Cientos de indignados apoyan en Madrid a los detenidos de Yo no pago

Madrid. Unos doscientos indignados se manifestaron a las ocho de la tarde del jueves en la Puerta del Sol para solidarizarse con los miembros del movimiento Yo no pago detenidos la noche anterior por colarse en la estación de metro de Tirso de Molina. Pero tenían más motivos. "Nos manifestamos también contra la línea represora de Cristina Cifuentes, la nueva delegada del Gobierno", explicaba Ramón, de la Oficina de Vivienda del 15-M. "Y por el desalojo ilegal de Corredera de San Pablo", añadía.

Algunos de los manifestantes del Yo no pago, un grupo que se inspira en un movimiento semejante surgido en Grecia el año pasado a raíz de la subida del transporte público, denunciaron ayer a través de la página web de Acampada Sol haber sufrido "una brutal, feroz y desproporcionada represión" por parte de los agentes de la Unidad de Intervención Policial la noche anterior.

Congregados alrededor de la estatua de Carlos III, los indignados intentaban combatir el intenso frío de la noche entre proclamas: "Detenidos, absolución" o "Delegada dimisión". Después de aparcar sus furgonetas por las calles aledañas, decenas de agentes de la Unidad de Intervención Policial rodeaban la céntrica plaza acercándose cada vez más al grupo. "La policía viene con ganas. Con el nuevo Gobierno tienen carta blanca porque saben que su electorado les respalda", comenta Carlos (nombre ficticio), de 28 años. De repente, uno de los agentes se acerca a ellos y, según cuenta Ramón, les dice: "Os vamos a permitir dar un paseo por la zona peatonal, pero si salís de la calzada se aplicará la legislación vigente".

 

Los convocados dieron un par de vueltas alrededor de la famosa estatua bajo la atónica mirada de turistas y viandantes. En el suelo, los carteles con el rostro de Cristina Cifuentes; en el aire, unos cuantos globos de colores. A las nueve y media el frío se hace insoportable y el grupo empieza a dispersarse. "Como no nos vayamos la gente se va a pillar una neumonía", le dice un amigo a otro. Los antidisturbios, sin embargo, permanecen en la plaza y en los alrededores, expectantes a que en cualquier momento la indignación se vuelva a instalar en la Puerta del Sol.

En libertad una detenida

Una de las cinco personas detenidas ayer por la tarde durante la protesta protesta del movimiento Yo no pago en el metro de Madrid es una joven menor de edad -tiene 17 años- que fue puesta en libertad poco después de su arresto, ha informado un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Los otros cuatro siguen detenidos, acusados de resistencia, desobediencia y atentado contra un agente de la autoridad, al igual que la menor. Ellos son todos varones, españoles y con edades comprendidas entre los 19 y los 42 años.

Se trata de Adrián A. A., de 19 años, David S. L., de 29, Andrés D. C., de 31, y José Oscar, de 42. Los dos últimos tienen con antecedentes policiales, el primero de ellos un arresto por desórdenes públicos durante una de las protestas del movimiento indignado en mayo de 2011 y otro, por robo con violencia. Han pasado la noche en la Brigada Provincial de Información de Moratalaz, donde prestarán declaración a lo largo del día. Está previsto que pasen a disposición judicial mañana viernes.

El respaldo de la delegada

Al igual que hizo nada más tomar posesión del cargo, que coincidió con la primera protesta de este movimiento, la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, ha subrayado su "respaldo" a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en el cumplimiento de su deber y aplicación de la Ley, como a su juicio "ocurrió ayer". La delegada ha reiterado que la actuación de la Policía "va a ser que se cumpla la Ley", de obligado cumplimiento "para todos", informa Efe.

Cifuentes ha explicado que los incidentes se desencadenaron cuando un grupo de personas entró en el metro sin pagar y "ofreció resistencia a la autoridad" cuando se les quiso identificar "a los exclusivos efectos" de ponerle la correspondiente sanción administrativa. La delegada ha hecho hincapié en que no fueron arrestado "por entrar en el metro sin pagar, sino por resistencia a la autoridad e impedir que se les pudiera identificar para imponerle una sanción administrativa".



Los arrestos se produjeron en el transcurso de la protesta en la que varias decenas de personas se colaron sin pagar. Primero lo intentaron en Sol a las 19.15, lo que fue impedido por la policía, que había desplegado en la zona un fuerte dispositivo con una veintena de furgones de la Unidad de Intervención Policial. A continuación, los manifestantes (que al principio fueron medio centenar y después unos 200) se dirigieron a Opera, pero cambiaron el rumbo y acudieron a Callao y desde allí a Lavapiés, seguidos de cerca por los antidisturbios. Al llegar a la estación de Tirso de Molina, donde no había presencia policial, medio centenar de personas se coló al grito de "¡Yo no pago ni su crisis ni su deuda!", "que pague Urdangarin", "que pague Botella", y animaron a los usuarios a no pagar.

Se montaron en un tren y salieron en la Gran Vía, desde donde se dirigieron a Sol por Montera y a mitad de la calle fueron cercados por los antidisturbios. Allí se produjeron las detenciones por resistencia y desobediencia a la autoridad, según la policía.

La acción, convocada a través de las redes sociales, Barcelona, era una segunda edición de la primera protesta, el 15 de enero, en la que unas treinta personas se colaron en la estación de metro de Callao y tres personas fueron detenidas y puestas en libertad al día siguiente. El movimiento Yo no pago nació en diciembre de 2011 inspirado en un movimiento semejante, Den Pliróno, surgido en Grecia a raíz de la subida del precio del transporte público.

¿Quién está detrás?

La cadena SER Madrid cuenta que es un vizcaíno de 30 años llamado Alex, que considera que el 15-M "se ha quedado corto". Por eso ha fundado este grupo, que tiene como objetivo dar un paso más y convertir la indignación en "acciones directas".

Su objetivo es llamar la atención para denunciar que se están "robando los derechos" de la ciudadanía. "Sólo queremos llamar la atención. Recurrimos a este tipo de desobediencia civil porque el grado de cabreo ha llegado a tal punto de que nos tenemos que rebelar", declara a la cadena.