Taxonomía del cuatroteísta
Esta taxonomía agrupa, clasifica y ordena tipos de cuatroteístas por las razones que definen su adhesión fanática e irracional a Andrés Manuel López Obrador.
El cuatroteísta tiene distintos visajes: obradorista, chairo, lopezobradorista y amloista. Cada uno comparte ciertas características: con distintivo aire de superioridad moral replica sin evidencia sólida los dichos emitidos por AMLO en las mañaneras; evade la discusión racional para, de inmediato, insultar a su contraparte y, por ende, cada día acumular frustración y resentimiento ante la imposibilidad de callar a su oponente de manera definitiva. Privilegia el espacio de las redes sociales para implementar −de manera abrumadora− su activismo digital pro-AMLO. Y cree que durante los últimos seis años ha existido una verdadera transformación del país que debe continuar el próximo sexenio.
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Obviamente, ese común denominador sufre variaciones, aunque mínimas, en la siguiente clasificación de cuatroteístas.
1) Indignados por generaciones: En esta categoría están integrantes de clases medias y populares que vieron decrecer sus aspiraciones de movilidad social y económica por décadas, bajo un trasfondo de corrupción e impunidad sistémicas. Ellos vivieron la marginación del sistema −a lo largo de 60 años− y sufrieron la falta de acceso a una educación y salud de calidad y a una vivienda honorable con salarios dignos y justos.
2) Analistas románticos: estos alucinaron con los 500 mil millones de pesos promedio que AMLO destinó vía programas sociales y/o transferencias económicas directas a beneficiarios jóvenes, adultos y adultos mayores de clases populares y campesino-indígena, e imaginaron que el paraíso para los pobres −con programas y transferencias elevadas a rango constitucional− era finalmente terrenal. Pero estaban equivocados: la finalidad de tan dispendioso esfuerzo no era convertir a esos pobres en sujetos de su propia historia, sino en rehenes y esclavos de un ejército clientelar al servicio de la 4T. Aun así, esos analistas continúan enamorados del “pobretismo” de AMLO.
3) Empresarios resentidos: ubicados en la frontera de la clase media alta y clase alta baja, enfadados contra el sistema por tres razones: 1) no les fue posible integrarse a las redes de corrupción con funcionarios públicos; 2) éstos les pagaron su proveeduría o servicio con “un moche” exagerado; 3) o nunca les pagaron. De manera paradójica, con las nuevas redes de la 4T, muchos de ellos son ahora exitosos empresarios.
4) Clasemedieros sin futuro: estos intentaron de mil maneras salir adelante, pero siempre toparon con un sistema desigual e injusto, por lo que a lo largo de su vida acumularon pretextos para convertirlo en su villano favorito. Con justeza, visualizaron que ese villano tenía rostro de Mafia en el Poder porque desplegaron su encabronamiento para apoyar de manera furibunda a la 4T. Justo es decirlo, su situación económica no cambió de manera sustantiva −a excepción del apoyo de programas de 4T−. Pero, en esencia, permanecen enojados, enfundados, ahora en su camiseta morenista en el mismo lugar de siempre.
5) Beneficiarios profesionales: estas personas de clases populares y campesino indígena están armados con una lógica mercantilista, aprendida por generaciones con los distintos partidos políticos para vender su voto al mejor postor. Por ello recibieron con brazos abiertos los programas sociales y las transferencias directas de Morena; superiores en cuantía a lo recibido por el PRI, el PAN y el PRD en décadas anteriores. No lo es, pero funciona como ingreso básico universal que fortalece la economía familiar de estos grupos sociales. Entonces, ¿por qué ir contra Morena? Imposible.
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6) Priistas camaleónicos: estos sólo dieron “un brinquito a lado de la historia” porque entendieron los elementos genéticos que comparten ideológica e históricamente con Morena. Dicha conversión religiosa les empoderó para acometer, sin escrúpulo alguno, pero sí con toda la rabia posible, contra su propio ser reflejado ahora en el PRI de Alejandro Moreno.
7) Izquierdistas desilusionados: faltos de ilusiones con la caída del Muro de Berlín y el derrumbe del socialismo real, erraron en la quimera del levantamiento zapatista y del antiglobalismo para caer en los brazos amorosos del neopopulismo autoritario, versión latinoamericana y mexicana. En su delirio, nunca entendieron que el fantasma del que hablaba Carlos Marx aparecía en realidad para maldecir al tirano y anticipar su derrota; si no como entender el autoritarismo de Stalin, Mao y Castro que transpira en el neopopulismo de AMLO y en el corazón de esos izquierdistas fantasiosos que, aun así, insisten en alimentar su ficción para seguir “vivos”.