Xóchitl: otro ángulo

Entre las muchas encuestas que pululan en el universo electoral de nuestro país, encontré una que utiliza datos estadísticos del Inegi y del INE, pronósticos −promedio− de algunas encuestadoras serias y de manera distinta al resto de los estudios; analiza la situación sociopolítica de cada estado de la república mexicana con énfasis en sus clases medias y con tres escenarios de participación distintos por edad y sexo.

Este trabajo de prospectiva estadística también toma en cuenta las tendencias al voto en cada estado por los tres diferentes partidos, agrupados en coaliciones o de manera individual.

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Y desarrolló en cada una de las 32 entidades un exhaustivo trabajo cualitativo: consultó a líderes de opinión en el 80 por ciento de los estados y en el restante 20 por ciento realizó una investigación documental para medir el ambiente electoral de cada estado. Igualmente, este estudio contrastó esta información con los análisis de reputados despachos que han evaluado a gobernadores y alcaldes de las principales ciudades capitales del país.

Por razones de su extensión, detallaré sólo los tres escenarios definidos por el nivel de participación electoral en tres rangos: 55 por ciento (54 millones 103 mil 930 electores), 63 por ciento (61 millones 973 mil 593 electores) y 70 por ciento (68 millones 859 mil 547 electores); con una lista nominal −personas con credencial par votar vigente− de 99 millones 23 mil 931 mexicanos. De la cual, el 52 por ciento son mujeres y el 48 por ciento son hombres.

La investigación analiza los tres rangos de participación ciudadana, bajo tres tipos de tendencias en los 32 estados del país: 1) A favor de Xóchitl, Claudia o Álvarez Máynez. 2) Mixta, a favor, mayormente, de Gálvez o Sheinbaum y 3) Switcher −que puede cambiar en la dirección de una candidata u otra, porque la candidatura de Máynez demostró ser testimonial.

En cada rango, la investigación toma en cuenta un porcentaje de votos nulos y otro de votos en el extranjero.

Con una participación electoral del 55 por ciento, Xóchitl alcanza 24.52 millones (46 por ciento); Claudia, 24.69 millones (47 por ciento) y Álvarez 3.78 millones (7 por ciento).

Sheinbaum gana por un punto porcentual. El empate técnico con Gálvez sería definido a través de un litigio postelectoral que favorecería a Claudia, por el control que ejerce López Obrador en el INE y el Tribunal Electoral federal.

Con una participación del 63 por ciento, Xóchitl obtiene 29.70 millones (49 por ciento); Claudia, 26.53 millones (44 por ciento) y Álvarez, 4.45 millones (7 por ciento).

En este escenario, Gálvez gana por 5 puntos porcentuales, sin embargo, la diferencia no es suficientemente sólida para evitar un problema postelectoral que derivaría, por las razones descritas en el anterior escenario, en un probable triunfo de Claudia.

Bajo una participación ciudadana del 70 por ciento, Xóchitl saca 34.2 millones (51 por ciento); Claudia, 28.6 millones (42 por ciento) y Álvarez, 4.6 millones (7 por ciento).

Estos 9 puntos de ventaja de Gálvez blindarían −de manera importante− su triunfo electoral de cualquier litigio o golpe de Estado técnico. El cual sería apuntalado por manifestaciones públicas, activismo digital, presión mediática y apoyo internacional.

Esta investigación prueba con datos cuantitativos y cualitativos y desde la realidad político-electoral de cada entidad estatal, un lugar común: entre mayor sea la participación ciudadana el 2 de junio, las posibilidades del triunfo de la oposición crecerán de manera significativa.

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Más aún, el estudio muestra que dicha participación masiva –a favor de Xóchitl Gálvez– descansa en los jóvenes de 25 a 29 años –de tendencia mixta–; jóvenes adultos de 30-34 años; jóvenes adultos medios de 35-39 años y adultos de 40-49 años; los cuales tienen una tendencia favorable a Xóchitl y, también sería clave, capturar el voto de los adultos de 50-59 años de tendencia mixta.

La moneda sigue en el aire. Digan lo que digan: este arroz no está cocido todavía.