Atrapados por la tecnología

Tech
/ 14 noviembre 2015

Ansiedad, soledad, frustración, depresión y relaciones interpersonales dañadas son algunos de los síntomas que presentan quienes usan de manera excesiva sus dispositivos

México, DF. El tecnoestrés afecta a millones de personas en el mundo. Aunque en México no hay cifras actualizadas de quien lo padece, el dato más reciente del IMSS registró que en el año 2008 el 25% de la población de entre 25 y 55 años vivía con este padecimiento. 

Actualmente, la cifra puede ser mucho más elevada, ya que datos de la Asociación Mexicana de Internet indican que los 53.9 millones de internautas que hay en el país se conectan a la red seis horas al día, en promedio. 

El tecnoestrés es un término que fue utilizado por primera vez en 1997 en el libro homónimo publicado por Larry Rosen y Michelle Weil. Ahí se habla de una afección psicológica derivada del uso continuo de la tecnología. Se genera por no saber usar esta herramienta o por emplearla en exceso, al utilizar dispositivos móviles u otros gadgets y al conectarse a redes. 

“El estrés es una emoción adaptativa que se activa cuando la persona se siente amenazada, el cuerpo reacciona para poder luchar o huir, y hay muchos cambios orgánicos, explica Luz María González, académica del Área Clínica de la Facultad de Psicología de la UNAM. 

La especialista en manejo de estrés señaló que las primeras reacciones son taquicardia, tensión muscular, dolor de estómago, baja en el sistema inmunológico y disminución de hormonas reproductoras, mientras que en casos extremos, hay migraña y problemas cardiovasculares. 

Afecta a niños y jóvenes 

Miguel Ángel Jiménez Sanjuán, jefe del Servicio de Higiene Mental del Hospital General del Centro Médico La Raza, añadió síntomas como alteraciones del nivel de azúcar, sobrealimentación y sensación de falta de respiración, que se detectan en las nuevas generaciones. 

Según el especialista, de cada 100 niños y jóvenes que atiende en su consultorio, 25% llegan por algún síntoma de tecnoestrés. 

Para Delia Hinojosa, especialista de la Asociación Psicoanalítica Mexicana, “la población más vulnerable son los adolescentes, porque además de estar atravesando por un periodo de la vida caracterizada por vulnerabilidades, están propensos a desarrollar conductas adictivas, si sus necesidades emocionales no son satisfechas”. 

El círculo del vacío 

Escenarios como el de la película “Her”, dirigida por Spike Jones, donde el protagonista se enamora del sistema operativo de su PC y “smartphone”, muestran una proyección que va de la ficción a una realidad que no se encuentra tan lejana de la sociedad hiperconectada en la que vivimos. 

“Estamos en un mundo donde todo es rápido, superficial y desechable. Ahora vemos a todos en su teléfono, chateando, trabajando a través de sus móviles o computadora y teniendo relaciones efímeras en redes sociales; esto crea una vulnerabilidad en la gente que está con el estrés de saber si lo que tiene es perdurable y si satisface sus necesidades”, mencionó Hinojosa. 

Ciberadicciones 

A continuación te decimos de qué tratan estas conductas y las recomendaciones de los expertos para evitarlas. 

Videojuegos: se da en jóvenes y niños, se caracteriza por ir aumentando el tiempo de juego y en caso de que sean privados de ellos, muestran irritabilidad. 

Al smartphone o tablet: las personas permanecen mucho tiempo en aplicaciones llaman o envían mensajes, incluso checan, de manera casi inconsciente, el dispositivo cada vez que pueden. 

Ciberbullying: amenazas e intentos de hostigamiento o represión que se efectúan a través de Internet, por medio de mensajes en dispositivos o en redes sociales. 

Al teletrabajo: es un nuevo modelo de trabajo que se lleva a cabo en casa o cualquier lugar fuera de la oficina. Reduce del tiempo para actividades personales. 

Síndrome del double check: los usuarios de la app de mensajería WhatsApp muestran angustia al ver si sus amigos o contactos leyeron su mensaje. 

Llamada imaginaria: es la necesidad de revisar a cada momento el celular al percibir una vibración, que en realidad no pasa. Si no llega la llamada sienten un vacío. 

Nomofobia: cuando las personas temen que alguien más entre a su dispositivo móvil o cuentas en Internet, ya sea porque lo tomaron sin permiso o porque fue robado. 

Cibermareo: es similar a la sensación de mareo al viajar, sin embargo, la persona permanece inmóvil viendo el dispositivo, o al utilizar ciertas aplicaciones e incluso sistemas operativos. 
Depresión de Facebook: puede afectar a niños, quienes son más propensos a tener aislamiento social o poca autoestima.

Cibercondría: es como la hipocondría pero en Internet, las personas consultan las enfermedades que creen tener, es una preocupación obsesiva. 

Efecto Google: los usuarios de este buscador ya no se esfuerzan por recordar información, porque tienen la seguridad de que la van a encontrar en cualquier momento en el sitio. 
Síndrome de fatiga informativa: consiste en sentir cansancio por el consumo y manejo excesivo de información. 

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