La importancia de enseñar un futuro inclusivo

Hilda Xóchitl Cabrera Hernández tiene casi 30 años de experiencia en educación inclusiva, dedicada a apoyar a niños y jóvenes con barreras educativas y a promover políticas públicas para personas con discapacidad auditiva

  • 15 diciembre 2024

La educación inclusiva no solo abre puertas, sino que crea un camino donde todos pueden caminar juntos hacia un futuro mejor. Durante casi tres décadas, esta ha sido la misión de Hilda Xóchitl Cabrera Hernández, una docente de 49 años que ha dedicado la mayor parte de su vida a abrir paso a los niños y jóvenes que enfrentan barreras en su educación.

Su trayectoria es un testimonio de compromiso y dedicación a la enseñanza, con 28 años de experiencia en educación básica y 24 años en educación superior.

Actualmente, ejerce como directora de Educación Especial en el estado y como asesora técnica pedagógica, mientras continúa impartiendo clases en diversas universidades, así como talleres, capacitaciones y diplomados, donde comparte su vasto conocimiento y amor por la enseñanza, en busca de un mundo más inclusivo.

Su formación académica es extensa: desde sus primeras licenciaturas, en Educación Primaria (Benemérita Escuela Normal de Coahuila), Educación Especial en Audición y Lenguaje (Escuela Normal Regional de Especialización) y Educación Básica (Universidad Pedagógica Nacional); hasta la cuarta, que actualmente cursa, en Educación Artística (Universidad Pedagógica Nacional).

Además de tres maestrías: en Educación (Universidad Autónoma del Noreste), Educación Especial (Escuela Normal Regional de Especialización) y Neuroeducación (Universidad José Martí de Latinoamérica); dos doctorados concluidos: en Liderazgo y Planeación Educativa (Universidad Autónoma del Noreste) y Ciencias de la Educación (CUMA); y un tercer doctorado en curso, en Neuroeducación Cognitiva (Universidad San Isidro).

$!La seña que hace Hilda significa “ley”.

Esta búsqueda constante de conocimiento refleja su lema: “el maestro nunca debe dejar de aprender si quiere enseñar mejor”. Xóchitl aplica este principio no solo en su desarrollo personal, sino también en la forma en que instruye a sus alumnos.

Su compromiso con la educación va más allá del aula. Ha sido galardonada con varias medallas al mérito por su trabajo en inclusión y educación, y ha desempeñado un papel fundamental en la promoción de políticas públicas que benefician a las personas con discapacidad.

Un buen maestro no solo enseña, inspira

Desde pequeña sabía que su vocación era la docencia: la influencia de su hermana mayor, también maestra de educación especial, encendió en ella la chispa por la enseñanza, especialmente con niños sordos.

“Yo creo que estaba terminando la primaria cuando me di cuenta que yo quería ser maestra de niños sordos, que es algo que he hecho durante casi 30 años de mi vida”, comparte.

Su dedicación en esta rama, en particular con la enseñanza de la Lengua de Señas Mexicana, ha sido constante durante más de 26 años. Así, Xóchitl no solo enseña, ella se convierte en un puente que conecta a sus estudiantes con el mundo, permitiéndoles expresarse y ser escuchados.

Más allá de las materias que imparte, se esfuerza por transmitir la importancia de ser modelos a seguir: ella cree que un buen maestro no solo enseña contenido, sino que inspira y motiva a sus estudiantes a convertirse en mejores personas.

Su enfoque se centra en el desarrollo integral del alumno, creando un ambiente de aprendizaje donde se respeta la individualidad y se fomenta la curiosidad.

A lo largo de su carrera, Xóchitl ha aprendido mucho de sus estudiantes, quienes constantemente le sorprenden con su creatividad y capacidad de adaptarse. Cada alumno trae consigo una historia única, y ella se asegura de que esa diversidad se valore y se incluya en su enseñanza.

”Me dan vida, me contagian esa energía. Yo creo que es algo que nunca dejaré de hacer”, señala, al explicar que su energía y entusiasmo la impulsan a seguir innovando en sus clases. El aula no es solo un espacio físico, sino un laboratorio de ideas donde el aprendizaje se enriquece a través de la interacción y la colaboración.

Entre los maestros que la han inspirado, menciona a su maestra de sexto grado, Marta Catalina Mesa Esquivel, quien le mostró el poder de un buen ejemplo y la importancia de respetar a los estudiantes.

Con esa huella, Xóchitl se esfuerza por transmitir esa misma dedicación y respeto a las generaciones futuras, recordando siempre que enseñar es, ante todo, una vocación.

$!Para Hilda, la inclusión es clave en la sociedad para lograr equilibrios.

La inclusión como forma de vida

También es una firme defensora de la inclusión no solo en el aula, sino en toda la sociedad. Su trabajo con organizaciones y programas gubernamentales y privados, así como en medios de comunicación, busca crear conciencia sobre la importancia de integrar a las personas con discapacidad auditiva en todos los aspectos de la vida.

A través de charlas y talleres, comparte su visión de una educación que no solo se centre en el contenido académico, sino que también fomente valores de respeto, empatía y colaboración.

Xóchitl sueña con un futuro inclusivo, donde todos puedan brillar en una diversidad, en el que todas las habilidades sean reconocidas y valoradas, y donde no haya discriminación.

Xóchitl sueña con un mundo donde la educación de calidad sea accesible para todos, sin importar sus circunstancias.

“El futuro que yo sueño es un es un futuro donde todos seamos respetados, donde donde no haya discriminación y, lo más importante, donde todos seamos reconocidos de una manera uniforme. Yo creo que ese futuro está en las escuelas”, subraya.

Hilda Cabrera
Hilda Cabrera

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