos de los murales que revisten el complejo. Sin embargo, les preocupa la crisis mundial y la cotización del dólar, por lo que temen no realizar el viaje.
"La temporada 2008 ha sido una de las más intensas, trabajamos duro adentro y trabajamos duro afuera. Comenzamos la restauración de los murales, son unos murales bellos que están extraordinariamente sucios. Ha sido una labor cada vez más difícil y con lo del dólar quién sabe qué pase". Hasta el momento, el grupo no ha asegurado los pasajes de avión que los conducirá a Egipto.
Pero, de concretarse el viaje, el grupo espera realizar el sueño de casi todo arqueológo, excavar una tumba antigua de aquel país, uno de los bastiones arqueológicos más grandes del mundo.
En Egipto está prohibido excavar, "porque a todo mundo le gusta encontrar, pero no consolidar", dice la especialista.
"No hemos encontrado más que corredores que llevan a otras cámaras, pero estamos pidiendo este año autorización con base en que no podemos consolidar el monumento si no vemos lo que hay abajo, y creemos que serán las cámaras funerarias, en donde alguna vez estuvieron los sarcófagos, que muy probablemente estén saqueados".
Las hipótesis del grupo mexicano han comenzado ya a trazar la historia de la tumba, la número 39 que se encuentra en el camino de las llamadas calzadas funerarias. De acuerdo con Arrache, la tumba de Puimra y de Senseneb funcionaba también como un templo que se encontraba en la ruta de la Fiesta del Valle, (celebración egipcia parecida al Día de Muertos mexicano).
"Durante la Dinastía XI, la calzada funeraria pasaba enfrente de la tumba", ahí, sobre la explanada de unos 17 por 17 metros , paraba la Fiesta del Valle. "Ese día se llevaba la estatua sagrada al templo y se bebía y comía con singular alegría con los difuntos".
La conjetura ha sido reforzada por algunos pasajes que aparecen en las paredes de la tumba que muestran una procesión.
Durante la temporada 2008 los especialistas quitaron unas 600 toneladas de escombro que impedían apreciar la explanada en todo su esplendor. Ahora pueden asegurar que ahí se congregaba la gente para agasajar a sus difuntos sagrados.
Los expertos esperan dejar lista la tumba tebana en cuatro años, cuando se lleve a cabo el Congreso Mundial de Egiptólogos en El Cairo, pues Arrache señala que "sería una promoción magnífica para México inaugurar en esos momentos", ya que el trabajo que han realizado ha servido además como una vitrina para la conservación mexicana.
"El profesionalismo nos ha dado ya un lugar en el Consejo Supremo de Antigüedades. Al principio nos tenían un poquito de miedo, era la primera vez, decían, que México va a hacer, no era Alemania, Inglaterra o Estados Unidos, pero nuestros arqueólogos son mucho mejores que ellos, nosotros vivimos dentro de la arqueología y se han dado cuenta", señala.
Por ello, la posibilidad de que el permiso para excavar los pozos de registro sea otorgado por Egipto es amplia. Por lo pronto, los especialistas ya tienen trazado el plan de trabajo.
"(En la tumba) tenemos pozos que eran las entradas a las cámaras funerarias subterráneas, sabemos que ésta era de Puimra, el dueño del templo, la otra suponemos que era de su esposa, quien también era muy importante como él dentro del reino.
"En la división política estaba en primer lugar el faraón, el primer sacerdote y el segundo sacerdote, que era Puimra", aunque la historia aún no está completa y, sólo limpiando y restituyendo las pinturas, los expertos harán la reinterpretación de la escritura jeroglífica con la que se develará el misterio.