Cómo las mascotas cuidan a los niños

Círculo
/ 28 septiembre 2015

Las mascotas benefician a los niños de maneras inesperadas.

Un perro, un gato, un hamster o una iguana pueden ser el mejor amigo de un niño de formas impensadas. La investigación demuestra que las mascotas pueden favorecer el bienestar emocional y físico de un niño

Es fácil comprobar que las mascotas pueden enseñar responsabilidad a los niños. Un niño de apenas tres años puede hacerse responsable de proporcionar agua a las mascotas, mientras que los niños mayores pueden asumir tareas como pasear al perro.

"Realizar tareas adecuadas para su edad al ocuparse de la mascota junto con sus padres hace que un niño se sienta más competente", según los especialistas en desarrollo infantil Nienke Endenburg y Ben Baarda.

Además de hacerlo sentir más seguro respecto de sus habilidades, tener mascotas puede desarrollar la capacidad relacional de un niño, en especial en lo que se refiere a empatía, informó el Washington Post. "El motivo es obvio: ocuparse de una mascota hace que un niño abstraído deje de estarlo."

"Escuchar el maullido de un gatito que tiene hambre o ver que un perro corre a la puerta cuando quiere salir lleva a los niños a pensar: '¿Cuáles son sus necesidades y qué puedo hacer para ayudar?'" según el Post.

Las mascotas también reducen el estrés, agregó el Post. Investigadores del Instituto Nacional de la Aflicción Infantil estudiaron el juego de niños con animales terapéuticos. Cuando los niños acariciaban a los perros, su distensión era visible y también disminuía su presión sanguínea. Lo interesante es que también la presión sanguínea de los perros se reducía durante esas interacciones.

Los bebés que interactúan con mascotas, sobre todo con perros, se ven expuestos a bacterias beneficiosas que reducen las probabilidades de que desarrollen alergias, indicó el Dallas Morning News. Investigadores de la Universidad de California en San Francisco analizaron las bacterias intestinales de los bebés en cuyas casas había perros o no los había.

"En el caso de los bebés que no tenían mascotas, (el crecimiento de) la flora bacteriana intestinal estaba relacionado con el desarrollo de alergias a los dos años de edad, pero eso cambiaba en el caso de la flora intestinal de los niños que tenían perros", según la Dra. Susan Lynch.

Los niños autistas se benefician de la interacción con mascotas, según un estudio de investigadores de la Universidad de Missouri. El estudio se concentró en la comunicación, cooperación, responsabilidad, empatía, participación, autocontrol y seguridad de niños autistas de entre ocho y dieciocho años.

Los investigadores concluyeron que "las habilidades sociales de los niños autistas –sobre todo en lo relativo a seguridad- aumentaban con el tiempo cuando había una compañía animal, mientras que los problemas de conducta disminuían", según un informe del Mohave Valley Daily News.

Por: Marsha Maxwell

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