Ella es Paulina Padilla, la fotógrafa saltillense que captura la belleza del mundo natural desde México hasta África
La estudiante de arquitectura y apasionada fotógrafa de la naturaleza, comparte su visión única del mundo, destacando la importancia de la conservación ambiental a través de sus imágenes
En un mundo donde la belleza de lo natural está cada vez más amenazada por la mano humana y la virtualidad, Paulina Padilla Uribe, de 24 años, retrata al planeta con su cámara y busca crear conciencia sobre su fragilidad.
Comenzó a explorar el mundo de la fotografía de la mano de su padre en 2018. Este pasatiempo en común les ha permitido recorrer diferentes rincones del planeta para capturar la diversidad y la belleza de los ecosistemas: majestuosas montañas, océanos profundos, selvas imponentes, inhóspitos desiertos.
“Fue así como empecé a valorar lo que tenemos”, señala la fotógrafa, quien ha viajado a diferentes partes de África, así como Ecuador, Brasil y, por supuesto, muchos rincones de México.
Los animales son enigmas en sí mismos. Y se ha encontrado con algunos increíbles. Como las ballenas jorobadas, que le permitieron hacer una serie —a la cual pertenecen algunas de las obras que su amigo, el ilustrador Alex Carrillo y otro miembro del Círculo de Oro 2023, reinterpretó en su exposición “Kyomu” en Mansión Bravos— y está gestionando un taller de fotografía para llevar a más personas a conocerlas y capturar su belleza.
Actualmente, Paulina se encuentra estudiando arquitectura, un campo que comparte similitudes sorprendentes con su pasión por la fotografía. Sueña con compaginar su profesión con su vocación, aunque ya ha comenzado a identificar los puntos donde ambas expresiones artísticas se tocan.
“Me encanta compartir lo que voy explorando con la gente y crear conciencia de lo que tenemos. He tenido la oportunidad de fotografiar diferentes animales en peligro de extinción y, la verdad, es que creo que es una manera de hacerle ver a la gente lo que tiene y por qué hay que cuidar lo que ya tenemos”, explica.
Reconoce que si bien no es fácil practicar la fotografía de naturaleza, precisamente por ello es que desea seguir dando a conocer su trabajo y con ello la vida de las especies animales que ha podido capturar con su lente.
Con esta misma intención es que expuso junto a su papá en la muestra “Historias de aves” en el Museo de las Aves de México, la cual no solo da cuenta de las diferentes especies con las que se han encontrado, sino también del recorrido que como padre e hija han realizado, unidos por su amor por esta disciplina y la biodiversidad con la que interactúan.
Asimismo, es un registro del trabajo y la paciencia que implica este arte, pues aunque en muchas ocasiones la escena perfecta sucede de forma espontánea, en otras hay que buscarla, esperar, darle tiempo al animal para que se sienta cómodo o se coloque en la posición perfecta. Ahí es donde radica una de sus dificultades.
En un mundo donde cada día es más importante concientizar sobre la conservación del medio ambiente, Paulina Padilla se destaca como una embajadora visual de la naturaleza. Sus fotografías no solo capturan la belleza de nuestro planeta, sino que también nos recuerdan la responsabilidad que compartimos de protegerla y preservarla para las futuras generaciones.
“Me encanta pensar que la fotografía es para todos, si te interesa está al alcance de cualquier persona y es una manera de ver con otros ojos lo que tenemos a nuestro alrededor”, concluye.
El poeta y cineasta de Saltillo, explora la conexión entre ambas artes, impactando con obras que revelan paisajes, disidencia y su propia transición de género
María Fernanda creció en el seno de una familia emprendedora. En su juventud ya era empresaria, actualmente estudia cosmetología y busca concluir nuevos productos y posicionarse dentro del mercado.
Descubre la trayectoria de Ángela Ruiz, prometedora arquera de Saltillo que aspira a brillar en los Juegos Olímpicos Paris 2024, tras éxitos en competiciones internacionales
Desde niña estuvo rodeada de personas altruistas. En su adolescencia, todo lo aprendido empezó a florecer y se convirtió en una inspiración para otros jóvenes. Su principal preocupación son los problemas medioambientales
Muchos recuerdan la película “Billy Elliot”, en la que un niño descubre por azar el ballet y decide practicarlo porque le parece divertido y emocionante. Algo similar le ocurrió a Edwin Said González a los siete años, cuando llegó a la Escuela Profesional de Danza Coahuila
Descubre cómo tres ingenieras biomédicas de Saltillo, Gaby, Miriam y Karina, innovan con órtesis personalizadas, mejorando vidas de las personas con discapacidad con su startup CAPTA