Héroes sin Capa

Vida
/ 18 abril 2016

    Merecen de la sociedad el reconocimiento

    Por supuesto, desde el título de mi colaboración de este domingo vengo usurpando lo dicho por otras personas. Y es que cuando tienes oportunidad de escuchar historias, ideas, conceptos y testimonios que valen la pena, solo hay que transcribir lo que uno pueda recordar. He de dar el crédito de lo que bien pueda plasmar aquí a la gente de la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID), de aquello que no refleje el grato sabor de boca que aún guarda mi ser, la culpa es solo mía.

    Resulta que, en días pasados, la UNID Saltillo dio a conocer el resultado de un proyecto hecho durante el primer cuatrimestre de 2016: Nuestros Héroes. Se trataba de que algunos grupos de alumnos de carrera, identificaran personas de su comunidad que fueran un testimonio de entrega a los demás, de nobleza, de altruismo, de humanidad. De ahí, habrían de realizar una investigación para luego producir un documento audiovisual mostrando las virtudes y los hechos de sus nominados, cortometrajes que los invitados disfrutamos en una sala de cine, para que al final, la dirección de la UNID otorgara un reconocimiento a esos héroes descubiertos por los equipos de estudiantes.

    Conocimos desde el desmedido y decidido apoyo que a sus vecinos y compañeros de trabajo ofrece desinteresadamente una madre soltera, humilde despachadora en una gasolinera, hasta la fundación Luchando Por Ángeles Pequeños, que ha traspasado fronteras para enseñarnos entre muchas otras cosas que, si bien sabemos que existen terribles padecimientos que no son contagiosos y que una sola persona carga físicamente con ellos, el heroísmo sí que se contagia, y es ahí donde se multiplican aquellos que nos inspiran, como ha sido el caso de los padres del pequeño Luis Pablo. Del tío Benito, cuya entrega a su familia desde una actitud de servicio, buen trato y alegría, hacen que sus allegados lo reconozcan como un símbolo de la bondad y de la generosidad, hasta la maestra Karina, quien pacientemente acopia entre sus allegados y más allá diversos bienes materiales dependiendo de las necesidades del momento, bienes que luego hace llegar hasta a los ejidos, colonias y comunidades más pobres y apartadas.

    También conocimos los esfuerzos de una incluyente organización estudiantil que coordina los trabajos de universitarios de distintas instituciones, quienes, preocupados por su entorno, buscan como apoyar a sus comunidades en diferentes frentes, y han encontrado el evasivo punto común entre ellos, tomando con seriedad y compromiso la responsabilidad que por su privilegiada situación de estudiantes, la sociedad demanda de ellos; se reconoció la entrega de Pascale Aussuer, activista originaria de Francia, quien se empeña para que nuestros hermanos que vienen del sur del país o de centroamerica,  encuentren a su paso por Saltillo no solo el importantísimo techo y alimento que en Casa del Migrante obtienen durante su corta estancia, sino también momentos de felicidad, pertenencia y ocio que tan valiosos son para el ser humano durante la vida entera. Y claro que, fue muy satisfactorio ver a mi comadre Roxana Hidalgo recibir también un reconocimiento por su extraordinaria labor como fundadora al frente de Corazones Rojos, movimiento adscrito a mi parroquia, Santa María Reina, cuyo apostolado de acompañar a los enfermos y sus familiares durante sus convalecencias, ha sumado más de un centenar de voluntarios que semana tras semana visitan, platican, y llevan la comunión a quienes no pueden salir de casa por estar combatiendo alguna enfermedad.

    Además de las asignaturas y parámetros académicos que toda institución educativa debe observar, fue muy gratificante saber que en la UNID están al pendiente de dotar a sus egresados de una conciencia social que frecuentemente olvidamos en cualquier ámbito formativo. Dan en el blanco por partida doble cuando piensan que ante un mercado laboral donde los aspirantes están cada vez mejor preparados en cuanto a conocimientos, idiomas, tecnología y andar por el mundo, la diferencia que hoy observan y toman en cuenta los reclutadores se basa en el compromiso social de los universitarios para con su comunidad, con su país, con nuestro mundo.

    Saber identificar y reconocer a esos Héroes sin Capa que fueron galardonados por alumnos, maestros y directivos hace unos días, pone en el mismo nivel de sus premiados a quienes hicieron posible el proyecto. Sin duda, todos los involucrados en ese proyecto de la UNID, merecen de la sociedad el reconocimiento y mote que a otros dieron: Héroes.

    cesarelizondov@gmail.com

     

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