Cuando el cuerpo grita lo que la boca calla
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Nuestro cuerpo es sabio y habla, por eso hay que aprender a escuchar qué es lo que nos quiere decir, para, desde ahí, ir a la situación que nos genera malestar, sanarla y vivir sin hacernos tanto daño.
Esto es muy cierto, todo las emociones negativas que "guardes", tu cuerpo las transformará en una enfermedad, así que mientras más pronto dejes ir esas sensaciones, más pronto vendrá hacia ti la salud y vitalidad.
Hoy día existe un término que se llama Metamedicina, proviene del prefijo griego meta que significa más allá. Esto significa que la Metamedicina trata de ir más allá de la medicina tradicional. Estamos hablando, por tanto, de una Medicina Metafísica que transciende el plano físico (cuerpo y sus síntomas) para buscar las causas psicológicas (mente) o espirituales (alma) de la enfermedad. La salud perfecta y el pleno despertar son, en realidad, lo mismo. La única curación auténtica es la auto curación. El querer curarse sinceramente puede motivar a una persona para que realice los cambios necesarios en aquellas actitudes, sentimientos y emociones que son responsables de su sufrimiento. La curación no ocurrirá con sólo conocer su causa. Porque incluso cuando se ha solucionado un conflicto o se ha liberado una emoción, el cuerpo puede necesitar un tiempo más o menos largo para proceder a la reparación del tejido o del órgano afectado. La curación no es más que volver al estado de armonía y de equilibrio. Admitir una dificultad o una debilidad es estar ya en el camino de superarla.
El corazón: representa el amor, y la sangre, el júbilo
El corazón es la bomba que, con Amor, hace que el júbilo circule por nuestras venas. Cuando nos privamos del Amor y el júbilo, el corazón se encoge y se enfría, y como resultado, la circulación se hace perezosa y vamos camino de la anemia, la angina de pecho y los ataques cardíacos. Pero el corazón no nos «ataca». Somos nosotros los que nos enredamos hasta tal punto en los dramas que nos creamos, que con frecuencia dejamos de prestar atención a las pequeñas alegrías que nos rodean. Nos pasamos años expulsando del corazón todo el júbilo, hasta que, literalmente, el dolor lo destroza. La gente que sufre ataques cardíacos nunca es gente alegre. Si no se toma el tiempo de apreciar los placeres de la vida, lo que hace es prepararse un «ataque al corazón». Corazón de oro, corazón de piedra, corazón abierto, sin corazón, todo corazón ¿Cuál de estas expresiones es la que cree que se ajusta más a usted?
El cuerpo
Con Amor escucho los mensajes de mi cuerpo. Estoy convencida de que nosotros mismos creamos todo lo que llamamos «enfermedad». El cuerpo, como todo en la vida, es un espejo de nuestras ideas y creencias. El cuerpo está siempre hablándonos; sólo falta que nos molestemos en escucharlo. Cada célula de su cuerpo responde a cada una de las cosas que usted piensa y a cada palabra que dice. Cuando un modo de hablar y de pensar se hace continuo, termina expresándose en comportamientos y posturas corporales, en formas de estar y de «mal estar». La persona que tiene continuamente un gesto ceñudo no se lo creó teniendo ideas alegres ni sentimientos de amor. La cara y el cuerpo de los ancianos muestran con toda claridad la forma en que han pensado durante toda una vida. ¿Qué cara tendrá usted a los ochenta años? Los oídos: Representan la capacidad de oír. Cuando hay problemas con los oídos, eso suele significar que a uno le está pasando algo de lo que no se quiere enterar. El dolor de oídos indica que lo que se oye provoca enfado. Se trata de un dolor común en los niños, que a menudo tienen que oír en casa cosas que realmente no quieren escuchar. Con frecuencia, las normas de la casa prohíben a los niños expresar su enojo, y su incapacidad para cambiar las cosas les provoca el dolor de oídos. La sordera representa una negativa, que puede venir de mucho tiempo atrás, a escuchar a alguien. Observen que cuando un miembro de una pareja es «duro de oído», generalmente el otro es charlatán.
La cabeza nos representa
Es lo que mostramos al mundo, la parte de nuestro cuerpo por la cual generalmente nos reconocen. Cuando algo anda mal en la región de la cabeza, suele significar que sentimos que algo anda mal en «nosotros». El pelo representa la fuerza. Cuando estamos tensos y asustados, es frecuente que nos fabriquemos estas bandas de acero que se originan en los músculos de los hombros y desde allí suben a lo alto de la cabeza; a veces incluso rodean los ojos. El pelo crece desde los folículos pilosos, y cuando hay mucha tensión en el cuero cabelludo, puede estar sometido a una presión tal que no le deja respirar, provocando así su muerte y su caída. Si la tensión se mantiene y el cuero cabelludo no se relaja, el folículo sigue estando tan tenso que el pelo nuevo no puede salir, y el resultado es la calvicie. En las mujeres, la calvicie ha ido en aumento desde que empezaron a entrar en el «mundo de los negocios», con todas sus tensiones y frustraciones, aunque no se hace tan evidente en ellas porque las pelucas para mujeres son sumamente naturales y atractivas. Lamentablemente, los postizos masculinos todavía son demasiado visibles desde bastante lejos. Estar tenso no es ser fuerte. La tensión es debilidad. Estar relajado, centrado y sereno, eso es ser realmente fuerte. Sería bueno que todos relajásemos más el cuerpo, y muchos necesitamos también relajar el cuero cabelludo. Inténtelo. Dígale a su cuero cabelludo que se relaje, y observe si hay alguna diferencia. Si tiene una sensación perceptible de relajación, yo le diría que practique con frecuencia este ejercicio.
Ojos: los ojos representan la capacidad de ver
Cuando tenemos problemas con ellos eso significa, generalmente, que hay algo que no queremos ver, ya sea en nosotros o en la vida, pasada, presente o futura. Siempre que veo niños pequeños que usan gafas, sé que en la casa está pasando algo que ellos no quieren mirar. Ya que no pueden cambiar la situación, encuentran la manera de no verla con tanta claridad. Muchas personas han tenido experiencias de curación impresionantes cuando se han mostrado dispuestas a retroceder en el pasado para hacer una «limpieza», y tirar aquello que no querían ver uno o dos años antes de que tuvieran que empezar a usar las gafas. ¿No estará usted negando algo que sucede en su presente? ¿Qué es lo que no quiere enfrentar? ¿Tiene miedo de contemplar el presente o el futuro? Si pudiera ver con claridad, ¿qué vería que ahora no ve? ¿Puede ver lo que está haciéndese a sí mismo? Sería interesante considerar estas preguntas.
Articulaciones: permiten la producción de movimientos con gracia y soltura
Si tenemos las articulaciones agarrotadas e incapaces de moverse nos volvemos rígidos, nuestro medio de expresión se toma rígido e inflexible. A través de las articulaciones podemos expresarnos con facilidad y propiedad. Las articulaciones contienen tejido duro, tejido blando y líquidos, de modo que los problemas en la zona pueden afectar uno o más de estos tres aspectos. Una inflamación en las articulaciones revela, por tanto, una resistencia o irritación respecto al movimiento, tal vez un temor a lo que nos espera delante, o una dificultad en someternos a ello. Hay una falta de la energía que se desplaza por las articulaciones, lo que indica que estamos tomando energía de esa parte de nuestro cuerpo-mente. Esto dependerá de la zona del cuerpo afectada. Así, por ejemplo, las articulaciones del hombro, codos y muñecas nos permiten desplazar la energía desde el corazón hasta las manos, para que podamos expresar nuestros sentimientos afectivos. Estas articulaciones autorizan además la libre expresión de nuestra energía creativa y activa, nuestras aptitudes manipuladoras y ejecutivas. Una disfunción en cualquiera de esas articulaciones puede indicar un temor a expresar esa energía, una contrariedad o resistencia a ello.
Los dolores de cabeza
Provienen del hecho de desautorizarnos a nosotros mismos. La próxima vez que le duela la cabeza, deténgase a pensar cómo y cuándo ha sido injusto con usted mismo. Perdónese, no piense más en el asunto, y el dolor de cabeza volverá a disolverse en la nada de donde salió. Las migrañas o jaquecas se las crean las personas que quieren ser perfectas y que se imponen a sí mismas una presión excesiva. En ellas está en juego una intensa cólera reprimida.
Los problemas en los senos paranasales
que se manifiestan en la cara, en la zona más próxima a la nariz, significan que a uno lo irrita alguien que es una presencia muy próxima en su vida. Hasta es posible que sienta que esa persona lo está sofocando o aplastando.
La espalda representa nuestro sistema de apoyo
Tener problemas con ella significa generalmente que no nos sentimos apoyados, ya que con demasiada frecuencia creemos que sólo encontramos apoyo en nuestro trabajo, en la familia o en nuestra pareja, cuando en realidad contamos con el apoyo total del Universo, de la Vida misma.
La parte superior de la espalda
Tiene que ver con la sensación de no tener apoyo emocional. «Mi marido (mujer, amante, amigo o jefe) no me entiende o no me apoya.» La parte media se relaciona con la culpa, con todo eso que dejamos a nuestras espaldas. ¿Tiene usted miedo de ver lo que hay allí detrás, a sus espaldas? ¿Quizá se lo está ocultando? ¿Se siente apuñalado por la espalda? ¿Se encuentra realmente agotado? Sus finanzas, ¿están hechas un lío, o usted se preocupa excesivamente por ellas? Entonces, es probable que tenga molestias en la zona lumbar. La causa está en la falta de dinero o el temor de no tener lo suficiente. La cantidad que usted tenga no tiene nada que ver con eso.
La garganta
Representa nuestra capacidad de «defendernos» verbalmente, de pedir lo que queremos, de decir «yo soy», etcétera. Cuando tenemos problemas con ella, eso significa generalmente que no nos sentimos con derecho a hacer esas cosas. Nos sentimos inadecuados para hacernos valer. El dolor de garganta es siempre enfado. Si además hay un resfriado, existe también confusión mental. La laringitis significa generalmente que uno está tan enojado que no puede hablar. La garganta representa también el fluir de la creatividad en nuestro cuerpo. Es el lugar del cuerpo donde expresamos nuestra creatividad, y cuando la frustramos y la sofocamos, es frecuente que tengamos problemas de garganta. Todos sabemos cuántas personas hay que viven toda su vida para los demás, sin hacer jamás lo que quieren. Siempre están complaciendo a madres, cónyuges, amantes o jefes.
La amigdalitis y los problemas tiroideos
No son más que creatividad frustrada, incapaz de expresarse. El centro energético situado en la garganta, el quinto chacra, es el lugar del cuerpo donde tiene lugar el cambio. Cuando nos resistimos al cambio, o nos encontramos en pleno cambio, o estamos intentando cambiar, es frecuente que tengamos mucha actividad en la garganta o cuando oiga toser a otra persona. Cuando tosa, pregúntese: ¿Qué es lo que se acaba de decir? ¿A qué estamos reaccionando? ¿Es resistencia y obstinación, o es que el proceso de cambio se está produciendo? Cada vez que alguien tose, hago que se toque la garganta y diga en voz alta: Estoy dispuesto a cambiar o Estoy cambiando
El exceso de peso
Representa una necesidad de protección. Tratamos de protegernos de heridas, agravios, críticas, abusos e insultos, de la sexualidad y de las insinuaciones sexuales de un miedo general a la vida, y también de miedos específicos. Luchar contra la obesidad es perder tiempo y energía. Las dietas no funcionan, porque tan pronto como se las interrumpe, el peso vuelve a aumentar. Amarse y aprobarse, confiar en el proceso de la vida y depositar su segundad interna en el conocimiento del poder de su propia mente son los elementos básicos de la mejor dieta que conozco. Póngase a dieta de pensamientos negativos, y el problema del peso se resolverá solo.El sentimiento de culpa es una emoción totalmente inútil, que jamás hace que nadie se sienta mejor ni modifica para nada una situación.Su «sentencia» ya se ha cumplido, de manera que déjese salir de prisión. Perdonar no es más que soltar, dejar partir...Cualquier hinchazón del cuerpo representa atascos y estancamientos en el estado emocional. Nosotros mismos nos creamos situaciones en que nos «hieren» y nos aferramos luego a su recuerdo. Con frecuencia las hinchazones representan lágrimas contenidas que sentimos como algo enquistado, o provienen de culpar a otros por nuestras propias limitaciones.Renuncie al pasado; déjelo que se vaya y recupere su propio poder. Deje de estar pendiente de lo que quiere, y use su mente para crear lo que «sí quiere». Déjese llevar por la marea de la vida.
Las piernas son lo que nos lleva hacia adelante
Los problemas en las piernas suelen indicar un miedo a avanzar o una renuncia a seguir andando en cierta dirección. Corremos, nos arrastramos, andamos como pisando huevos, se nos aflojan las rodillas, somos patituertos o patizambos y nos quedamos patitiesos. Y además, tenemos los muslos enormes, coléricamente engrosados por la celulitis, llenos de resentimientos infantiles. Con frecuencia, no querer hacer algo produce algún problema menor en las piernas. Las venas varicosas significan que nos mantenemos en un trabajo o en otro lugar que nos enferma. Las venas pierden su capacidad de transportar alegría. Pregúntese si está marchando en la dirección en que quiere ir.
Las rodillas como el cuello, se relacionan con la flexibilidad
Hablan de inclinarse y de ser orgulloso, del yo y de la obstinación. Con frecuencia, cuando avanzamos, nos da miedo inclinarnos y nos ponemos tiesos. Y eso vuelve rígidas las articulaciones. Queremos avanzar, pero no cambiar nuestra manera de ser. Por eso las rodillas tardan tanto en curarse, porque está en juego nuestro yo. El tobillo también es una articulación, pero si se daña puede curarse con bastante rapidez. Las rodillas tardan porque en ellas están en juego nuestro orgullo y nuestra autojustificación. La próxima vez que tenga algún problema con las rodillas, pregúntese de qué está justificándose, ante qué está negándose a inclinarse. Renuncie a su obstinación y aflójese. La vida es fluencia y movimiento, y para estar cómodos debemos ser flexibles y fluir con ella. Un sauce se dobla y se mece y ondula con el viento, y está siempre lleno de gracia y en armonía con la vida.
Los accidentes son expresiones de cólera
Indican una acumulación de frustraciones en alguien que no se siente libre para expresarse o para hacerse valer. Indican también rebelión contra la autoridad. Nos enfurecemos tanto que queremos golpear a alguien y, en cambio, los golpeados somos nosotros. Cuando nos enojamos con nosotros mismos, cuando nos sentimos culpables, cuando tenemos la necesidad de castigarnos, un accidente es una forma estupenda de conseguirlo. Puede que nos resulte difícil creerlo, pero los accidentes los provocamos nosotros; no somos víctimas desvalidas de un capricho del destino. Un accidente nos permite recurrir a otros para que se compadezcan y nos ayuden al mismo tiempo que curan y atienden nuestras heridas. Con frecuencia también tenemos que hacer reposo en cama, a veces durante largo tiempo, y soportar el dolor.
Tanto la anorexia como la bulimia
Expresan una negación de la propia vida, y son una forma extrema de odio hacia uno mismo. Cuando se odia a sí mismo, en realidad odia una idea que tiene de sí mismo. Y las ideas se pueden cambiar. ¿Qué hay en usted que sea tan terrible? ¿Se crió en una familia que criticaba continuamente su comportamiento? ¿O eran sus maestros quienes lo criticaban? En sus primeros contactos con la religión, ¿le dijeron que así, tal como usted era, «no servía»? Con demasiada frecuencia procuramos hallar razones «comprensibles» que nos digan por qué no nos quieren ni nos aceptan tal como somos. Nada funciona desde afuera. La clave es la aprobación y la aceptación de uno mismo.
La artritis
Es una enfermedad que se origina en una constante actitud de crítica. En primer lugar, la persona se critica a sí misma, pero también critica a los demás. Los artríticos suelen ser muy criticados, porque su propio estilo es criticar; entonces cargan con la maldición del «perfeccionismo», es decir, con la necesidad de ser perfectos siempre y en cualquier situación. ¿Conoce usted a alguien en este planeta que sea «perfecto»? Yo no. ¿Por qué nos imponemos normas que nos exigen que seamos «superpersonas» para sentirnos apenas aceptables? Ésta es una expresión muy fuerte del «no sirvo», y es una carga pesadísima de llevar.
Del asma decimos que es un "amor que sofoca"
La persona tiene la sensación de no tener derecho a respirar por su cuenta. Los niños asmáticos suelen tener una conciencia sobre desarrollada; asumen las culpas de todo lo que anda mal en su medio, se sienten indignos, no valiosos y, por consiguiente, culpables y merecederos de castigo. A veces, el cambio de clima cura a los asmáticos, especialmente si no los acompaña la familia.
Abscesos, quemaduras, cortes, fiebres, llagas e inflamaciones diversas
Son todos, indicios de una cólera que se expresa en el cuerpo. Por más que intentemos suprimirlo, el enojo encontrará maneras de expresarse. Hay que dejar salir la presión acumulada. Nuestro enojo nos da miedo porque sentimos que podemos destruir nuestro mundo, pero es algo que se puede liberar simplemente diciendo: «Estoy enfadado por esto». Es verdad que no siempre podemos decirle algo así a nuestro jefe, pero podemos aporrear la cama o vociferar en el coche cerrado o jugar al tenis, que son maneras inofensivas de descargar físicamente la cólera. Es frecuente que las personas con tendencias espirituales creen que no deberían enojarse. Ciertamente todos nos esforzamos por llegar al momento en que ya no culpemos a nadie por nuestros sentimientos; pero mientras no hayamos llegado a ese punto, es más saludable que reconozcamos qué es lo que sentimos en un momento dado.
El cáncer
Es una enfermedad causada por un profundo resentimiento contenido durante muchísimo tiempo, hasta que literalmente va carcomiendo el cuerpo. En la infancia sucede algo que destruye nuestro sentimiento de confianza. Esta es una experiencia que jamás se olvida, y el individuo vive compadeciéndose de sí mismo y se le hace difícil cultivar y mantener durante mucho tiempo relaciones significativas. Con un sistema de creencias así, la vida se muestra como una serie de decepciones. Un sentimiento de desesperanza, desvalimiento y pérdida se adueña de nuestro pensamiento, y nada nos cuesta culpar a otros de todos nuestros problemas. La gente que tiene cáncer, además, es muy autocrítica. Para mí, la clave de la curación del cáncer está en amarse y aceptarse.
Empezamos por olvidarnos de que las situaciones las creamos nosotros, y entonces abdicamos de nuestro poder, culpando a otra persona de nuestra frustración. No hay persona, lugar ni cosa que tenga poder alguno sobre nosotros, porque en nuestra mente la única entidad pensante somos nosotros. Nosotros creamos nuestras experiencias, nuestra realidad y todo lo que hay en ella. Cuando creamos en nuestra mente paz, armonía y equilibrio, eso es lo que encontramos en la vida.
El cerebro y sus emociones
La salud perfecta y el pleno despertar son, en realidad, lo mismo. La única curación auténtica es la autocuración. El querer curarse sinceramente puede motivar a una persona para que realice los cambios necesarios en aquellas actitudes, sentimientos y emociones que son responsables de su sufrimiento.
La curación no ocurrirá con sólo conocer su causa. Porque incluso cuando se ha solucionado un conflicto o se ha liberado una emoción, el cuerpo puede necesitar un tiempo más o menos largo para proceder a la reparación del tejido o del órgano afectado. La curación no es más que volver al estado de armonía y de equilibrio. Admitir una dificultad o una debilidad es estar ya en el camino de superarla.
El hemisferio izquierdo de nuestro cerebro asume las funciones de orden racional tales como leer, hablar, contar, pensar, analizar una situación y establecer asociaciones; se relaciona con el pensamiento lógico y corresponde a nuestro aspecto emisor masculino o Yang; controla la parte derecha de nuestro cuerpo.
El hemisferio derecho gestiona las informaciones afectivas y emocionales; nos permite reconocer globalmente una situación y atribuirle un colorido emocional y sensitivo; se relaciona con nuestra imaginación, nuestra intuición y participa en la actividad onírica; corresponde a nuestra parte femenina o Yin; rige la parte izquierda de nuestro cuerpo.
El intercambio de información entre los dos hemisferios y la conclusión que de ello resulte, determinarán nuestra forma de actuar. Sin embargo, la información que llega a nuestro cerebro derecho es determinante. La memoria emocional del cerebro límbico contiene la respuesta a muchas causas de malestares y enfermedades (Ej. Hemisferio izquierdo: Mi madre me ha dejado sola con mi padre. Hemisferio derecho: Me siento abandonada).
El papel principal del cerebro límbico es garantizar nuestra supervivencia evitando hacernos revivir experiencias consideradas desagradables y haciéndonos revivir las que se consideran buenas y a repetir. El problema fundamental del cerebro límbico es que no piensa, no diferencia entre lo real o imaginario sino que sólo le importa lo que siente; no posee el discernimiento necesario para ver qué experiencias a evitar que podrían ser favorables para nosotros y cuáles a repetir pueden, sin embargo, repercutir perjudicial mentes obre nuestra salud. El miedo a cualquier peligro hace que se cierre automáticamente porque reacciona a todo lo que pueda parecer una amenaza para nuestra supervivencia.
El inconsciente no diferencia entre una imagen exterior o interior y el cerebro límbico reacciona a estas imágenes clasificándolas como experiencias a renovar o a evitar. Esto nos lleva de manera inevitable a protegernos continuamente. Como nos da miedo a sufrir, cuando nos sentimos amenazados ponemos en marcha mecanismos de protección.
El hipotálamo:
Es la voz del cuerpo en el cerebro
Rige las actividades del sistema neurovegetativo que a su vez coordina las relaciones entre las vísceras y garantiza la regulación de las funciones llamadas vegetativas o automáticas, es decir, aquellas que son independientes de nuestra voluntad consciente.
Para ello el sistema posee dos grandes circuitos: el simpático y el parasimpático
El simpático estimula todo lo que está biológicamente previsto para mantenernos en estado de alerta y de potencial combatividad; predomina al estar despiertos y es el que interviene en las situaciones estresantes. El parasimpático estimula nuestras funciones de descanso y recuperación, predomina en nuestro periodo de sueño. Si uno de los dos sistemas trabaja en exceso lo hará en detrimento del otro.
El hipotálamo rige también el sistema endocrino (glándulas endocrinas: tiroides, paratiroides, suprarrenales, genitales y la hipófisis), asumiendo el papel ejecutor sin analizar ni intentar saber si una orden es o no favorable.
Si los sistemas neurovegetativos y endocrinos se encuentran ante la imposibilidad de ejecutar una acción ordenada para adaptar el organismo, se podría desencadenar un desorden que complicaría la salud.
Cuanta más emoción se sienta al recibir una información más fuerte será la respuesta del hipotálamo porque la acción dirige la energía de cada situación concreta.
Tenemos que aprender a cultivar nuestro discernimiento si no queremos malgastar nuestra salud y nuestro bienestar. El camino de la curación pasa por el proceso de buscar la causa del malestar o de la enfermedad para llegar a conocer el remedio adecuado. Y para usar el propio discernimiento no se necesita saber de todo.
La única manera de liberarnos es volver a vivir los acontecimientos que nos hicieron sufrir a fin de desdramatizarlos y transformar nuestra comprensión sobre ellos. Al revivir una situación puede resultar saludable expresar lo que en su momento no se dijo, ya se trate de una necesidad, decepción, tristeza, enfado, repugnancia u odio. El trabajo tiene como objetivo transformar esas ecuaciones que nos son favorables en otras que sí lo serán.
Mientras permanezca el consuelo no podremos liberarnos del sufrimiento que llevamos. Es preciso traer esos recuerdos a la conciencia pues en esto reside la clave para curar muchas enfermedades. Al querer huir de una situación que nos hace daño, huimos también de lo que nos permite liberarnos de ella.
Todos los métodos son buenos siempre que sean empleados con sentido común. Pensamientos (conciencia), respiración (energía) y alimentación (materia) están interrelacionados. Poco importa la vía que se elija, lo que cuenta es elevar la conciencia para dejar de sufrir manifestaciones desagradables. Lo que se pretende es responsabilizarnos de nuestra vida, ser felices y gozar de buena salud.
Poseemos la capacidad de crear la enfermedad, también tenemos el potencial para liberarnos de ella
Lo que más necesita una persona enferma es que la tranquilicen y que después la guíen hacia un proceso de auto-curación. Lo que no necesita en absoluto es asustarse y sentirse condenada por pronósticos sombríos.
Pidamos a nuestra mente consciente que rechace total e inmediatamente cualquier afirmación que haya oído y que no sea totalmente favorable, y la sustituya entonces por lo que pueda contribuir a nuestra felicidad y a nuestro bienestar. Pedir también acoger las almas luminosas para guiarlas en nuestro camino si eso está de acuerdo con nuestro plan evolutivo. Después entregarnos a la Sabiduría divina para dejar que se manifieste la situación ideal.
Enfermarse, sentirse desgraciado o encontrarse en una situación desagradable no es una cuestión de mala suerte ni una casualidad o un castigo divino; no es más que el resultado de sintonizarnos con determinada frecuencia. Solo hay que cambiar de frecuencia negativa a una positiva para que el malestar, el dolor o la enfermedad desaparezcan, para transformar una situación difícil o para mejorar nuestra relación con los demás.
Las sugestiones más arraigadas se obtienen a fuerza de repetición; lo mismo ocurre con las frases o expresiones que repetimos con frecuencia. Al tomar conciencia del efecto de las repeticiones optaremos por las que nos son favorables y nos apresuraremos a eliminar las desfavorables. Se sugiere entonces repetir constantemente:
En cada momento creamos nuestra realidad mediante los pensamientos que sintonizamos, las palabras que pronunciamos y las elecciones que hacemos. Cuanto más ampliamos el campo de nuestra conciencia, más podemos intervenir para transformar favorablemente nuestro mundo y mejor podemos gobernar nuestra vida. Ejemplos de palabras que crean nuestros problemas y por tanto debemos anular y en su defecto utilizar otras nuevas: siempre tengo que contenerme crea el síntoma de estreñimiento y se debe utilizar a cambio cada vez soy más yo misma; no puedo sentirlo crea la sinusitis y es preciso utilizar aprendo a acogerlo; tengo la impresión de estar estancado crea dolor de pies y utilizar mejor busco el paso que tengo que dar; el agua me engorda da por síntoma la obesidad y en cambio hay que utilizar el agua elimina mi exceso de grasa; y así sucesivamente.
Cuando se quiere huir de una situación que conlleva a una importante lección para nuestra evolución, la enfermedad puede obligarnos a afrontarla. Podemos tratar de huir de nosotros mismos anestesiándonos, desvaneciéndonos, paralizándonos o angustiándonos. Pero huir no es la solución porque aquello que nos da miedo y de lo que queremos escapar nos persigue constantemente.
Hay que acoger a las emociones y no enfrentarse a ellas o provocarlas: no hacemos que las flores crezcan tirando de ellas. Hay que intentar encontrar la emoción o sentimiento en la cual nos hemos quedado atascados: duda, abandono, desvalorización, etc. o una mezcla de varios de ellos. El ser responsables significa reconocer que somos los creadores de lo que vivimos. Esto supone aceptar y reconocer que nuestros pensamientos, sentimientos, actitudes o las lecciones que debemos integrar en nuestro camino evolutivo, han dado a lugar a las situaciones felices o desdichadas que hemos encontrado en nuestra vida o que vivimos actualmente.
Cualquier cosa que hayamos vivido, cualquiera que sea la enfermedad que nos afecta o el trágico suceso que hayamos sufrido, lo necesitábamos para asimilar lecciones esenciales para nuestra evolución.
Reconocer que todo es perfecto no significa abdicar, abandonarse o no reaccionar; al contrario, es actuar con responsabilidad en lugar de elegir la vía de la rebelión o de la abdicación. Con la ley de la responsabilidad ya no hay víctimas ni verdugos. No se puede acusar a los demás de lo que se vive porque hay algo que nos hace reaccionar de esa manera o lleva al otro al tratarnos así.
El otro no es más que un espejo en el que nos miramos. Uno puede rechazar su furia y otro expresarla con violencia: ambos están presos en ella.
Desde nuestra más tierna infancia hemos estado sometidos a diversas influencias; las que más nos han marcado son aquellas que recibimos de las personas en quienes más confiábamos. Repetiremos los mismos guiones hasta que alcancemos la suficiente madurez afectiva para dejar de amar como un niño (a) que depende de su mamá (papá).
Revisemos nuestras programaciones. Podemos haber programado tener más de los demás = Injusto, y entonces desearemos tener cosas bonitas o tener éxito, pero atraeremos las circunstancias adecuadas para romper nuestras cosas bonitas o sabotear nuestro éxito y nuestras posibilidades.
Una persona puede ser más sensible a determinadas vibraciones que otra, dependiendo de lo que tenga en su memoria emocional o de las lecciones que deba asimilar.
Pero por sobre todo debemos hacer cosas que nos aporten alegría y con las que pensamos empleamos bien la vida; prestar atención a nuestras necesidades y a nosotros mismos; dejar que se vayan todas las emociones negativas que podamos encontrar en nuestro interior; cultivar imágenes positivas en nuestra mente; proponernos objetivos entusiastas; descubrir lo que realmente queremos hacer; encontrar maneras de expresar el amor; amarnos y amar a los demás; crear relaciones en las que se tenga cabida el juego, la diversión y el amor; curar todas las relaciones traumáticas de nuestro pasado, especialmente las tenidas con los padres y familiares; decidirnos a consagrarnos al bienestar y a la felicidad; aceptarnos y aceptar todo lo que hay en nuestra vida como una oportunidad para crecer y progresar; aprender a sacar lo que se puede de cada experiencia; y avanzar con sentido del humor.
Por miscuriosidades.com