Respirar, para Mercedes Murguía Arizpe, es lo mismo que pintar: una necesidad. Las musas la encuentran con pincel en mano, cuatro o cinco obras “enfriándose” y buscando siempre cómo reinventarse.
Fernando Castro Pacheco, muralista de la Escuela Realista Mexicana y director de La Esmeralda, vio en Nea (Nueva, sobrenombre cariñoso) lo que sus padres notaron desde que ella tenía nueve años; ahí, en los trazos con los que plasmó el desnudo de Melchor —modelo de Diego Rivera— notó el talento que potenciaron en la Academia de Rubén Herrera.