Enfoque y perseverancia, las claves para cumplir los sueños: Los Cedillo de Saltillo
Dos hermanos que encontraron en su gusto por la música una carrera profesional, saben que el éxito se forja con esfuerzo y un objetivo puesto. En un futuro, coinciden en visualizarse como un grupo norteño de renombre internacional
A su corta edad, los hermanos Leonardo y Damián, gozan de fama y prestigio que les ha dado ser “Los Cedillo de Saltillo”. Descendientes de familias talentosas, son la segunda generación que se abre paso en el mundo del espectáculo, mientras buscan el equilibrio en la transición a la adolescencia.
Leonardo tiene 12 años de edad, es el acordeonista del grupo y es un joven que encuentra el equilibrio entre la diversión de salir con los amigos, y estar en casa. Damián es el más pequeño, tiene 10 años de edad y se reconoce como un artista del dibujo y el canto. Es quien interpreta melodías, y toca el bajo quinto en la agrupación.
“Nosotros cantamos desde pequeños”, comenta Leonardo. El gusto por la música es generacional. Su abuelo Eleazar Valdés es acordeonista. De niño, subía al transporte público para interpretar melodías y ganarse unos pesos. El gusto por la música le hacía agarrar su acordeón y eso atrajo a Leonardo, quien a los nueve años aprendió del abuelo a tocar el instrumento.
“Me llamaba la atención y me enseñó a tocar las mañanitas para mi mamá”, dijo Leonardo. Hasta ese momento, nada hacía advertir que al paso de los años, sus nietos serían seleccionados en un concurso televisivo de talentos que les abrió las puertas al mundo del espectáculo.
La idea de ser un grupo no cruzaba por la mente de nadie, hasta que un día, el abuelo escuchó a Leonardo, a Damián y a la madre de ambos, en acordeón, voz y guitarra, respectivamente, interpretar una melodía. “Deberías llevártelos a una plaza para que saquen dinero y ellos tengan dinero para gastar”, sugirió el abuelo.
DE ARTEAGA A LA VOZ KIDS
Los Cedillo tienen sus inicios en el año 2020. La plaza pública del Pueblo Mágico de Arteaga, en el Sureste de Coahuila, fue su primer escenario. Su primer reto fue la emergencia sanitaria por COVID-19, poca gente salía, pero ellos captaban la atención de los paseantes y hasta llamados de atención tuvieron porque era tanto su público que contrariaba la sana distancia requerida para evitar contagios.
“Yo me acuerdo que cuando cantábamos en la plaza de Arteaga nos decían: ¿cómo se llaman?, y nosotros les decíamos que no teníamos nombre. Ya cantando y sin nombre”, recuerda Damián.
Una vez que se percataron que su espectáculo era del gusto de la gente, las ganancias que eran para gastar, fueron destinadas al pago de clases. Leonardo se especializó en el acordeón, y Damián comenzó con el bajo quinto. Su primo, Roberto Garza, también fue inscrito en clases para tocar la batería, pese a que en principio se negaba, y desde hace un año, Juan Arellano se integró a la agrupación en el bajo sexto.
Leonardo y Damián son la segunda generación de su familia en incursionar profesionalmente en la música. Otro pariente, el tío Daniel, aprendió igual, hoy es acordeonista en un grupo musical, pero Damián asegura que los consentidos del abuelo, son él y su hermano. “A veces va a nuestros eventos, y grita: ¡Esos son mis nietos!”.
Una corazonada de su madre la llevó a inscribirlos en las audiciones del show de talentos “La voz”, y recibieron el llamado. “Yo me emocioné porque desde chiquito quería ir (al concurso)”, detalló Leonardo. “Yo me emocioné, pero sentí mucho miedo, dije: ¡no manches, ¿y si me equivoco en medio del escenario?!”, confesó Damián.
La fama no es algo que pese en este momento a “Los Cedillo”. “Bien chido, de hecho ahorita que salimos nos pidieron tomarse una foto con nosotros en el centro”, relata Damián, a quien le hace feliz que las personas se sientan felices de tener una fotografía con él y su hermano.
Tampoco es algo que los desoriente. Ambos saben que el camino apenas comienza, y que el éxito se forja con esfuerzo. Desde sus diez años de edad, Damián no echa en saco roto la frase de la muñeca Barbie, “sé lo que quieras ser”. “Yo les diría que se enfoquen en lo que ellos quieren para poder lograrlo, porque si no se enfocan no van a poder hacerlo, pero todo se cumple”.
Leonardo también considera que no hay imposibles. “Que le echen ganas, porque sí pueden lograr sus metas”, sugirió. Prueba de ello es el llamado que le hicieron para participar en el rodaje de una película que se desarrolló en Saltillo y que trata de la vida de un productor de cine que de niño fue víctima de acoso escolar. “Fue padre, aunque salí de fondo, estuvo muy bien la experiencia”, dijo.
SIN MIEDO AL ÉXITO
En ese tema tan sensible para muchos niños y adolescentes, los hermanos mencionaron que nunca han sufrido de bullying, que con la llegada de la fama sí han llegado algunas envidias, pero ambos, han sabido no permitir que crezcan. “Yo ignoro, es su problema, no mío”, dice Damián. Leonardo por separado es más tajante. “Apenas quieren comenzar, y no lo permito”, aseguró.
“Los Cedillo” no se quedan solo en el escenario musical, donde ya son conocidos por reconocidos artistas del regional mexicano que les han tomado cariño y que ven en ellos una promesa. También se han sometido a castings para obtener papeles en teleseries, aunque por el momento no han logrado colocarse en este giro artístico.
Los ahijados del reconocido dueto “El Palomo y el Gorrión”, fueron también los consentidos de Humberto “Fito” Galindo, autor oriundo del municipio de Zaragoza, Coahuila, quien escribió muchos de los éxitos de Vicente Fernández y Alicia Villarreal. Lo conocieron en un aniversario de Saltillo y le cantaron uno de sus temas, “Se vende un caballo”, desde ahí les tomó cariño.
Antes de morir, les prestó un tema inédito que se llama “Viva mi México”, el cual tardó 30 años en componer, y partió sin poder escuchar la versión de “Los Cedillo”, quienes la interpretaron el día de su sepelio. Han compartido escenario con Pesado y Los Tigres del Norte, y este noviembre estrenaron otro tema del autor coahuilense, “Frente a Frente”.
Leonardo y Damián están en la transición de niños a adolescentes. Como todos a esa edad, hay días que prefieren bajar el ritmo, pero el objetivo de ambos está puesto en que en algunos 10 años, “Los Cedillo” sea una agrupación de regional mexicano con amplia trayectoria y con reconocimiento internacional.
El poeta y cineasta de Saltillo, explora la conexión entre ambas artes, impactando con obras que revelan paisajes, disidencia y su propia transición de género
María Fernanda creció en el seno de una familia emprendedora. En su juventud ya era empresaria, actualmente estudia cosmetología y busca concluir nuevos productos y posicionarse dentro del mercado.
La estudiante de arquitectura y apasionada fotógrafa de la naturaleza, comparte su visión única del mundo, destacando la importancia de la conservación ambiental a través de sus imágenes
Descubre la trayectoria de Ángela Ruiz, prometedora arquera de Saltillo que aspira a brillar en los Juegos Olímpicos Paris 2024, tras éxitos en competiciones internacionales
Desde niña estuvo rodeada de personas altruistas. En su adolescencia, todo lo aprendido empezó a florecer y se convirtió en una inspiración para otros jóvenes. Su principal preocupación son los problemas medioambientales
Muchos recuerdan la película “Billy Elliot”, en la que un niño descubre por azar el ballet y decide practicarlo porque le parece divertido y emocionante. Algo similar le ocurrió a Edwin Said González a los siete años, cuando llegó a la Escuela Profesional de Danza Coahuila