Rubén y Héctor Tamayo son los guardianes de la tradición del sarape saltillense. Tanto así que su técnica ha colocado a los hermanos como un referente del arte textil a nivel mundial. Y es que sí, en todo México se hacen sarapes, pero como el de Saltillo ninguno.
Esta dupla saltillense descubrió que más allá de piezas para vestir o de colección, los sarapes unifican nuestro orgullo e identidad (inspirados por los amaneceres y atardeceres de Saltillo, de ahí sus cálidos tonos), y cuentan historias. Historias de quienes los tejen, de sus ciudades natales y de los personajes que visten.