Said González: el saltillense que conoció el ballet por casualidad y ahora baila en la English National Ballet y Bellas Artes
Muchos recuerdan la película “Billy Elliot”, en la que un niño descubre por azar el ballet y decide practicarlo porque le parece divertido y emocionante. Algo similar le ocurrió a Edwin Said González a los siete años, cuando llegó a la Escuela Profesional de Danza Coahuila
Destino, fortuna, buena estrella. Se puede nombrar de muchas formas a ese momento que nos coloca en el camino correcto. Un día, los maestros Maribel Lugo y Rodolfo Moreno fueron a la escuela primaria Anexa e invitaron a varios niños a formar parte de su instituto de baile, entre ellos estaba Jaimir, el hermano de Said.
SAID GONZÁLEZ LOZANO
Said González Lozano
Apenas cursaba el segundo grado de primaria, por ello Edwin Said González Lozano no fue invitado a tomar las clases de danza clásica, pero el pequeño quería acompañar a su hermano, así que convenció a los maestros para que lo aceptaran. Así fue como el futuro bailarín de la English National Ballet y la Compañía Nacional de Danza se topó por primera vez con el ballet.
”Lo veía como una actividad extra, para despejarme. En ese entonces los ejercicios eran sencillos, de coordinación. Nos ponían a caminar como patitos, a saltar como canguros, así que lo veía como un juego, no como una clase de ballet”, recuerda el joven de 23 años, que ahora reside en la Ciudad de México.
”Empecé a tomarle el gusto a las clases, a los ejercicios. Empecé a conocer, a vivir el ballet y cada vez me gustaba más. Luego fuimos a competencias y festivales. Ver a niños que hacían lo mismo que yo, a los bailarines profesionales, todo eso me iba llenando”.
Y si bien fue compañero de Jair durante más de siete años, al final Said fue quien decidió convertirse en un bailarín profesional, por lo que ingresó a la Escuela Superior de Danza de Monterrey para estudiar la Licenciatura en Danza Clásica, Plan Especial para Varones. Ahí tomó conciencia de que el asunto iba en serio.
EL PRIMER COAHUILENSE EN OBTENER UNA PLAZA
Los concursos son parte de la vida de los ejecutantes de alto rendimiento. Said ha participado en muchos, en los que ganó reconocimientos y premios. El más importante fue la beca que le concedió la English National Ballet School en 2018. Cientos de jóvenes de todo el mundo audicionan para ocupar uno de los treinta lugares que abre cada año esta compañía, una de las más relevantes del mundo, y por primera vez un coahuilense logró conquistar una plaza.
”Fue muy emocionante, porque es una escuela de ensueño. Se vive mucha presión, te tienes que adaptar a nuevos maestros y compañeros, otros estilos de baile, distintos repertorios. Hay mucha presión, de alguna forma sientes que representas a tu escuela, a tu país, y que hay que poner esos nombres en alto.
”Cuando pasé a la compañía (del English National Ballet) me encontré que es un ambiente muy distinto trabajar con profesionales que están en el top. Además, bailas en escenarios con públicos mucho más especializados, hay una presión de que a la gente le guste la actuación, de estar a la altura. Es una presión muy fuerte, pero que dio resultados y se disfrutó mucho”, rememora el bailarín que, durante su paso por tierras británicas, fue parte de las producciones “Raymonda” y “El Cascanueces”.
En un día normal, Said dedica entre siete y ocho horas diarias a su rutina de entrenamiento y ensayos con la Compañía Nacional de Danza. El cansancio, las largas jornadas, estar separado de la familia, todo se olvida cuando llega el momento de subir al escenario.
”En el escenario se reflejan el trabajo, los ensayos, todo lo que has puesto en pie hasta el momento de la función. Son muchas emociones. Cuando estás en el escenario, lo que sigue es meterte en el papel, estar consciente del espacio y disfrutarlo, porque trabajaste mucho para llegar ahí”.
Hasta el momento, el papel favorito del bailarín es Sigfrido de “El Lago de los Cisnes”, pero en el futuro le gustaría interpretar piezas que no estén “cien por ciento en la línea clásica, que sean más contemporáneos”. A su mente viene el nombre del británico Akram Khan, uno de los coreógrafos más innovadores de la actualidad.
DE LA COLONIA MORELOS A BAILAR EN EL PALACIO DE BELLAS ARTES
A los 23 años el porvenir es una página por escribir. A Said le gustaría subir de categoría en la Compañía Nacional de México, trabajar en el extranjero, ser primer bailarín.
”Todavía queda mucho por delante y es importante tener claro lo que buscas y trabajar día a día. Esta es una carrera que no se puede dejar a un lado, todos los días te demanda un alto desempeño, como es una profesión que depende de ti, se necesita mucha disciplina y constancia. Quiero evolucionar como artista y ser humano, que cada rol que llegue a interpretar sea de la mejor manera, llenar el papel completo para ser bailarín de excelencia”.
Cuando Said se toma un momento para pensar en lo que ha logrado durante estos años, en cómo un niño de siete años pasó de jugar en las calles de la colonia Morelos a pisar las aulas de la English National Ballet School y bailar en el Palacio de Bellas Artes, también piensa en su familia y en los maestros que lo acompañaron en este camino. “Me emociona que mis papás me hayan llevado súper chiquito a una clase de ballet y que ahora me vean en el escenario. Es una sensación muy bonita”, concluye.
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