Adiós a los tatuajes para turistas en Tailandia

Círculo
/ 23 septiembre 2015

    El país prohibirá a los extranjeros llevarse en su piel, símbolos budistas

    El turista dejará Tailandia con su cuerpo menos decorado a partir de la entrada en vigor de una norma que prohíbe tatuar al extranjero diseños religiosos budistas debido al lucimiento "irrespetuoso" que hace de estos símbolos.

    Los miles de tatuadores de Bangkok y otros lugares del país se han echado a temblar tras recibir la amenaza del gobierno que prepara una ley que prohibirá tatuar diseños de carácter religioso a fin de evitar que este oficio continúe desvirtuando las imágenes del budismo.

    Cada año miles de foráneos aprovechan su visita a Tailandia para tatuarse algún dibujo en el cuerpo, sobre todo la imagen sagrada de Buda, y, según las autoridades, muchas veces en zonas consideradas impuras sin saber que eso supone una ofensa para los creyentes.

    La sociedad budista juzga como "sucia" la parte del cuerpo que va desde la cintura hasta la pies, por lo que toda representación religiosa en caderas, glúteos o extremidades inferiores es irreverente.

    "Nosotros respetamos el budismo, y si un extranjero quiere un tatuaje budista en la pantorrilla, le explicamos por qué no podemos hacérselo y siempre lo suelen entender", explica Plat, dueño de un pequeño puesto de tatuajes y piercings del barrio de Khao San, la meca capitalina del turismo joven.

    Esta zona de Bangkok, que en su día formó parte de la ruta de Shangri-La que siguieron miles de hippies de medio mundo, hoy es uno de los barrios más vivos de la capital, repleto de hostales y bares frecuentados por la legión de viajeros con mochila que cada día aterriza en Tailandia.

    Khao San es para ellos el lugar idóneo en el que hacer compras de última hora con las que agasajar a familiares y amigos y terminar de dar la pincelada definitiva a su cuerpo bronceado o chamuscado con un tatuaje a un precio inferior al que pagaría en Europa, por ejemplo.

     

    La fama por Jolie

    La demanda de este recuerdo especial creció de forma estelar en 2004, cuando la actriz estadounidense Angelina Jolie se hizo tatuar durante un viaje a Tailandia un gran tigre y un símbolo de protección budista en su espalda con la técnica tradicional tailandesa conocida como "Sak Yant", más dolorosa que el tatuaje tradicional.

    "Que Angelina viajara a Tailandia fue un punto de inflexión en nuestro negocio, porque desde entonces muchos turistas nos piden los mismos diseños", explica Plat.

    "Esto es un negocio, si el cliente paga siempre habrá quien le tatúe lo que le pida, pese a estas estúpidas prohibiciones".

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