Aumenta población indígena en prisión por narcotráfico en sexenio de AMLO
El incremento fue de 15 por ciento durante la presente administración federal
CDMX.- Datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) indican que la población indígena en prisión acusada de cometer delitos como narcotráfico aumentó 15 por ciento en los últimos cinco años, registrando tres mil 117 integrantes encarcelados.
Reportes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) señalan que un total de ocho mil 512 indígenas están en prisiones federales y estatales de la República, de los cuales ocho mil 126 son hombres y 286 mujeres.
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De acuerdo con la información obtenida a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, en 2019 se registraron dos mil 712 personas en la cárcel por delitos contra la salud. En prisiones federales se encuentran más nahuas, con 639 internos, y le siguen los zapotecos, los mayas y los tzeltales.
Algunas de las acciones que se consideran delitos contra la salud en el Código Penal Federal son la siembra de mariguana, amapola, hongos alucinógenos, peyote y otras hierbas que alteran la conciencia. También se le considera como delito la producción, tráfico, comercio y suministro de drogas.
Carlos Arturo Hernández Dávila, docente titular de la Universidad Iberoamericana, explicó que los índigenas son forzados o seducidos por la narcocultura, lo que lleva a su reclutamiento para ser obligados -en algunos casos esclavizados- a trabajar en plantíos de amapola.
“La presencia del narcotráfico en comunidades indígenas ha sido un proceso que tiene una historia muy larga y que radica en que el Estado considera que grandes extensiones del territorio mexicano están vacías, pero no es así, están ocupadas por pueblos indígenas desde hace siglos”, dijo el especialista en una entrevista para el Sol de México.
Detalla que las tres regiones que viven las situaciones más complicadas son el Triángulo Dorado, ubicado entre Sinaloa, Durango y Chihuahua, el cual también alcanza a Sonora; Tierra Caliente, en el norte de Guerrero; y en la sierra alta de Chiapas.
Sobre el Triángulo Dorado el académico detalló que está habitado mayormente por rarámuris y ahí se tiene la presencia de al menos 10 grupos del crimen organizado.
“El Triángulo Dorado y Tierra Caliente son regiones vinculadas desde hace décadas al cultivo de amapola y mariguana porque las condiciones climáticas, geográficas y de difícil acceso han permitido una buena oportunidad para el trasiego, siembra y producción de drogas”, precisó.
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En cuanto a Tierra Caliente detalló que es hogar de grupos nahuas y tarascos y es una zona vinculada a La Familia Michoacana, Los Rojos y Los Ardillos que se pelea constantemente con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Agregó que la región de Tierra Caliente, hogar de grupos nahuas y tarascos, la presencia del crimen organizado vinculado a La Familia Michoacana, a Los Rojos o a Los Ardillos, en pelea constante con el Cártel Jalisco Nueva Generación.