Los unen lazos de vida y servicio a la sociedad
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En los primeros minutos de una emergencia los rescatistas o paramédicos son quienes, sin recibir nada a cambio, proporcionan la ayuda inicial que puede ser clave para evitar una muerte. Al celebrarse hoy el Día del Socorrista, la Cruz Roja reconocerá su labor
Ciudad de México.No hace tanto que el doctor Justino Fernández enfrentó uno de los mayores retos de su vida en el intento de rescatar a su esposa de un shock anafiláctico, una noche mientras ambos estaban en su casa.
Solventó la emergencia con su amplia experiencia médica, y con lo que tenía a la mano, hasta que se agotaron sus posibilidades y llamó a la Cruz Roja, donde él ha laborado en el servicio de emergencia desde hace 24 años.
Marcó el 065, describió la escena, y a la vuelta de unos cuantos minutos recibía en su domicilio a su compañero Héctor Abecillas, paramédico-rescatista que aplicó los protocolos de atención en emergencia médica para después conducir, en la ambulancia número 46, a Marcia Pallés hacia el hospital más cercano. Ella sobrevivió.
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Un hilo que no se cortó
Un tiempo después sería el propio doctor Justino Fernández quien se vería en una situación de extrema urgencia, al impactarse con su auto en la carretera México-Toluca. Iba solo. Con la vida al límite, desde el interior de su auto destrozado, decidió hacer una sola llamada. De nuevo marcó el 065.
El doctor Fernández dio su ubicación. Pidió una ambulancia. Cuando llegó la número 46, descendía de ella, una vez más, el paramédico Héctor Abecillas: el mismo que un tiempo atrás había salvado a su esposa. La vida del doctor Fernández pedía de un hilo, pero el hilo no se cortó. Permaneció durante varias semanas en el hospital y al salir pidió ver a Abecillas. "Quería darle un abrazo, decirle gracias."
Esto podría ser solo una doble coincidencia, aunque poco probable, toda vez que en la Cruz Roja Mexicana laboran 11 mil 936 técnicos en urgencias médicas (paramédicos), en distintos horarios y servicios de emergencia. Ellos, al igual que 3 mil 846 médicos y enfermeras, se sumarán a los festejos del Día del Socorrista, este 24 de junio.
Ambos coinciden en que ser rescatistas es algo que se lleva en la sangre, "un asunto relacionado con el deseo de ayudar a nuestros semejantes sin recibir nada a cambio".
Justino Fernández, médico especialista en ortopedia y desde hace dos años consejero nacional de la Cruz Roja, y Héctor Abecillas, paramédico, son hombres que a lo largo de más de dos décadas de labor no han recibido remuneración alguna: son voluntarios. Ambos trabajan además en otros sitios y aseguran que no dejarán de prestar sus servicios a la Cruz Roja, institución que dicen los ha formado hacia la pasión de servir.
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Distracciones mortales
Afirman que los accidentes de tránsito se han incrementado por el uso de celulares al manejar. "Es frecuente que lleguemos al siniestro y encontremos a personas ya fallecidas con el celular aun en la mano. Jóvenes que, por lo general, van texteando (respondiendo y enviando mensajes) en sus teléfonos celulares. Toma un minuto para que un celular se caiga alsuelo y en una distracción se pierde la vida", agrega Abecillas.
Otro de los problemas que enfrentan los rescatistas son los multihomicidios. "Hace poco recibimos una llamada de emergencia, encontramos cinco cuerpos baleados, y comenzaron a dispararnos desde una casa para que nosotros, como paramédicos de la Cruz Roja, no atendiéramos a los que yacían en el suelo. Tuvimos que correr por nuestras vidas", Abecillas.
En 2010, la Cruz Roja atendió 12 desastres naturales y logró enviar más de 12 millones de kilos de ayuda humanitaria a las zonas afectadas. Durante el mismo año, proporcionó a nivel nacional más de un millón 300 mil servicios de ambulancias, y 4 millones 933 mil 390 servicios médicos.
Para Daniel Goñi-Díaz, presidente nacional de la Cruz Roja, institución que cumple 100 años, "la fuerza de esta institución radica en sus voluntariados y socorristas, que son quienes con mayor entrega y valor desarrollan su labor".
El 24 de junio los socorristas reciben condecoraciones por sus años de servicio, por méritos. "Queremos darle el estatus de ciudadano distinguido a quien hace la labor de socorrista, son seres profundamente comprometidos con la sociedad, más allá de sus familias, compromisos personales y amistades", comenta Goñi-Díaz. Para el funcionario, la Cruz Roja reposa en el quehacer de socorristas y rescatistas, los cuales difícilmente se ven involucrados en actos ilegales o actividades ilícitas.
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Una nueva generación
Hay aquellos que como Irina Chávez y Roberto Mata, de 21 y 24 años de edad, respectivamente, comenzaron a prestar sus servicios como paramédicos de esta institución como un acto de retribución hacia la Cruz Roja.
Ambos sufrieron accidentes automovilísticos casi fatales, sobrevivieron y al cumplir los 18 años comenzaron como voluntarios. Estudian medicina; esperan recibirse en un futuro como médicos y aseguran que nunca dejarán de prestar su servicio voluntario a una institución a quien le deben la vida.
Roberto Mata es instructor en capacitación de Técnicos en Urgencias Médicas, e Irina es técnica en Urgencias Nivel Básico. El primer paciente que Irina atendió como paramédica fue un hombre atropellado.
"Yo lo movía y se quejaba aún más. Tuve que contenerme, resistir el miedo que me rodeaba ante la idea del peligro, del error; pero como socorristas, el miedo no puede paralizarnos hasta dejarnos inmóviles como estatuas.
En la estrecha orquestación entre pensamiento y sentimientos, para los paramédicos voluntarios debe prevalecer el conocimiento que los lleva a la toma decisiones correctas, mediante la toma de decisiones rápidas.