Un mal de todos los tiempos; Anorexia y Bulimia
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Buenos Aires.- De tanto en tanto, una nueva polémica foguea el tema de la anorexia y la bulimia en los medios: hace tres años fue la discusión acerca del índice de masa corporal de las modelos de la Pasarela Cibeles, la principal feria de la moda en España. Poco después, el foco se trasladó al Brasil con la muerte en Sao Paulo de una modelo de 21 años a causa de la estricta dieta que hacía para mantenerse delgada. Alguna publicidad que muestra a una "mannequin" ojerosa y de costillas marcadas desata, periódicamente, un escándalo.
Mucho se ha dicho acerca de la responsabilidad de la industria de la moda y los medios en patologías alimentarias como la anorexia y la bulimia mediante la promoción de un modelo de mujer-niña ultradelgada y abúlica.
En los últimos años se agregó un nuevo factor, los blogs "pro-Ana" (pro anorexia) o "pro-Mía" (pro-bulimia) donde las adolescentes intercambian "tips" y "dietas" para matarse -literalmente- de hambre, como la que sugiere "yosoylaprincesa" en su blog: desayuno, media taza de leche; almuerzo, agua "a más no poder" (si da hambre, caramelos "Ticktack"); por la tarde, cuatro galletas de soda y en cuanto a la cena, recomienda irse temprano para poder saltearla.
Sin embargo, ¿son estas patologías un signo de nuestros tiempos? ¿Aumentaron los casos en las últimas dos décadas? ¿Cuánto influyen los medios? No son preguntas de fácil respuesta, y tampoco los especialistas coinciden del todo.
Para empezar, hay muy pocas estadísticas sobre el tema; ni siquiera la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuenta con datos. Las respuestas de las organizaciones que luchan contra estos trastornos de la alimentación, como ALUBA en Argentina o ADANER en España, suele ser la misma: "Lamentablemente no contamos con cifras oficiales, aunque llevamos años pidiendo que se publiquen".
En forma aislada, se realizan algunas proyecciones: un estudio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indicó en 2007 que alrededor de 200.000 mujeres mexicanas de entre 18 y 40 años sufren de anorexia.
La mayoría de los estudios disponibles proceden de Estados Unidos. Según la Asociación Nacional de Anorexia Nerviosa y Desórdenes Alimentarios Asociados (ANAD, por sus siglas en inglés), por ejemplo, los desórdenes alimentarios alcanzan "niveles epidémicos" en Estados Unidos, con siete millones de mujeres y un millón de hombres afectados.
Sin embargo, en lo que sí coinciden los especialistas es que las patologías alimentarias como la bulimia y la anorexia responden a una multiplicidad de factores individuales, familiares y socioculturales que, combinados, y no de forma aislada, vuelven a una persona más vulnerable a sufrir un trastorno de la alimentación.
De acuerdo con la Academia de los Trastornos de la Alimentación (AED, por sus siglas en inglés), una organización internacional de profesionales dedicados a la investigación y el tratamiento de estos problemas con sede en Estados Unidos, se han descrito casos de anorexia nerviosa a lo largo de la historia en distintos contextos culturales, datando las primeras descripciones médicas del siglo XIX. El número de nuevos casos se incrementó hasta los años 70, pero desde entonces se mantuvo estable. En cuanto a la bulimia nerviosa, indica que se trata de un desorden más novedoso y que se registró un aumento dramático de casos entre los años 1980 y 1990.
"Lo que percibimos actualmente es una mayor cantidad de consultas, pero no sabemos con exactitud si es que hay más casos o antes eran los mismos pero se consultaba menos", afirmó el psicólogo Marcelo Bregua, coordinador general de Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA), institución de referencia en la lucha contra estos trastornos alimentarios en Argentina, un país caracterizado por sus altas exigencias estéticas. De hecho, una encuesta realizada recientemente por la consultora DAlessio Irol arrojó que el 95 por ciento de las argentinas no está conforme con su imagen.
"Lo cierto es que Galeno (siglo II DC) ya hablaba de patologías alimentarias. En la Grecia clásica o en el Barroco no había Internet, ni televisión, pero había patologías alimentarias. Incluso nuestras abuelas siempre nos hablaban de alguna amiga que no comía, lo que pasa es que antes ante estos cuadros no se consultaba", señaló el especialista.
Según datos de la AED, los trastornos de la alimentación se dan de forma predominante en mujeres. Entre el 0,3 y el 1 por ciento de las mujeres jóvenes sufren de anorexia nerviosa (lo cual la convierte en una patología tan común como el autismo), mientras que entre el 1 y el 3 por ciento de las mujeres jóvenes padecen bulimia nerviosa.
"Los medios son los emergentes de un tipo de sociedad. En este sentido, no creo que los medios o la moda sean factores que predisponen, sino en todo caso de mantenimiento: a las personas que ya tienen un factor de riesgo las llevan a perpetuar los síntomas, potencian la parte negativa sintomatológica. De hecho, se realizaron encuestas a las puertas de los negocios de ropa preguntándoles a las mujeres si habían conseguido talle. Las que tienen una patología sienten que tienen que adaptar su cuerpo a los talles; las que no, se quejan o dicen simplemente 'qué locura estos talles", graficó Bregua.
De acuerdo con la AED, la anorexia nerviosa tiene una de las tasas de mortalidad más altas y la tasa de suicidio más alta entre los desórdenes psiquiátricos. El riesgo de muerte es tres veces mayor que en el caso de depresión, esquizofrenia o alcoholismo, y 12 veces más alto que el de la población en general. De hecho, más del 10 por ciento de las mujeres con anorexia nerviosa muere debido a causas relacionadas con la anorexia, en especial por las complicaciones derivadas de la inanición o por suicidio.
"Sólo una minoría de las jóvenes presentan este tipo de dificultades, aunque lascifras van en aumento peligrosamente", señaló por su parte la psicóloga Diana Guelar, una de las directoras de la Fundación La Casita para el Desarrollo de Jóvenes y Adolescentes de Buenos Aires, que trata a unos 400 pacientes con trastornos alimentarios al año.
"La edad de consulta ha ido bajando en los últimos años. Ahora vienen niñas de 11 y 12 años, con una problemática con su cuerpo que no es esperable hasta los 14 ó 15", afirmó. Para ella, está claro que hay un contexto sociocultural que premia la delgadez y tiene prejuicios contra la gordura. Si bien esto no es reciente, va en aumento en los últimos 30 años", afirmó.
Para Guelar, si bien la "presión social" no tiene la culpa de todo, influye como desencadenante. "La sociedad comunica claramente que el papel más importante de la mujer es ser atractiva físicamente, y los medios perpetúan y refuerzan esta idea sugiriendo que la totalidad de la mujer se expresa casi únicamente a través de la imagen corporal.
Pero a la vez, si es muy atractiva, recae sobre ella la sospecha de que es poco inteligente", apuntó Guelar, que añadió: Si a esto le sumamos que el modelo estereotipado es el de una adolescente casi púber, una mujer exitosa en la sociedad occidental no sólo no debe desarrollar un cuerpo femenino con formas propias de la mujer sino que tampoco está permitido crecer, madurar y envejecer naturalmente".
Muy lejanos ya parecen haber quedado los tiempos en que una cerveza se publicitaba en la revista argentina "Caras y Caretas" en 1933 con una mujer que decía: "Estoy tan sola e infeliz. Nadie quiere una mujer tan delgada". Y otra, visiblemente más rellenita, le contestaba: "Ya no hay necesidad de seguir siendo delgada. Tomando cerveza con malta podrás ser como yo".