¡Vuelan plumas! A las Aguilas les queda uno y medio...
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Morelia, Mich.- Y la fortuna volteó una bofetada al águila en la noche más triste de "El Ruso". América se arrastró por el Estadio Morelos sin el fuego que los tiene metidos en la final de la Sudamericana y terminó perdiendo 3-0.
Lo peor es que cayó ante un rival que parecía más temeroso de la visita de los emplumados que de sus propios alcances. De ahí, la ansiedad de David Patiño en el banquillo local, suplicante porque el árbitro pitará el final con el 3-0 en favor, a pesar de que su equipo podría haber terminado, de proponérselo, con una goleada aún mayor.
Daniel Brailovsky sufrió una exhibición táctica ante un novel estratega, que ni siquiera alineó a Fernando Arce en la primera mitad, su hombre más desequilibrante. No precisamente por la desventaja, sino por la nula capacidad de respuesta ante el desastre que con el tiempo acumulaban sus Aguilas.
Basta decir que Morelia hizo tres goles, una proeza si se toma en cuenta, no al rival capitalino, sino que los purépechas no lo hacían desde hace casi 11 meses, (fecha uno del torneo anterior, cuando ganaron 3-1 al Atlante).
Anoche, América no sólo no supo cómo contrarrestar, ni evitar la goleada.
Dos disparos al travesaño defendido por Moisés Muñoz enseñaron quien sería el consentido de la noche moreliana, mientras Ochoa hacía un berrinche contra el césped, luego de que Horacio Cervantes partió el ensalsado orgullo del arquero nacional con un simple punterazo para la ventaja monarca, cuando no se había completado la media hora del primer tiempo y los de casa llegaban apenas por segunda vez.
Oficialmente, la zaga americanista tenía la mente en otro lado, quizá en Sudamérica. Sino, basta preguntar a Duilio Davino, con todo y su largo andar futbolístico, cómo no le bastó perderse en la marca en el segundo tanto michoacano, en el que Mauricio Romero le ganó posición y remate, y en el tercero, como mero observador del cabeceo de Luis Angel Landín ante un centro de Diego Martínez que lo techó para decretar el 3-0.
El regreso al Azteca obliga a los emplumados a ganar por la misma diferencia que recibieron anoche.