El Presidente podría citar el jueves a Murillo Karam

Opinión
/ 30 marzo 2016

El sábado ajustaremos cuentas con Enrique Peña Nieto, advierte Felipe de la Cruz, uno de los voceros de los padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. El sábado 26, aniversario luctuoso de la tragedia.

A qué cuentas se referirá Felipe de la Cruz. Ayer, por lo pronto, normalistas bloquearon la Autopista del Sol. Es comprensible el dolor de los padres. Es comprensible que le exijan al Presidente de la República que les entregue con vida a sus hijos. Lo demás es pensamiento mágico y atrincheramiento político. Porque a un año, la historia está bien documentada y la mayoría de los criminales están presos.

Me cuesta comprender que las culpas y temores del gobierno le impidan levantar la cabeza y aducir en forma respetuosa lo que dos veces (noviembre 7 y febrero 7), el entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, expuso sobre los hechos trágicos en Iguala y Cocula: los sometieron, los trasladaron, los mataron, los quemaron, los tiraron al río.

El jueves, el presidente Peña Nieto recibirá a los padres de los 43 y sus asesores, especialistas. Será la segunda ocasión que lo haga. En la primera, el 29 de octubre, escuchó testimonios y reclamaciones durante cinco horas. Empeñó su palabra para seguir investigando y trabajando para castigar a los culpables. Y lo hizo. En vez de esconder los cadáveres, mandó a su gobierno a buscarlos. Pero las culpas, los temores, le impiden reconocerlo tajantemente. Culpas y temores que, por ejemplo, abren el paso al encumbramiento de documentos tan endebles, como el del Grupo de Expertos de la CIDH.

—¿Qué te piden exactamente los padres? —le pregunto a Vidulfo Rosales, otro de los asesores.

—No claudicar, no traicionar la causa de su lucha. Y no perder el anhelo de encontrar la verdad y la justicia.

Vidulfo estará el jueves en la reunión con el Presidente para exigirle que, además de que se siga buscando a los jóvenes, se cree una fiscalía que dé con los responsables y los castigue. No quieren más grupos de expertos, no quieren a la PGR, quieren un fiscal nombrado por ellos.

El Presidente puede concederles el deseo y enredarse en callejones fuera de las avenidas institucionales. O puede desempolvar las palabras de Murillo Karam y decirles que la investigación no está ni puede estar cerrada, pero que lo informado por la PGR es lo más profundo y rotundo al día de hoy.

Porque lo es: los sometieron, los trasladaron, los mataron, los quemaron los tiraron al río. Ese tendría que ser el discurso del jueves. Parece, sin embargo, que Peña Nieto cree en la máxima de que quien sobrevive al otro es siempre el traidor.

Nada extraño, pues, que quieran ajustar cuentas precisamente con él.

MENOS DE 140

El jueves llegarían los cadáveres de Egipto. Pero Relaciones Exteriores no se compromete a oficializar la fecha. ¿Qué pasa?


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