Construida sobre una escalinata, la Benemérita Escuela Normal de Coahuila se alza con elegancia en el centro de Saltillo, por sus aulas han pasado decenas de miles de estudiantes. ¿Quieres más nos puede contar?
- 18 diciembre 2022
Podría pensarse que soy un edificio soberbio pues estoy construido sobre una escalinata, como si desde lo alto pudiera ver a los demás. Mi fachada recuerda un templo griego o incluso a un panteón romano; pertenezco a la arquitectura neoclásica de los primeros años del siglo 20.
Los planos de mi edificación fueron traídos de los Estados Unidos y dirigió los trabajos de construcción Theodore Sperry Abott. Fui terminada en 1909. Mis muros son de piedras transportadas por ferrocarril desde San Luis Potosí, hecho que también me distingue sobre otros edificios.
Frente a mí se encuentra la Alameda Zaragoza y a mis espaldas se encuentra el famoso Callejón del Diablo que tanto temor provocaba en épocas pasadas. He tenido maestros distinguidos y alumnos que han desarrollado una importante trayectoria. Incluso en algún momento acudió aquí Venustiano Carranza cuando era gobernador de Coahuila y si no me creen puede ver las fotos que existen sobre ese acontecimiento.
El historiador Tomás Berlanga en 1922 me consideró como uno de los más importantes baluartes de la ciudad pues ya formaba parte de los edificios educativos que llegarían a considerar Saltillo la Atenas de México. Por mis aulas han pasado decenas de miles de estudiantes quienes con su labor educativa honran y dan gloria a Coahuila.
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