El zika acelera
COMPARTIR
TEMAS
Proponen liberar zancudos transgénicos para frenar el virus.
Los casos de microcefalia, causados —probablemente— por el virus del zika (una malformación que ataca los cerebros de los fetos causándoles dolencias irreversibles) se extienden por todo Brasil a velocidad creciente. El Gobierno brasileño contabilizaba la semana pasada casi 4 mil casos sospechosos de haber desarrollado la anomalía.
Hace apenas dos semana eran 3 mil 500 casos, hoy son al menos 3 mil 900, y en noviembre del año pasado eran mil 248.
Hasta ahora han fallecido 50 bebés, pero aún no hay datos que permitan descifrar las consecuencias que podría acarrear el virus para los bebés en gestación.
El epicentro de la enfermedad, que amedrenta a toda América Latina, sigue ubicado en el noreste de Brasil, específicamente en el Estado de Pernambuco, pero ya se ha extendido a lo largo y ancho de otros veinte territorios brasileños.
El virus entra en contacto con el cuerpo de la madre gestante a través del mosquito Aedes aegypti, muy común en América, el mismo zancudo causante del dengue, del chikungunya y de la fiebre amarilla.
Es un mosquito que por lo general prolifera en el agua estancada y que no vuela más allá de un sexto piso. Desde la sangre de la madre el virus ataca y daña el cerebro del feto, que nace con anomalías motoras e incluso con lesiones incompatibles con la vida.
Lo que se pretende
Ante la falta de una vacuna contra el virus, las autoridades brasileñas se han centrado en controlar el mosquito que lo transmite.
De hecho, en los lugares más afectados han sido liberados millones de zancudos genéticamente modificados (GM) cuya descendencia muere antes de llegar a la fase adulta y, por tanto, no puede multiplicarse.
Los primeros resultados muestran que tras las liberaciones de zancudos genéticamente modificados (o zancudos GM), las larvas de los mosquitos silvestres se han reducido en más de 80%.
De hecho, los responsables del ensayo dieron a conocer que en las áreas donde el año pasado se habían llevado a cabo liberaciones de mosquitos GM, la población adulta de Aedes aegypti se había reducido en 95%, y la de huevecillos fértiles en 82%.
El control biológico
El principal transmisor del zika y de otros virus, como el dengue y el chikunguña, es la hembra del mosquito Aedes aegypti y, en menor medida, la del mosquito tigre (Aedes albopictus).
Pero ninguno de esos virus tiene cura.
Una forma de detener su avance consiste en controlar la población de mosquitos con insecticidas. Pero hay una tercera opción: el llamado ‘control biológico’ que consiste en liberar ejemplares macho de Aedes aegypti GM en cantidad y tiempo que permita minimizar el apareamiento de los machos silvestres con las hembras.
Los machos de zancudos GM portan y transmiten una mutación genética que hace que sus crías sean dependientes de la tetraciclina, un antibiótico. Si les falta, mueren antes de superar la fase larvaria, y por lo tanto no dejan descendencia.
El objetivo inicial de este ensayo, autorizado por el Gobierno brasileño, era combatir el dengue, transmitido también por el Aedes aegypti.
Pero, dado que el zancudo transmite tanto el dengue como el sika, la liberación de machos modificados, podría disminuir la incidencia de ambos virus, como en efecto ha sucedido.
Desde la puesta en marcha del experimento han sido liberados 25 millones de mosquitos GM.
los temores de contagio
La alarma ante este tipo de virus se ha extendido por todo el Continente Americano. En Colombia, las autoridades sanitarias han recomendado a las mujeres que eviten quedar embarazadas en los próximos meses. Y en Estados Unidos recomiendan a las mujeres que están esperando un bebé, no viajar a América Latina.
En Brasil, algunos expertos sanitarios coinciden que señalar que el Gobierno minimizó los efectos de esta enfermedad en sus ataque iniciales. Acostumbradas a luchar contra el dengue, las autoridades sanitarias brasileñas no calibraron con certeza la peligrosidad del nuevo virus que, al principio sólo causaba manchas en la piel y enrojecimiento de los ojos…
Hasta que se hicieron públicos los primeros casos de bebés nacidos con el cerebro anormalmente reducido, a primeros de noviembre del año pasado. Según el experto en infecciones del Hospital Edmundo Vasconcelos, en São Paulo, Artur Timerman, “el Gobierno tardó ocho meses en reaccionar, y el cuadro del zika es ahora dramático.
En este momento, la lucha de las autoridades sanitarias brasileñas se centra, en evitar que la epidemia salte a las grandes ciudades, como Río de Janeiro y São Paulo, dos megaurbes de 20 millones de habitantes.
Pero los expertos no se confían. Por una simple razón: las ciudades mencionadas, sobre todo São Paulo, tiene el récord de casos de dengue, y la microcefalia se transmite de manera idéntica: por la picadura del mismo zancudo.
Mientras tanto, los casos de infección por el virus del zika se extienden por toda América Latina, donde ya 18 países o territorios han registrado la presencia del virus: Brasil, Barbados, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Guyana Francesa, Haití, Honduras, Martinica, México, Panamá, Paraguay, Puerto Rico, San Martín, Surinam y Venezuela (en Colombia se han registrado 13 mil 500 infecciones, según el Ministerio de Salud, de las cuales 560 corresponden a mujeres embarazadas).
¿Qué es el zika?
El zika es un virus semejante a los del dengue y de la fiebre amarilla. Se descubrió por primera vez en los bosques de Zika en Uganda, en 1947, en monos monitoreados para controlar la fiebre amarilla.
Hasta 2007 era relativamente desconocido, pero luego se produjo un gran brote en la isla de Yap y en otras islas cercanas a los Estados Federados de Micronesia (al norte de Australia), con 8 mil 200 afectados.
El modo de transmisión se lleva a cabo a través del Aedes aegypti, el mismo zancudo que causa el dengue. Se reconocen otras tres formas de transmisión: sexual (ya que el virus permanece en el semen), perinatal (de la madre al feto) y sanguínea.
El virus no se transmite por la lactancia materna.
La gran mayoría de las personas infectadas no desarrolla síntomas, y cuando se presentan, se manifiestan como manchas rojizas en la piel, fiebre intermitente, enrojecimiento de los ojos, cefaleas y dolores en los músculos y en las articulaciones.
Con menor frecuencia, se ha registrado dolor de garganta, tos, vómitos y presencia de sangre en el semen. Los síntomas desaparecen de forma espontánea tras un periodo de tres a siete días.
No existe cura para la enfermedad. Los síntomas pueden atenuarse con el uso de paracetamol o dipirona, para tratar la fiebre y el dolor. No se aconseja el uso de ácido acetilsalicílico (aspirina) ni otros fármacos antiinflamatorios, debido al riesgo de complicaciones hemorrágicas.
¿Ha sido ya confirmada la relación entre el virus del sika y la microcefalia?
A finales de noviembre del año pasado, después de una alta incidencia de microcefalia en algunos Estados de Brasil, se notó un aumento en el número de casos de zika, lo cual llevó a las autoridades sanitarias a relacionar ambas enfermedades. Pero aún no se sabe cómo actúa el virus en el organismo humano, ni qué mecanismos llevan a la microcefalia.
En Brasil, el Boletín Epidemiológico más reciente registra 3 mil 530 casos de microcefalia relacionados con infecciones por el virus del zika reportados entre octubre de 2015 y principios de este año.
En México aún no se confirma ningún caso de microcefalia.
En octubre de 2015 se registraron dos casos del zika, uno en Nuevo León y otro en Chiapas. Y ninguno de los pacientes tenía antecedentes de viaje a zonas de transmisión.
Origen del virus
Investigadores del Instituto Pasteur de Guayana han secuenciado el genoma completo del virus del zika. Según el análisis genético, el patógeno que se está extendiendo por toda América está emparentado con el virus que castigó varias islas del Pacífico en 2013 y 2014. Y del cual al año siguiente, aparecieron los primeros casos en Brasil (o sea que la cepa americana procede del virus asiático y no del virus africano, que fue el que originó la enfermedad).
Lo temeroso de este arbovirus (arbovirus son los virus que usan artrópodos como vector de transmisión) es que el peor daño lo causa al cerebro de niños no nacidos, aunque todavía no se ha establecido un nexo causal entre el virus y la microcefalia. (Antonio Jiménez Barca /© Ediciones El País, SL. Todos los derechos reservados)