Viven saltillenses la fiesta de los muertos

Saltillo
/ 3 noviembre 2015

Dejan saltillenses la nostalgia a un lado y convierten el Día de los Fieles Difuntos en una ‘fiesta’ familiar

La tambora y las tubas resonaron en los panteones de la ciudad; los familiares de los difuntos decidieron llevarles a sus seres queridos lo que más les gustaba en vida: la música.

Canciones como “Cruz de madera”, “Descansa, campeón”, “Qué falta me hace mi padre” y “El puño de tierra” fueron las más solicitadas.

Y es que las personas no quieren ponerse tristes, prefieren inyectarle algo de alegría al 2 de noviembre que es cuando se celebra a los fieles difuntos.

Cientos de personas llegaron a ver a sus familiares que aunque ya están bajo tierra, para ellas siguen presentes. Las entradas de los panteones resultaron insuficientes y el tráfico vial “enloqueció” tanto que algunas calles aledañas fueron cerradas, lo que aprovecharon los ambulantes para colocar la vendimia de las típicas flores y hasta gorditas, aguas frescas, nachos, pan y pizza.

En frente de una tumba rodeada de familiares, en el Panteón Santo Cristo, los músicos de Tamborazo Zacatecano le cantaban a un señor que en vida le encantaba la música norteña.

Acudieron a varias contrataciones de personas que decidieron llevarle un “fara, fara” a sus familiares muertos. José Antonio Torres, representante del grupo, señaló que para ellos es muy común que la gente los busque cada año para el 2 de noviembre y que cuando no llegan a tener contrataciones, basta con que acudan a un panteón y de inmediato la gente les pide que les canten por un ahora o más a sus difuntos. 

En cada parte del panteón no faltaba el sonido de la música, pues al parecer este año fueron más los que recurrieron a los grupos para honrar la memoria de sus muertos.

En el Panteón Santiago la música también fue llevada a los que ya no nos acompañan, pues Los Huicholes amenizaron la reunión de una familia junto a la tumba de su ser querido. Le tocaron “Cielito lindo”, que era una de las que más le gustaban. 

Algunos pusieron en las tumbas aquella comida que a sus muertos les fascinaba, otros las decoraron con objetos que les agradaban en vida, como la de Angelito, un pequeño de cinco años que partió al cielo muy pronto, le pusieron carritos y le dibujaron una pista.

Otros pintaban las tumbas, las decoraban y le cambiaban las flores. En fin, visitar a los fieles difuntos es una tradición que no muere.


¿Y la venta de flores?

Los vendedores de flores señalaron que las ventas fueron buenas en este Día de Muertos, pues la gente sigue con la tradición de ofrecérselas a sus difuntos.

Aunque por la mañana ya había gente, por la tarde esperaban la llegada de más personas, por lo que calcularon ventas totales.

El costo de los arreglos varía según la flor y el tamaño, hay desde 60 hasta 200 pesos, la mayoría se lleva los que no son tan costosos y aquellos que tienen las posibilidades, compran los más grandes para sus difuntos.


Entérese

> Los panteones Santiago, San Esteban y Santo Cristo fueron los más visitados.

> Las visitas a los panteones iniciaron desde el pasado sábado.

> Aunque no fue día de asueto, los camposantos lucieron a “reventar” todo el día.

> No se reportó ningúna contingencia.

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