El actor Emmanuel Morales presenta con gran éxito un monólogo que sacude a los espectadores y lo hace reflexionar sobre un tema del que se habla poco. En exclusiva para VMÁS, habla del reto que no sólo significó montar esta pieza teatral, sino escribirla, dirigirla y actuarla
Emmanuel Morales es un actor que vive en otro planeta y no sólo eso, está tan orgulloso que todos los domingos se mete en su traje de astronauta y toma de la mano a su público para conducirlo en un viaje mágico y misterioso que hará paradas en lugares poco iluminados como la ansiedad, la depresión, la soledad y la locura. Suena rudo el itinerario, pero quienes asistimos a su puesta en escena “Inmo-bill” salimos con la conciencia que la salud mental no es un destino al que se deba pasar de largo.
El punto de reunión para los pasajeros no podía ser más idóneo. El foro BelleEscene te hace sentir como si formaras parte del elenco de una película de Stanley Kubrick. La odisea en el espacio arranca con un Emmanuel Morales tirado en el piso. El actor está desnudo y tiene un control en la mano, parece aturdido por las noticias que se escuchan salir de algún lado. Cuando todos tomamos nuestras posiciones en esa nave espacial, que no es otra cosa que el cerebro del actor y dramaturgo de esta pieza teatral, la magia empieza a mover su fino engranaje.
El foro se ha convertido en un espacio circular y todos rodeamos a ese personaje que se levanta cuando su despertador le grita y cachetea sus dulces sueños. La realidad es otra y debe ponerse en marcha para volverse un obrero del progreso, en un ser invisible cuya vida cobra sentido si se pone de pie y se encamina a su trabajo para aceitar y poner en marcha la gran máquina capitalista a la que todos alimentamos de una u otra manera.
LA CREACIÓN DEL PERSONAJE
Play es un hombre con una vida rutinaria y de pronto su vida toma un giro insospechado cuando pierde el control y se estrella en una transitada avenida. El impacto es tan fuerte que deja a ese hombre inmóvil y atrapado en su propio cuerpo. No, no estamos revelando la trama de este monólogo, solo los primeros minutos que además son cruciales para una puesta en escena que surgió en la mente del actor y director luego de superar, sin ningún rasguño, la pandemia.
Bueno eso era en apariencia, Emmanuel Morales le cuenta a VMÁS que luego de esos meses sin actividad se sentía inmóvil, él no lo dice, pero así lo imaginamos: El Emmanuel post pandemia era como un reloj oxidado que de pronto empieza a moverse, pero no le encuentra sentido a seguir marcando las horas: “A mí los personajes y las historias me escogen y esta historia me llegó a partir de pensar en la inmovilidad en la que todos nos encontrábamos después de la pandemia y así cree a este personaje que no soy yo, pero que se plantea cómo será su vida luego de un aparatoso accidente”.
Y es curioso que luego de la poca actividad que el actor tuvo durante la pandemia, para recuperar lo perdido se puso a crear un personaje al que le daría vida, pero no solo eso, el ser que salió de su imaginación y que se queda sin movimiento, tiene rudas coreografías para mostrarnos su mundo interno. Y para lograr comunicar sin decir tanta palabrería, Morales entró a clases de danza y ahora el que habla arriba del escenario es su cuerpo. El actor lo hace tan bien, que los espectadores no pueden dejar de verlo con asombro y de aplaudirle de pie al final de su monólogo.
‘EL TEMA DE LA SALUD ES SUPER IMPORTANTE’
No es raro que al final de su presentación, el actor nos otorgue una entrevista aún agitado, limpiándose el sudor, respirando rápido como si acabara de correr un maratón y además feliz de la vida de la respuesta de un público que no para de abrazarlo y decirle de qué manera su obra los movió: Todos tenemos un momento que hicimos nuestro, pero el actor, aunque nadie le creíamos, tenía la duda sobre si iba a dar el ancho, sobre si lo que puso en papel iba a tener algún significado para alguien y si enfrentarse a los asistentes solo, sin artificio, iba a tener un final feliz y así ha sido, los tupidos aplausos durante cada función dan fe y legalidad de que el actor nació para contar historias: “Para mí fue una prueba, tenía miedo de enfrentarme al escenario yo solo, pero me dije ‘tengo que poder hacer un monologo’, tengo que poder lograr ese reto en el teatro’. Y es que para eso estudié actuación, para eso he dado mi vida arriba de los escenarios y frente a las cámaras, para convertirme en otro, para desdoblarme y ponerle voz a los que no tiene voz”.
Y es que ese lugar de ensueño que es el foro BelleEscene, decorado con juguetes Play Mobiles y que nos lleva de la mano a la infancia, de pronto se convierte en un noticiero y luego en ambulancia, en nota roja y en la camilla de un hospital donde el personaje nos hace ver la fragilidad de la vida, el cómo, de un momento a otro, tu vida puede cambiar para siempre y donde los demonios que llevamos adentro pueden salir a relucir.
Y de la cotidianeidad que Emmanuel estaba retratando, todo da un giro insospechado y este reallity show sienta en sus asientos principales a la locura, la depresión, la ansiedad y todo se vuelve un grito desesperado: “Con la pandemia nos dimos cuenta de que el tema de la salud mental era super importante y casi nunca vemos ese tema en el teatro, estamos evadiendo algo sobre lo que todos tenemos la obligación de hablar y generar conversación. ‘Inmo-bill’ no es un cuento bonito, es una historia real y me siento muy afortunado de poder llevarlo a escena y conectar con aquellos que no la están pasando bien”, comenta Morales luego de su función.
‘PURA MAGIA’
Morales comenta que durante la pandemia nos dimos cuenta de la necesidad de hablar de lo que nos duele por dentro y además invita a retratar esos tópicos en el teatro y el arte en general, que la creación también sea acompañamiento para quienes están sufriendo en silencio: “No es que sea brujo, pero la magia me persigue y esta historia ha sido eso, pura magia. Y es que el cuento llegó a mí, de inmediato me puse a crearlo, a imaginarlo arriba del escenario. Y aunque hablo de salud mental, no lo hago de una manera aburrida, digamos que encontré el lado cómico y creo que el humor siempre ayuda a transmitir cualquier mensaje. Además, el hecho de ponerme en un escenario 360 no hay manera de que no interactúe con el público. Y es que estoy súper consciente que mi trabajo como actor es entretener al público, pero además si en ese diálogo puedes ponerlos a reflexionar, a observar su entorno, a dialogar, a ponerle temas que discutir, yo me doy por satisfecho. Además, no sabes que lindo es darte cuenta que esa idea que un día vino a mi mente está dando resultados y está moviendo almas. Es curioso cómo se han dado las cosas de forma tan maravillosa, porque yo tenía mucho miedo a fracasar. Pero si me preguntas cuál fue el impulso para crear este reto y también producirlo, hay una palabra que a los actores jamás se nos debe olvidar: Hambre, el hambre en todos los sentidos”.
Finalmente, el actor invita al público a presenciar la última función de este remolino de emociones este domingo 17 de diciembre a las 6:00 p.m en el Foro BellEscene: “Es un cuento divertido que les dará conversación y además se van a entretener porque hay un show de luces, coreografías, un movimiento escénico, dramaturgia, un vestuario que tiene voz propia, un gran equipo detrás y por último: un actor que está ahí moviéndose, dejando el alma en el escenario. Les prometo que con algo se van a identificar de esos 45 minutos de terapia, porque todos tenemos algo que atender de nuestra salud mental”.