La Calzada Madero casi esquina con Murguía en Saltillo se volvió el destino inconfundible para comer las enchiladas, ya famosas, del negocio familiar de los descendientes de doña Ángeles Cáceres
- 18 diciembre 2022
La cocina tradicional de Saltillo no se caracteriza por su variedad, es austera y sencilla como el origen mismo de la ciudad. Pero los pocos platillos que podemos presumir como nuestros, se han sofisticado con el tiempo.
Un ejemplo son las enchiladas, y si se buscan las típicas y las más ricas, la respuesta contundente será: Enchiladas Angelita.
Su historia se remonta a los años 60 en el atrio del Santuario de Guadalupe, donde Herlinda Mendoza, vecina del barrio, llegaba en un carretón con un anafre y vendía enchiladas al carbón. Su nuera María de los Ángeles Cázares aprendió bien la receta y, tiempo después, en 1968, se instaló con los antojitos en la esquina sur- poniente de la Alameda Zaragoza, a un lado del lago.
“Mi mamá era muy apasionada y le gustaba la comida. Cuando dijo que se pondría a vender enchiladas, se lo tomó en serio. Era una mujer muy decidida”, recuerda María Araceli Cuéllar, de 63 años, hija de Angelita y heredera junto con otros cuatro hermanos de la fonda que actualmente se encuentra en un local de Calzada Madero.
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