Algunas razones para ir y para huir del Buen Fin

Dinero
/ 13 noviembre 2015

El fin de semana de baratas en México despierta reacciones encontradas: quienes lo esperan con ansias o los que le temen

Son muy curiosas las reacciones que suscita el Buen Fin: están los que lo esperan ansiosamente para dejarse ir con los meses sin intereses y tomar cualquier oferta —así la requieran o no—, los que lo usan para expresar su queja política —"la economía está mal por culpa del gobierno"— o los que temen por las pobres víctimas de los descuentos que van a endeudarse hasta que tengan tataranietos.

También existen los que sí planearon sus compras y van a ir a El Buen Fin por lo que ya habían considerado, y a los que de plano les da exactamente igual y no piensan ni acercarse porque para ellos es un fin de semana cualquiera.

En México casi todo el mundo tiene una postura frente al Buen Fin, pero la duda generalizada es: ¿El Buen Fin realmente conviene? Depende.

El Buen Fin conviene si:

1. Tienes algo que comprar y lo encuentras más barato en el Buen fin que en otras temporadas del año.
2. Comparaste precios para ir al lugar más barato. Por muy Buen fin que sea, muchas veces es más caro comprar electrodomésticos en una tienda departamental o grandes almacenes fresa [pija] que en ciertos supermercados, tiendas de electrónica o de línea blanca más populares o por internet.
3. Usas los meses sin intereses a plazos razonables. Y no: seguir pagando el abrigo o pantalla plana que compraste hace tres ediciones del Buen Fin no es un plazo razonable. Los artículos deben tener una vida útil mayor al periodo de pago.
4. Todo lo que vayas a comprar con tarjeta lo liquidas en la fecha de pago, en lugar de eternizarte con el pago mínimo y anular el descuento obtenido con el costo de los intereses.
5. Ya tienes tu lista de regalos de Navidad y piensas adelantar algunos a menores precios.


Huye para otro lado si:

1. Eres una comprador(a) compulsiv@ y te da por arrasar con todo lo que tenga etiquetas de " menos de un 10% de descuento", "2x1", "Rebaja sobre rebaja", etcétera.
2. Vas a ver qué te encuentras. Eso de hacer turismo comercial con tantas tentaciones no es lo más sano para una cartera.
3. Alguien te pide que firmes algo con tu tarjeta en el Buen Fin. Aparte de que luego no pagan, si son gastos muy por arriba de tus ingresos el fisco te puede decir "a ver, venga pa' acá" por el tema de discrepancia fiscal (que no casen los ingresos que declaras con los gastos que haces).
4. Ya vienes cargando enormes deudas... No hay que seguir echando leña al fuego, además: ¡Espérate! Todavía faltan los gastos de fin de año.
5. Eres de los típicos que en las rebajas acaba gastando más que el precio de contado, porque en lugar de comprar unacamiseta al 50% ¡te llevas la misma en tres colores!
6. Tus compras pueden esperar a enero. Aunque hay descuentos, en muchos casos los de "Adiós a las mercancías" de comienzo de año suelen ser más agresivos, así que si no te urge y sólo encontraste meses sin intereses o pequeños descuentos mejor espérate al grande.


¿Qué otras cosas hay que tener presentes?

- Que las ofertas sólo son ahorro cuando es para algo que ya habías planeado comprar, si no es "gasto con descuento".
- Que el "compre ahora y pague hasta febrero" sólo va a postergar tu agonía financiera con la cuesta de enero.
- Que los meses sin intereses son una facilidad de pago pero no un descuento.
- Que no es obligatorio ir a El Buen Fin. Si ya tienes algo planeado, está bien, pero si no, tampoco es como que pasen lista y a los faltistas los manden a la hoguera.
- Que si te encuentras publicidad engañosa o una oferta que realmente no lo es —el típico “subo el precio unos días antes para bajarlo”— puedes denunciarlo a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). Incluso tienen un micrositio para que veas ofertas o sepas dónde poner tu queja.
- El Buen fin es simplemente una temporada de rebajas. No somos pobres víctimas de las ofertas que no pueden usar su libre albedrío y su cerebro para no gastar si no quieren. En sí no es bueno ni malo, todo depende de cómo nos funciona. Siempre puede uno buscarse otras actividades este fin de semana.

Por Sofía Macías / El País

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