Ponen en funcionamento la eutanasia móvil en Holanda
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La NVVE, promotora de la iniciativa, pretende brindar asistencia para una muerte "digna y sin dolor" a pacientes que no han podido lograr ayuda de sus médicos.
Amsterdam, Holanda.- Desde el pasado 1 de marzo, los Países Bajos pusieron en funcionamiento varios equipos móviles de médicos y enfermeras para administrar la eutanasia a domicilio en casos de pacientes terminales. En estos primeros cinco meses, la iniciativa ha sido bien recibida. No obstante, sus promotores no quieren que se les catalogue como "fábrica de la muerte".
"No queremos convertirnos en una fábrica de la muerte. Queremos hacer las cosas bien, atenernos a la legislación en vigor (sobre eutanasia). Que nadie se confunda, no intentamos batir ningún récord. Se trata de un tema muy sensible", asegura hoy a dpa Stefanie Michelis, de la Fundación Holandesa para la Finalización Voluntaria de la Vida (Nederlandse Vereniging voor een Vrijwillig Levensende, NVVE).
La NVVE, promotora de la iniciativa, pretende brindar asistencia para una muerte "digna y sin dolor" a pacientes que no han podido lograr ayuda de, por ejemplo, sus médicos de cabecera para acabar sus días, según contempla la actual legislación holandesa.
"Desde que comenzamos en marzo pasado, de seis equipos móviles (con un médico y una enfermera) hemos pasado ya a 11 y tenemos previsto llegar a 16 equipos en los próximos meses. No quiero frivolizar con esto, pero se podría decir que es un 'éxito'", asegura Michelis.
"Nuestro objetivo es que cada uno de nuestros equipos móviles pueda llegar a practicar una eutanasia al mes. Pero no se trata de convertirnos en una industria de la eutanasia. Todo se hace según las normas, en estricto cumplimiento de la ley y de los derechos de los pacientes", explica De Michelis.
Por ello, antes de brindar cualquier tipo de asistencia para la "muerte dulce" -la definición etimológica griega de eutanasia- un equipo de la NVVE comprueba que el paciente cumple estrictamente con los requisitos de la última legislación holandesa en la materia, que data de hace diez años.
"Desde marzo, hemos completado seis casos (eutanasias). Pero, y eso lo queremos dejar claro, nuestro objetivo no es apresurarnos, practicar cuantas más eutanasias mejor. Puede parecer que nuestro ritmo de trabajo es lento, si comparamos las 254 peticiones de eutanasia y las que finalmente hemos realizado, pero queremos hacer las cosas de manera correcta, revisando todo lo que sea necesario, consultando con pacientes y médicos de cabecera", explica De Michelis, una de las portavoces de la NVVE.
En muchas ocasiones, sobre todo por motivos religiosos, muchos médicos se niegan a administrar la eutanasia a los pacientes que hayan dejado claro en su momento (en estado de plena lucidez) su deseo en tal sentido.
La NVVE, fundada en 1973, cuenta hasta la fecha con 130.000 miembros, que le prestan su apoyo económico para que pueda brindar sus servicios, siempre dentro de las norma. Según la página web de la fundación, de media se suman unos 60 miembros.
Y es que, según se explica esta web (http://dpaq.de/WZ4pd), su actividad se centra en prestar asistencia en los casos en que, aún dentro de la legislación holandesa, los pacientes o sus familias no encuentran ayuda. En ese colectivo menos asistido se cuentan dos grupos especialmente sensibles: pacientes crónicos y pacientes con distintos tipos de demencia, explica la NVVE.
Muchos médicos holandeses todavía tiene miedo a aplicar la eutanasia. Se amparan en sus creencias religiosas para no administrarla o, simplemente, desconocen todos los detalles de la nueva legislación en la materia. Muchos de ellos no están en condiciones de administrarla, explica la página de la NVVE.
En 2001, los Países Bajos se convirtieron en el primer país del mundo en aprobar la práctica de la eutanasia regulada. Los médicos holandeses pueden aplicarla sin temor a ser perseguidos por la ley. No obstante, la norma impone estrictas condiciones.
La eutanasia sólo se puede aplicar a los pacientes que, a causa de una enfermedad incurable, padezcan dolores insoportables y no tengan esperanza de mejora alguna. Además, los propios afectados deben manifestar su voluntad de morir, entre otros requisitos.