Los números nunca fueron tan fáciles de entender, especialmente si tu maestro es un amante de ellas y de compartir sus conocimientos; así es Francisco, conocido con cariño como “Chicharito”
- 15 diciembre 2024
Apasionado de las matemáticas en todas sus presentaciones, pero amante de la docencia de una sola manera: la propia. El estilo único para enseñar que tiene el profesor Francisco Javier Coronado Valle, de 65 años, es una de las razones principales que lo convierten en el favorito de muchos estudiantes.
20 de sus 27 años dedicados a la docencia los ha vivido en la Universidad Americana del Noreste (UANE), casa de estudios a la que “Chicharito”, como le llaman sus alumnos, le agradece no solo la libertad de cátedra, sino también, su maestría en Educación.
Si bien, es graduado de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), su vocación por ser maestro fue más fuerte. Tan así, que actualmente cuenta con una especialidad en Educación Media Superior y Enseñanza de las Matemáticas. “Soy ingeniero agrónomo de profesión, pero de vocación soy maestro”, confiesa.
Y aunque en un principio el saltillense se resistía a aceptarlo, su mamá -a quien él ve como su más grande inspiración- siempre se lo dijo “tú debiste haber estudiado en la Normal”. Eventualmente, le hizo caso. “Yo me resistía. En casa seguí el ejemplo de dos tíos ingenieros agrónomos que influyeron en mí, pero, tarde o temprano la vida te dice ‘por acá está lo tuyo’, ¿no?”.
Sin embargo, el haberse recibido de la UAAAN es una de las razones a las que Javier le atribuye el ser un maestro fuera de lo común y ser tan único en su clase. “Yo batallaba con matemáticas y eso se volvió como una presión para mí para aprender, dije ‘bueno, pues, ¿dónde está el secreto, qué hay que hacer?”, respuesta que, tras 27 años de enseñanza, no ha podido obtener, pero que, gracias a su amor por contribuir a que el mundo entero descubra que no es tan difícil como parece, y que la manera de entender las matemáticas está dentro de uno mismo, ha descubierto e implementado distintas formas que llevan a un solo camino y aprovecha para hacerlo con un toque de humor muy característico en él.
Todo lo que sabe y lo que trata de poner en práctica, lo aprendió de su mamá, la profesora Francisca Valle García. Su maestra favorita de todos los tiempos -que de hecho, le dio clases en secundaria- y una “profesora muy querida, de esas de antaño normalista”, describe.
Francisco Javier recuerda con mucho amor y con un brillo excepcional en sus ojos, cómo su madre se convirtió en un ejemplo a seguir “ojalá sea la mitad de lo que fue, ella es mi punto de partida y algún día mi punto de llegada”.
Actualmente imparte clases tanto en preparatoria como en ingeniería (aunque, en sus dos décadas dentro de UANE ha recorrido casi todas las profesiones que oferta la universidad). Entre sus materias están Electricidad y Magnetismo, Cálculo, Estadística y Diseño de Experimentos y, sin importar el nivel, su mensaje siempre es el mismo: “que ellos se den cuenta que la capacidad de resolver está dentro de ellos”.
”Chicharito” tiene una gran virtud, la paciencia de intentar con un alumno “una y otra, y otra vez, y de una forma y de otra” hasta lograrlo. Su prioridad es que no se angustien ni sufran; que no le tengan miedo a las matemáticas.
Esa es su manera de predicar con el ejemplo, de ser honesto, responsable y de tener muchos valores que transmitir a sus estudiantes, lo que se traduce en su mayor orgullo, pues, una forma de recompensar su trabajo y de saber que lo que hace está valiendo cada segundo para él, es aquel momento cuando sus exalumnos lo ven en cualquier lugar.
“Cuando tengo encuentros, la mayoría fortuitos con exalumnos, siempre me llama tanto la atención que me ven y me buscan siempre con cariño, con respeto (...) Tengo la certeza, la seguridad de que este trabajo es para el que nací”.
Esta vocación le permite crear un ambiente que genera interés y curiosidad, mismo con el que ya aprendió a responder la pregunta: “¿Y eso para qué me va a servir?”. Aterrizar las ideas a un plano que pueda ser tangible dentro de la carrera, que esté impartiendo o que resulte en un aprendizaje vivencial, esa es la manera.
La ventaja de las matemáticas, su mejor aliado, es que “un problema tiene una sola solución, pero las rutas para llegar ahí, son muchas” afirma el profesor, lo que le da apertura a tener diferentes maneras de acercarse a los jóvenes y de saciar su curiosidad.
”Chicharito” llegó para romper esquemas y estereotipos, no sólo demostrar que las matemáticas no son tan difíciles, sino también que los maestros que las enseñan no tienen que ser estrictos o cuadrados. Para Francisco Javier, la libertad de elegir es muy importante ¿por qué quitársela a sus alumnos?
El corazón que posee el profesor, con cada clase se hace más grande y con ello su amor por su trabajo. Ha sabido encontrar la manera de hacer de su aula un lugar seguro en el que se escuchen las necesidades y deseos de sus muchachos, pero que además se consideren sus emociones y sentimientos, tal como lo aprendió de su madre.