En México se usan biopolímeros dañinos con fines cosméticos

Vida
/ 29 octubre 2017

Mujeres con bioplastias enfrentan graves consecuencias que pueden llegar a la amputación. El problema, relacionado con la belleza y los rasgos corporales hegemónicos, explican

Aunque se ha comprobado que las sustancias que se utilizan para rellenar líneas de expresión, como arrugas o cicatrices, y para aumentar el volumen en glúteos, senos o piernas basados en biopolímeros –plásticos orgánicos– traen consigo afectaciones en la salud, siguen utilizándose, principalmente por mujeres.

Tan sólo en la clínica de modelantes del Hospital General de México Doctor Eduardo Liceaga, donde se atienden este tipo de casos, llegan diariamente 30 nuevos pacientes, dijo Matilde Domínguez Cornejo, candidata a doctor en ciencias sociales y humanidades por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Cuajimalpa. 

Expuso que las consecuencias que sufren las mujeres no sólo son físicas, las cuales pueden llegar a la amputación de alguna parte de su cuerpo, sino también emocionales, como depresión y culpabilidad, ésta última agudizada por familiares o médicos que las responsabilizan por lo que les sucedió.

Es una afectación que se vive, además, en secreto, porque obviamente si te hiciste algo para verte bien, terminas viéndote mal y pues no lo cuentas, dijo en entrevista.

Añadió que generalmente quienes acuden a tratarse por estas afecciones son mujeres entre los 25 y 35 años de edad, pero también, se han presentado casos de jovencitas de 18.

Domínguez Cornejo, quien ha estudiado estos casos para su tesis doctoral sobre el uso de biopolímeros con fines cosméticos, presentó parte de su trabajo ayer en 24 Coloquio internacional de estudios de género: ciencia, tecnología y género.

Agregó que estas prácticas se promocionan como bioplastia y quienes recurren a ésta lo hacen para evitar operarse.

Se ofrecen, añadió, tanto en clínicas estéticas certificadas, como en salones de belleza o incluso en spas, y los daños a la salud se pueden presentar al día siguiente o varios años después, dependiendo de cómo reacciona cada cuerpo inyectado.

Las afecciones, dijo, se presentan como cambios en el color y textura de la piel, inflamación, fístulas, contracturas, deformidades, edemas y necrosis, entre otras, las cuales merman la calidad de vida de las mujeres. Para algunas, dijo, pueden llegar a ser discapacitantes.

Expuso que este problema está relacionado con la belleza y los rasgos corporales hegemónicos que imperan en la sociedad.

Al respecto, Hortensia Moreno, académica del Centro de Investigaciones de Estudios de Género, señaló que para las mujeres hay una serie de mandatos que en el momento actual inciden de manera bastante nociva y tienen que ver, por ejemplo, con el propio cuidado del cuerpo.

Indicó que estos estereotipos las convencen en que tienen que aplicar cierto tipo de tecnologías para que sus cuerpos reales se acerquen a los imaginarios.

Ofelia Reyes, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, añadió que las mujeres más susceptibles a modificar su cuerpo al grado de operarlo son aquellas con problemas de autoimagen y autoestima.

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