El abuelo de Luis Alberto Pérez Cedillo era el dirigente de una pastorela en el barrio de Landín y él fue quien le heredó el amor por sus raíces.
Entonces Luis tenía siete años, hoy tiene 47, y ya era pieza colorida en un colorido cuadro de una danza Tlaxcalteca, primero con un señor don Juan Silva y después con otro señor don Aurelio Juárez. Y así avanzó de un grupo hasta a otro.