Califican como arte el asesinato del embajador ruso

Vida
/ 17 enero 2017

A pesar del acto violento, las imágenes del asesinato llamaron la atención de algunos estetas

Las poses son casi clásicas, congeladas, como si fueran ensayadas, de un ballet, teatro”.

Una oleada de pánico, pero sobre todo asombro, sacudió las redes sociales el 19 de diciembre de 2016; el embajador ruso en Turquía, Andrei Karlov, fue asesinado por el policía Mevlüt Mert Altıntaş, supuestamente como represalía por los ataques en Aleppo.

Las violentas imágenes fueron captadas por varios reporteros que se encontraban en la inauguración de la exposición fotográfica “Rusia a través de ojos turcos”, en el centro para arte moderno Cagdas Sanat Merkezi, del distrito Cankaya de Ankara. El lugar y el evento que se celebraba llamó la atención de artistas y expertos en arte.

Entre las opiniones que tuvieron más difusión, está la del crítico de arte estadounidense Jerry Saltz. Para él, las fotografías eran “surreales, incluso, de una forma dolorosa, bellas”. Explicó también porqué son diferentes de otras imágenes de muerte que se han visto. “Las poses son casi clásicas, congeladas, como si fueran ensayadas, de un ballet, teatro”. Incluso llega a asegurar que, si él, como autoridad del arte, dijera que esas fotos eran falsas, le creerían.

Abel Azcona, el artista español del performance con quien tuvimos una entrevista en noviembre pasado también dio su opinión apreciando la calidad “performática” de este acto de violencia. Escribió: “El embajador ruso asesinado, desconocía ser parte de la pieza. Y probablemente el ejecutor también”. Algunos comentarios de su publicación mostraban apoyo por su interpretación de las imágenes, añadiendo al análisis estético del hecho.

Obviamente se dieron las reacciones negativas a ambas propuestas teóricas, y tanto crítico como artista respondieron a ellas argumentando que no estaban calificando el suceso como arte. El fotógrafo era el artista in promptu, el autor de estas obras, y eso era lo que ellos elogiaban.

El arte, para ambos, radica en las fotos, no en el asesinato mismo. Por ello, Saltz aclaraba que estas fotografías resaltan de otras, porque lograron mostrar el atentado de una manera que despertó una chispa de apreciación estética inherente a quien se rodea de arte.

No sería la primera vez que fotografías de muerte atraen la atención de artistas y profesionales del arte, ya se han usado, por ejemplo, imágenes de la nota roja en obras de estudiantes y consolidados en muchas ocasiones. La controversia aquí, tal vez se encuentre en la cercanía temporal (y la moralidad actual) ante tan violento acontecimiento. Además de la sensibilidad, o falta de, respecto al arte contemporáneo.

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