América Latina llega a cumbre del clima con reclamos de justicia
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México acudirá a la capital francesa con el compromiso de reducir en un 22 por ciento las emisiones hasta el 2030.
América Latina suma apenas entre el 7 y el 9 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero globales, por lo que en la Cumbre sobre Cambio Climático (COP21) que se inicia el lunes en París no es un actor clave.
Pero es una región rica en biodiversidad, alberga la selva amazónica, que sigue siendo el "pulmón del mundo", y tiene la oportunidad de crecer económicamente en base a energías renovables.
Por otra parte, algunas de las zonas más vulnerables del mundo al cambio climático están en América Latina, sobre todo en Centroamérica y las islas caribeñas, por lo que el interés latinoamericano en que se logre un acuerdo climático universal en París es grande.
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La región no llega a la cumbre con una voz unificada. Algunos países presentarán propuestas por grupos y otros llamarán la atención sobre temas poco tratados, pero el denominador común es reclamar a los países ricos que asuman mayores costos.
Una propuesta regional fuerte es la de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con la presidencia pro témpore de Ecuador, que abogará por la idea de "justicia ambiental", que atribuye una mayor responsabilidad a los países industrializados en la meta de lograr limitar el aumento de la temperatura terrestre a sólo 2 grados con respecto a la era preindustrial.
En una charla ofrecida en Francia en los días previos a la cumbre, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, abogó por que los acuerdos en París sean vinculantes, uno de los grandes puntos de discordia: "Si no logramos acuerdos vinculantes podría comenzar el entierro de nuestra civilización", advirtió.
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Correa insistió en la necesidad de que se cree una Corte Internacional de Justicia Ambiental, iniciativa que también apoya Bolivia, y de que se apruebe una declaración universal de los derechos de la naturaleza.
También el presidente de Bolivia, Evo Morales, buscará que sean protegidos los derechos de la Pachamama, Madre Tierra en lengua quechua, de forma articulada con los derechos de los pueblos. Para salvar al planeta Tierra, Morales propone un modelo "sin consumismo, sin guerrerismo y sin mercantilismo".
Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) - Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba y Nicaragua - también harán hincapié en que los países desarrollados hagan una contribución mayor por su responsabilidad histórica en las emisiones.
Uno de los grandes temas de la cumbre será, de hecho, cómo se financiarán las medidas para mitigar el cambio climático. Nicaragua ya anunció que además exigirá una indemnización sin condiciones al mundo desarrollado por los daños causados a su ecosistema.
También irán con una posición común a París los países de la Asociación Independiente de América Latina y el Caribe (Ailac), formada por Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Panamá, Paraguay y Perú. Sus propuestas contemplan básicamente reducción de emisiones, medidas de mitigación y defensa de la biodiversidad.
México, en tanto, acudirá a la capital francesa con una postura similar a la Ailac y el compromiso de reducir en un 22 por ciento las emisiones hasta el 2030.
Por otra parte, Brasil, uno de los países del grupo BASIC de países emergentes junto con India, China y Sudáfrica y uno de los mayores emisores de la región, destaca con una de las propuestas más ambiciosas: hasta el 2025 reducirá un 37 por ciento y hasta el 2030, un 43 por ciento.
Venezuela se suma a los reclamos para que las naciones desarrolladas tomen consciencia y anunció que llevará a París "la voz de los pueblos", pero tiene un dilema: es el quinto productor mundial de petróleo. Algunos activistas, de hecho, reclaman que Venezuela elimine o reduzca los fuertes subsidios que actualmente ofrece al combustible.
Argentina, en tanto, presentó una de las propuestas más débiles, según las organizaciones que analizan los compromisos presentados por cada país, y poco se sabe de la delegación que irá en medio del cambio de gobierno.
Sin embargo, un argentino, el papa Francisco, quien hace unos meses sacudió al mundo con una encíclica en defensa del medio ambiente, volvió a insistir hace pocos días en que sería "triste y catastrófico" un fracaso de la cumbre del clima.
En Nairobi, sede del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el jefe de la iglesia católica pidió que en París se alcance un acuerdo para "reducir los efectos del cambio climático, combatir la pobreza y garantizar el respeto por la dignidad humana". La negociación empieza el lunes 30.