Adele, la voz que promete más para el 2012

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Su tema Rolling in the Deep lo dice todo. Fama, millones de copias vendidas y una legión de fans que promete serle fiel
CIUDAD DE MÉXICO.- Refrescante. En medio de una industria plagada de estrellas prefabricadas, la presencia de Adele resulta refrescante.
Lo suyo no es la pose de una falsa diva, tampoco lo ha sido la producción exagerada que disfraza carencias y que apuesta por "la venta de espejitos". Lo suyo tiene únicamente que ver con talento no con su físico, sólo así se explica que haya conquistado los charts alrededor del mundo.
El nombre de Adele ya está escrito entre las leyendas de la música británica: 3.4 millones de copias colocadas de 21, su segundo álbum, la han impulsado a lo más alto de la industria, al fijar una marca que la coloca como la más vendedora del incipiente siglo XXI en el Reino Unido.
Adele Laurie Blue Adkins, su nombre real, nació en Tottenham, Inglaterra, y, como muchos otros actos de los últimos años, encontró en la red el camino que la llevó a la fama.
Fue Richard Russell, presidente del sello XL Recordings, quien la encontró en MySpace. Ahí se dio cuenta del talento de la cantante, suficiente para que en 2006 le ofrecieran un contrato, preámbulo de 19, disco con el que debutó de manera profesional.
De aquel álbum, editado en enero de 2008 y en el que colaboraron productores como Mark Ronson (quien trabajó con Amy Winehouse), así como Jim Abbiss y Eg White, la inglesa lanzó los sencillos Hometown Glory, Chasing Pavements, Cold Shoulder y Make You Feel My Love.
Con ellos dio una muestra de su estilo, de una lírica franca que hablaba de experiencias que cualquiera podía haber vivido, y de la búsqueda de un sonido que coqueteaba con el soul y el pop, mientras hacía algunos guiños al jazz.
Su éxito fue discreto. El álbum (nombrado en referencia a la edad en que Adele lo grabó) tuvo una revancha envidiable años después, ésa que hizo que la cantante sintiera como justo el esfuerzo que inició a los cuatro años cuando empezó a cantar.
Según distintas biografías, fueron las Spice Girls las responsables de que la música atrapara a Adele. Sus constantes imitaciones y su interpretación de temas como Wannabe y Say You'll Be There, pueden ser señalados como los culpables.
Los constantes cambios en su domicilio, de Tottenham a Brighton, posteriormente a Brixton y, finalmente, a South London, sembraron en Adele un sentimiento de soledad que pronto comenzó a plasmar en las letras que escribía, mientras acudía a clases a la BRIT School for Performing Arts & Technology, de la que se graduó en 2006.
Como parte de un proyecto escolar, la intérprete, grabó algunos demos que dio a un amigo, quien se atrevió a colocarlos en MySpace y con ello abrir la puerta de forma definitiva para el despegue de Adele.
A partir de entonces, todo sucedió más rápido de lo imaginable. Consiguió un mánager, firmó un contrato discográfico y lanzó al mercado 19. En Reino Unido, su éxito la llevó a alternar con cantantes como Damien Rice y Will Young y a conseguir el reconocimiento de los BRIT Awards como la favorita de los críticos.
Con 19 giró durante dos años. De a poco, la británica demostraba que su voz no era sólo producto de un buen ingeniero de sonido, que sus canciones no pretendían tratar como idiotas a los escuchas y que su pose, lejana del glamour de las estrellas de la industria, era algo más que un bien estudiado plan de mercadotecnia.
¡Ay, el amor!
Al tiempo que el éxito la sorprendía, Adele batallaba con el amor. Proclive a las relaciones tormentosas, la joven se involucró con un hombre diez años mayor que ella. Las cosas no terminaron bien y, afortunadamente para sus miles de seguidores, la ruptura dio a Adele nuevos argumentos para escribir, aunque también la acercó al mundo del alcohol.
Refugiada entre tragos de vino y cerveza, y con sus cigarrillos como eternos compañeros, Adele dio salida a los sentimientos que la torturaban mientras realizaba una gira en la Unión Americana.
Ahí conoció a Garth Brooks y dio una nueva perspectiva a su música. En parte inspirada por la estrella del country, comenzó a gestar, entre otras cosas, lo que poco después se convertiría en la canción más popular de 2011.
21, su segundo álbum de estudió, cobró los réditos que Adele se había ganado con su disco debut. Lanzado en enero de 2011 este trabajo fue como una declaración de sentimientos. La angustia, el temor y el enojo aparecían en sus canciones sin ningún pudor. Adele hablaba de lo que había sufrido de un modo que hacía sentir que cualquiera podía haber escrito un tema así.
Con las letras listas, Rick Rubin, uno de los productores más reconocidos de la industria, se hizo cargo del proyecto que se grabó en Malibú, California, y en Londres, en donde el responsable fue Paul Epworth.
"Ella dijo que quería hacer un disco orgánico, que siguiera una misma línea sonora y no uno que mezclara distintas tendencias.
"Su estilo para escribir y su voz dieron ese hilo conductor al álbum", dijo Rubin a la revista Billboard.
Rolling in the Deep, el primer sencillo, debutó en el #1 en los charts de Reino Unido. Lo mismo sucedió con Someone Like You y con el disco que apareció en el primer sitio del Billboard 200.
"Adele sabe qué tan buena es. Eso es algo que no se debe subestimar. Los artistas que trabajan a largo plazo tienden a tener una muy buena idea de quiénes son.
"Adele es una de ésas, no es presumida, pero no se espanta por la presión", explicó, también a Billboard, Rob Stringer, presidente de Columbia Records, el sello discográfico en Estados Unidos de la cantante.
Y ahora, cuando todo mundo habla de Adele, ella calla. Una operación de las cuerdas vocales a la que se sometió a principios de noviembre la ha mantenido en silencio.