"Las crónicas no mueren, muere el periodismo diario": Sergio Ramírez

México, D.F..- Para el escritor nicaragüense Sergio Ramírez hay un tipo de periodismo que nunca muere, aunque las noticias se sucedan unas a otras. La crónica bien escrita, señala, perdura por su calidad y se convierte en "una pieza literaria".

"Más allá del periodista que es consumido por la nota diaria, aparece el profesional que hace crónicas, analiza la realidad desde distintos ángulos, investiga, convierte a los protagonistas en personajes y elabora lo que podría ser considerado una pieza literaria", dijo el autor de "Margarita, está linda la mar" en diálogo con dpa.

Ramírez, que forma parte de la junta directiva de la fundación de Gabriel García Márquez de Nuevo Periodismo Iberoamericano, abrirá hoy los coloquios del encuentro "Nuevos Cronistas de Indias 2", en el que participarán grandes figuras del periodismo narrativo, en Ciudad de México.

"Me parece que ese es el periodismo que se abre paso en el continente y muchos de los invitados a esta reunión son directores de revistas muy dinámicas, donde se publican artículos de este nuevo periodismo que tiene gran futuro en Latinoamérica", agregó.

Ramírez, vicepresidente de Nicaragua entre 1979 y 1980, uno de los líderes de la Revolución Sandinista, considera que aquel periodo histórico del país donde nació hace 70 años, fue muy "cronicado" por periodistas de todo el mundo y de la época.

"En mi biblioteca tengo 400 libros de crónicas dedicadas al sandinismo, escritas por estadounidenses, mexicanos, alemanes. Claro, ese tipo de acontecimientos tiene mucha cuerda y genera las reflexiones periodísticas que luego dan paso a las crónicas que pueden ser luego recogidas en un libro. Las crónicas nunca mueren, muere el periodismo diario", asegura.

Para el escritor de "El cielo llora por mí", que considera al polaco Ryszard Kapuscinski (1932-2007) el gran cronista de nuestros tiempos, es el estilo lo que da sustancia a la crónica periodística.

"Lo importante de una crónica es cómo está escrita. Me pueden contar una verdad en cuatro líneas y luego la olvido, porque no me resulta atractiva. En el estilo está todo. Es aquello que decía mi paisano el poeta Rubén Darío: la gran lucha de la literatura es perseguir un estilo que no encuentra la forma", agregó.

"Hacer calzar las palabras en las ideas: eso es lo difícil y lo que verdaderamente trasciende. Al fin y al cabo, a lo largo de la historia de la humanidad, los temas se repiten, son los mismos. La violencia, la corrupción, existen desde hace 10,000 años. Lo importante es la forma cómo se tratan esos temas".