La transformación hacia la sostenibilidad fue una colisión que Valeria Villarreal recibió con los brazos abiertos, cuando cambió el glamour de las pasarelas -mientras figuraba en el top 10 de diseñadores mexicanos en las listas de Vogue- por una lucha para reducir el impacto socioambiental.
La revelación de que los humanos pertenecen a la Tierra, y no al revés, llegó cuando encabezó a un grupo de vecinos para sembrar y adoptar más de 100 árboles. Descubrir su capacidad para guiar a otros puso en pausa su marca y comenzaron las capacitaciones, pero ese nuevo conocimiento no se quedó solo en ella.
Su despacho de consultoría, Sin Rastro Mx, existe para entrenar a cualquier persona, empresa o institución para enfrentar el primer desafío de la sostenibilidad: los hábitos de uso de recursos influenciados por el entorno en el que vivimos.
Motivada al ver lo intuitivo que es para sus tres hijos pequeños honrar la naturaleza, Valeria defiende que separar residuos, rechazar el plástico o hacer composta no deben ser acciones esporádicas y opcionales “para poner un granito de arena”, sino el adoctrinamiento en escuelas y negocios para reconstruir el estilo de vida de los mexicanos.