Es Antón Chéjov autor de una de las 10 mejores obras de la historia

México, D.F..- El libro `Cuentos`, del escritor ruso Antón Chéjov, quien nació el 29 de enero de 1860, fue elegido una de las 10 obras literarias más importantes de la historia mundial, de acuerdo con una lista de la revista estadounidense `Time`.

La selección fue elaborada por Lev Grossman, quien reconoce que hacer un trabajo de este tipo es una obscenidad, ya que "la literatura es el reino de lo inefable e incuantificable", por lo que hacer una selección puede terminar como si se tratase de un deber de casa.

Grossman incluyo en su listado a `Ana Karenina` y `La guerra y la paz`, de León Tolstoi; `Madame Bovary`, de Gustav Flaubert; `Lolita`, de Vladimir Nabokov; `Las historias de Hucleberry Finn`, de Mark Twain, y `Hamlet`, de William Shakespeare.

Así como `El gran Gatsby`, de F. Scott Fitzgerald; `En busca del tiempo perdido`, de Marcel Proust, y `Middlemarch`, de George Eliot.

El escritor y dramaturgo ucraniano Antón Chéjov es considerado como uno de los grandes maestros del cuento y de los relatos humorísticos, conocido a nivel mundial gracias a obras como "El jardín de los cerezos" y "Las tres hermanas", entre muchas otras.

Figura destacada de la literatura rusa, fue originario de Taganrog, Ucrania, donde realizó sus primeros estudios y luego estudió medicina en la Universidad Estatal de Moscú; era hijo de un comerciante.

La primera colección de escritos humorísticos de Chéjov, llamada "Relatos de Motley", apareció en 1886, y su primera obra de teatro, "Ivanov", se estrenó en Moscú al año siguiente.

Visitó la colonia penitenciaria de la isla de Sajalín, en la costa de Siberia, en 1890, para escapar de las inquietudes de la vida del intelectual urbano, y, posteriormente, escribió un relato de su visita al reclusorio (1891-1893).

Fijó su residencia en Melihovo en 1892, donde se dedicó a la educación y a la labor médica (de forma gratuita). Es en esta época cuando escribió la mayor parte de sus narraciones y textos teatrales.

La frágil salud de Chéjov, quien padecía tuberculosis, enfermedad incurable, lo llevó a trasladarse en 1897 de su pequeña propiedad cercana a Moscú a Crimea, de clima más cálido.

Chéjov se desempeñó como dramaturgo y director de teatro hasta su muerte, lo que le permitió la representación de varios de sus dramas en un acto y de sus obras más significativas, como "El tío Vania" (1897), "Las tres hermanas" (1901) y "El jardín de los cerezos" (1904).

Autor prolífico con 588 novelas cortas o relatos largos, los cuales han sido registrados, también cosechó grandes éxitos con sus narraciones humorísticas como "Mi vida", "Relatos de un desconocido" y "El monje negro", entre muchas otras.

Chéjov, quien es considerado como un representante fundamental del naturalismo moderno, dentro del teatro ruso, se casó en 1901 con Olga Knipper, actriz que había actuado en sus obras.

La crítica afirma que a él se debe el relato moderno, en el que el efecto depende más del estado de ánimo y del simbolismo que del argumento.

Sus narraciones, más que tener un clímax y una resolución, son una disposición temática de impresiones e ideas. Utilizó temas de la vida cotidiana.

Retrató la vida rusa anterior a la revolución de 1905: las vidas inútiles, tediosas y solitarias de personas incapaces de comunicarse entre ellas y sin posibilidad de cambiar una sociedad que sabían era inherentemente errónea.

Sus obras dramáticas, lo mismo que sus relatos, son estudios del fracaso espiritual de unos personajes en una sociedad feudal que se desintegraba.

Para presentar esos temas, Chéjov desarrolló una nueva técnica dramática, que él llamó de "acción indirecta". Para ello diseccionaba los detalles de la caracterización e interacción entre los personajes más que el argumento o la acción directa.

Algunos de los mejores relatos del escritor se incluyen en el libro publicado en 1910 de manera póstuma, titulado "Los veraneantes y otros cuentos".

Las obras del gran pensador que murió en Badenweiler, Alemania, el 14 de julio de 1904, fueron inicialmente rechazadas en Moscú, pero su técnica fue aceptada por los dramaturgos, al ser montadas con frecuencia en los repertorios dramáticos.

Chéjov fue un hombre de gran corazón, cuya caridad hacia el prójimo la concretó en hechos como la primera Casa del Pueblo, de Moscú; se ocupó de que se construyera una clínica para curar las enfermedades de la piel, construyó la primera estación biológica de Crimea y escuelas para los hijos de los campesinos.

Además, mandó libros para escuelas, trató a los enfermos sin cobrarles, ayudó a los hambrientos cuando las cosechas eran escasas y en el transcurso de la famosa epidemia de cólera, ejerció su labor de médico, él sólo, en 25 poblaciones.