El amor en los tiempos del internet

Vida
/ 9 agosto 2017

    ESTIMADA ANA:

    En varias ocasiones he leído en este mismo espacio otros casos similares al mío. Comienzo por platicarle que desde que aparecieron las redes sociales me he vuelto un tanto adicta a ellas.
     He sabido sacarles el mayor provecho en mi trabajo, en mi casa, como estudiante y por supuesto para establecer relaciones de amistad. He conocido gente de otras partes del mundo a través de foros y blogs. Se podría decir que domino a la perfección el manejo, uso varias plataformas y conozco cada una de ellas, sus usos, ventajas y desventajas y de qué manera puedo aprovecharlas mejor.

     Y así había sido mi vida en este mundo cibernético que disfruto tanto, hasta hace un par de meses que conocí a un muchacho que realmente me conquistó. Con él las cosas fueron diferentes, ambos sentimos una especial atracción desde ese día que nos conocimos en un video chat organizado por un blog de nuestro interés.

     Con el paso de los días y al platicar más sobre nuestros gustos personales y nuestra ciudad de origen, nos dimos cuenta que vivíamos a poco más de dos horas de distancia.

     Finalmente quedamos en vernos en la ciudad donde él vive y sin pensarlo me fui. Llegué al lugar acordado y casi 40 minutos más de la hora en que quedamos, se acercó y se presentó conmigo supuestamente un compañero de su trabajo.

     Se disculpó porque él no había podido ir a la cita por una emergencia en su trabajo y que no podía salir. Fue algo realmente decepcionante, traté de no darle importancia, me convencí que había sido un tremendo error y regresé a mi casa.

     Todo el camino traté de reflexionar lo ocurrido y pensé que lo mejor era que me olvidara de él, que fue algo que nunca debió de haber pasado y que tenía que regresar a mis actividades.

     Al llegar a mi casa tenía una serie de sentimientos encontrados, por una parte tenía esa ilusión por primera vez en mis 28 años, pero a la vez sentía una inmensa tristeza por no haber podido verlo, por no haber podido cruzar palabra con él, con quien en los dos meses anteriores había hablado prácticamente a todas horas del día. Me quedé dormida y no abrí mis correos y no vi ningún mensaje.

     Al día siguiente lo primero que vi en mi celular fueron decenas de mensajes de él, disculpándose por lo ocurrido y diciéndome que vendría a verme. Luego de pensarlo por algunas horas, accedí a recibirlo.

     No sé si estoy haciendo bien, aún no acordamos el día y la hora de su visita y a mí cada minuto que pasa me llegan más dudas e incertidumbre, como nunca antes la había sentido. ¿Qué debo de hacer? Yo que siempre me consideré una experta en las cuestiones cibernéticas, ahora me siento tan vulnerable. Gracias,     

                   MARTHA


     
    ESTIMADA MARTHA:

    Nadie, por más experto que sea en esos temas, está a salvo de algún tipo de sorpresas desagradables. Te sientes vulnerable porque estás involucrando los sentimientos en la relación, pero definitivamente no estás exenta de ser víctima de alguien con otras intenciones.

     Y es que aunque en la actualidad la comunicación digital ocupa un lugar muy importante en nuestras vidas, al mismo tiempo se ha apoderado tanto de nosotros en que llegamos a un punto en que dependemos totalmente de ella.

     De ti depende si quieres continuar con todo, pero primero debes de hilar todo lo que te ha ocurrido, investigar cuáles fueron los motivos por los que no se presentó a la cita y tomar una decisión. Y claro que para saberlo, lo mejor es platicar con él, personalmente.

     Una vez que te cerciores de lo sucedido, sigue adelante con lo que realmente tú quieras para tu vida, dejando atrás las relaciones virtuales y vuelve al mundo real.

             ANA

    Todos tenemos problemas. ¿Cuál es el suyo?  Para una respuesta escriba a: 
    ANA APARTADO 500 o BOULEVARD V. CARRANZA y CHIAPAS, SALTILLO, COAH. 

    También puede hacerlo vía internet: ana@vanguardia.com.mx

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