La dignidad de la tercera edad
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“Resucitar antiguas carreras no es deleznable, al contrario. Si algún antiguo artista desea recordar su pasado y hacer de eso un espectáculo ¡adelante!
1.- Hace algunas semanas estuvieron haciendo una promoción muy intensa al documental Bellas de Noche en el que su realizadora María José Cuevas, presenta la vida, trayectoria y visicitudes que un grupo de artistas conocidas como “vedettes” tuvieron en las décadas de los años 70 y 80 del siglo pasado. Entre las mujeres que aparecen en esta producción se encuentran Olga Breeskin, Lyn May, Princesa Yamal, Wanda Seux y Rossy Mendoza. Todas ellas en la actualidad tienen entre 65 y 70 años de edad y, aunque lucen unas mejor que otras, la verdad es que ninguna tiene la presencia impecable que ostenta, por ejemplo, Maribel Guardia quien ya pronto llegará a los 60 años de edad.
2.- La directora de este documental que tiene una duración de 90 minutos es hija, ni más ni menos, del famoso pintor José Luis Cuevas. Esto le ha dado a María José una visión privilegiada del mundo cultural de nuestro país y le permite descubrir el potencial artístico que pudieran tener las historias de estas mujeres siendo que otros sólo ven en ellas entretenimiento barato, decadencia y hasta prostitución. Sin llegar al extremo de ponerlas en un altar, sería bueno darles la oportunidad de escuchar las experiencias que comparten en esta cinta. La cultura lo abarca todo: desde las obras de Shakespeare hasta las cumbias que interpretan los músicos ambulantes en el transporte público.
3.- En el momento en que lanzaron el documental, pensé que hasta allí llegarían estas antiguas vedettes con su ejercicio de nostalgia y resurgimiento. Pero no fue así. Resulta que tres de ellas, Lyn May, Wanda Seux y Princesa Yamal, prepararon un espectáculo al que se unió Grace Renat, otra vedette de su generación. Esta producción que se presenta en un teatro de la Ciudad de México se llama Divas por Siempre y es una especie de reality show en vivo en el cual Shanik Berman actúa como moderadora de las declaraciones e interacción de las cuatro mencionadas. Las protagonistas de la noche hacen declaraciones escandalosas y se presentan semidesnudas con el mismo tipo de vestuario exótico que usaban en su época de máximo esplendor.
4.- Las cuatro vedettes hablan sobre los regalos que recibían, según ellas, de ex presidentes y hombres poderosos, así como de los centenares de amantes que aseguran haber tenido. Aunque el morbo vende, y lo hace muy bien, me parece que la línea que separa los escándalos que generan grandes niveles de audiencia y aquello que termina resultando triste o francamente patético, es tan delgada que estas mujeres ni siquiera se dan cuenta que existe. Ver a una mujer de la tercera edad casi desnuda, con un inmenso tocado de plumas sobre la cabeza, asegurando que “…me regalaron un collar de esmeraldas de 70 mil dólares y un yate…” hace sonrojar hasta a los más cínicos.
5.- De las entrevistas que he tenido la oportunidad de hacer a diferentes personalidades, las que más me han marcado son justamente las que he hecho a personas muy mayores. Tener la oportunidad de conversar con la gran Alicia Alonso, una de las bailarinas clásicas más importantes del mundo, o a Franz Czeisler el fundador del Circo Tihany, por mencionar sólo a dos, deja la sensación de estar escuchando la narración de un libro de Historia. La verdadera sabiduría sólo se obtiene con los años y es de los mayores de quienes podemos obtenerla. ¡Y no nos confundamos, señores! No estoy diciendo que solamente aquellos que se dedican a la ciencia o a “trabajos serios” son quienes tienen grandes cosas que enseñarnos.
6.- Incluso en las vedettes mayores que se están presentando en la Ciudad de México hay gran experiencia de vida que bien pueden compartir con todos. Ni mejor ni peor que la de Isabel II de Inglaterra, simplemente es distinta. Sin embargo hay una palabra clave que todos, jóvenes y viejos, debemos tener siempre en mente al presentarnos ante los demás: dignidad. Una mujer de 25 años vestida con un breve bikini, cubierta de plumas, adornos y brillos, puede ofrecer un hermoso espectáculo que enaltece su juventud y su belleza. En cambio una de 70 o más años haciendo lo mismo, corre el riesgo de ser presa de la burla y el escarnio por parte de aquellos que se regodean con la contemplación de la natural decadencia física que ella ostenta.
7.- Resucitar antiguas carreras no es deleznable, al contrario. Si algún antiguo artista desea recordar su pasado y hacer de eso un espectáculo ¡adelante! Pero quizá sea mejor hacerlo desde la frontera de la contemplación y la descripción de sus memorias. Presentar videos, fotografías y recuerdos de lo que antes fue, puede generar esos grandes niveles de audiencia que aún desea. Además, en la tercera edad hay muchas más opciones que sólo recordar lo que fuimos antes. Y para muestra el gran maestro Ignacio López Tarso quien sigue en plena temporada teatral, asombrando con tu talento a ¡con 92 años de edad!
¿Qué opina de las antiguas vedettes? Escríbame en Twitter: @felixrivera333