Cardona, Pabón y el contraste

Fútbol
/ 18 febrero 2016

    Los colombianos de Rayados están en la cresta positiva de la ola. La regularidad y una curva de rendimiento con escasas oscilaciones convierten a Cardona y Pabón en dos eslabones indispensables en este buen momento del equipo.

    Los dos y cada quien aportando lo suyo para complementarse, disponen de unos bienes tan decisivos en el futbol como el desequilibrio, la intuición y el tiro a gol. Siempre están listos para armar algo interesante o para sorprender con una acción ligada a esa arma letal que traen en su envase: la simplicidad.

    Gracias a sus audaces intervenciones, Rayados se impuso ante Santos en Torreón con un par de goles firmados por los sudamericanos, y logró remontar e igualar la pizarra el martes ante Celaya.

    En este último juego, ambos ingresaron de cambio y calentaron un partido tibio. Cardona dibujó la jugada del 2-2 y Pabón le limó un par de veces los postes al cuadro del ascenso. Sus respectivas presencias y sus influyentes participaciones, fueron definitivamente intimidantes.

    Cardona ha perdido intermitencia y ha ganado estabilidad no sólo futbolística, sino también emocional. Ya no lo amonestan tanto, un síntoma beneficioso para él y para el equipo porque ha dejado de jugar condicionado para ser más aplicado. Se queja menos y aporta mucho más.

    El “10” está en estado puro y contagia. De pase sofisticado y dueño de una impecable pegada, Cardona es la llave de Rayados para abrir a los rivales y romper la cuadratura de muchos partidos. Tiene control, toque justo, movilidad y comprende el juego a su estilo. No ocupa correr tanto, sino pensar mucho.

    Lo de Pabón es más fogoso. Tanto en la periferia como dentro del área impone respeto por su cualidad. Siempre está en movimiento para sacar ventajas y para ubicar la ruta más rápida hacia la portería.  

    En este Rayados, con Funes Mori como referencia de ataque, Pabón se ha convertido en un delantero más completo que ese que es juzgado por si hace o no un gol.

    No estará siempre en el foco de la acción, pero su regularidad le permite disponer de otras facultades que compatibilizan con la lectura que hacen Cardona y Sánchez en las jugadas de pre-gol.

    Monterrey le debe mucho a este par de colombianos, dos jugadores de largo alcance que más rinden cuando más juegan. La dosificación de Mohamed para encarar dos competencias simultáneas les corta la inspiración.

    El DT tendrá sus motivos para repartir jugadores entre los dos torneos, pero lo que se debate es si esto beneficia o perjudica al equipo en pos de sus propósitos. Se supone que la Copa MX también le interesa al club, pero Mohamed se empecina en dar ventajas.

    Como ocurrió ante San Luis, Rayados desperdicia partidos que debe asegurar con lo mejor que tiene. Parece que para Mohamed es más importante probar a Zavala de central o asumir riesgos en su conjunto con una formación B, que la de reforzar la confianza del equipo aprovechando ese envión ganador que trae en la Liga.

    Poner a discusión con otros rivales la clasificación en la Copa MX no debe ser un tema que preocupe a Rayados por el inspirado momento que vive. Equipos enrachados a los que le fluye todo tendrían que estimularse más pisoteando a adversarios en juegos de rutina.

    Sin embargo, Mohamed opta por una alternancia como si a los que menos juegan le sobrara futbol para marcar diferencia. Cuando el martes entraron Cardona y Pabón,  quedó en evidencia el contraste.

    TEMAS

    COMENTARIOS

    Selección de los editores