Yanquis se benefician por camada de pitchers jóvenes
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<strong>Neva York, EU</strong>.- Era la primavera del 2005. Steve Lemke, un cazatalentos de los Yanquis, estaba de gira en el centro de Estados Unidos para observar prospectos. Joba Chamberlain no estaba en su lista.
Chamberlain no empezó a lanzar hasta su último año de secundaria en el estado de Nebraska, tenía problemas de sobrepreso y ningún equipo lo había seleccionado en el 'draft'.
Aborigen de la tribu Winnebago en Nebraska, Chamberlein pasó su primer año de estudios superiores en una institución poco conocida antes de matricularse en la Universidad de Nebraska.
Pero Lemke tomó apunte al ver al corpulento derecho con su repertorio de rectas y sliders. De inmediato, llamó a sus jefes para informarles de un hallazgo especial en su gira por ocho estados.
``De cierta manera nos cayó del cielo'', dice Lemke.
Cuando los Yanquis se ven en problemas, la solución fue desprenderse de prospectos a cambio de veteranos establecidos con vitrinas llenas de premios y numerosas participaciones en Juegos de Estrellas.
Este año, en cambio, el equipo de Nueva York cambió de filosofía y recurrió a sus sucursales por jugadores que nadie se había enterado que existían, ascendiendo a pitchers como Chamberlain, Ian Kennedy y Phil Hughes.
Todos se adaptaron perfectamente con sus compañeros más jóvenes, como los dominicanos Melky Cabrera y Robinson Canó, así como demás veteranos, para conformar una nueva clase de Yanquis, aportándole al club una vitalidad juvenil que había carecido durante una década.
``Esto es algo excitante. Considerando todo el tiempo que llevo aquí, esta camada de brazos jóvenes ha salido de la nada'', señaló el piloto Joe Torre.
Como el dueño George Steinbrenner y cualquier fanático de los Yanquis puede enfatizar, aunque Nueva York aparece por 13er año seguido en la postemporada, el equipo no gana la Serie Mundial desde el 2000.
Sucumbieron en el último inning del clásico otoñal del 2001 ante Arizona. Después se produjo la eliminación en primera ronda ante Anaheim al año siguiente, la caída ante Florida en la Serie Mundial del 2003, el colapso frente a Boston en la serie de campeonato de la Liga Americana en el 2004 y el adiós en primera ronda ante los Angelinos y Detroit en las últimas dos temporadas.
Lucieron viejitos y frágiles, sobre todo en pitcheo. Se hablaba más de lesionadoss que la efectividad. Todo empezó a cambiar este año.
``No estaríamos aquí sin los juveniles'', declaró Alex Rodríguez. ``Se merecen mucho crédito. La energía que nos inyectaron era lo que exactamente necesitaba este equipo''.
Chamberlain y Kennedy tienen 22 años y Hughes apenas es de 21.
Cabrera, quien acaba de cumplir los 23, le quitó la titularidad a Johnny Damon en el bosque central. Con sus 24 años, Canó ya es un veterano desde que en el 2005 se apoderó fijamente del puesto en la intermedia. Y Chien-Ming Wang, con 27, subió al equipo grande hace tres temporadas.
El coach de tercera base Larry Bowa resalta la manera cómo Canó, Cabrera y Shelley Duncan --un novato con 28 años-- celebran en la caseta tras un jonrón.
Según Bowa, los veteranos se contagiaron con ese entusiasmo.
``Quizás se habían olvidado de divertirse como lo hacían antes y ahora ven a estos chicos haciéndolo, bromeando siempre, sin miedo de expresar sus emociones'', dijo Bowa. ``Hay algunos veteranos, particularmente sin son de la vieja guardia, que son reservados.
Ahora ven a estos chicos y se acuerdan de cuando ascendieron por primera vez. Corren con todo ante cualquier roletazo, van de primera a tercera. No importa lo que diga la pizarra. Con esos chicos, nadie se rinde hasta que sea el último out''.
Los resultados han sido notables.
Por ejemplo, Chamberlain debutó el 7 de agosto y cerró con marca de 2-0, un rescate y 0.38 de efectividad y 34 ponches en 24 innings.
Hughes, tras una lesión que lo marginó en abril, redondeó una foja de 3-0 y 2.66 de efectividad en sus últimas cuatro aperturas.
Kennedy, un pitcher con la precisión al molde de Mike Mussina, se bautizó en las mayores el 1 de septiembre y acabó 1-0 con 1.89 de efectividad en tres salidas.