Japoneses preparan lluvia de estrellas artificiales
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Sin riesgo alguno en la superficie terrestre, el proyecto es un intento de estudiar el comportamiento de los meteoritos y las características de la reentrada, al mismo tiempo que se crea un buen espectáculo.
Una 'start-up' japonesa planea llevar a cabo espectáculos de lluvias de meteoros artificiales, disparando meteoritos hacia la Tierra vía micro-satélite.
Sin riesgo alguno en la superficie terrestre, el proyecto es un intento de estudiar el comportamiento de los meteoritos y las características de la reentrada, al mismo tiempo que se crea un buen espectáculo.
El proyecto 'Sky canvas' es creación de Lena Okajima, fundadora de la empresa de 'entretenimiento en el espacio' (ALE), que está financiando el proyecto.
"Estoy muy entusiasmada con este proyecto, no sólo porque transformará mi sueño de infancia en una realidad, sino también porque puede contribuir a la investigación científica fundamental en una nueva forma sin depender de fondos públicos y donaciones", explica Okajima en el sitio web de ALE.
Las primeras pruebas y un primer lanzamiento de satélite con un transportista aún no anunciado podrían ocurrir en la segunda mitad de 2017, con otro lanzamiento al año, cada año siguiente.
La carga útil meteórica se transportará a órbita terrestre baja a bordo de un pequeño dispensador cúbico de 50 x 50 centímetros cúbicos. Diferentes asteroides arderán en color azul, naranja y verde.
Pruebas de laboratorio sugieren que los meteoritos artificiales deben ser visibles desde unos 200 kilómetros de distancia. Dicho dispensador de satélite llevará unos 300-500 gránulos. Con un meteoro por segundo, esa demostración duraría de cinco a poco más de ocho minutos de duración.
Una prueba llevada a cabo en el laboratorio verificó que el brillo de los gránulos debería estar alrededor de una magnitud aparente de -0.86, un poco más débil que la estrella más brillante del cielo Sirius, a magnitud -1.5.
En cuanto al precio del espectáculo, el precio rondará aproximadamente ocho millones de dólares, ya que una lluvia de meteoritos artificiales se descompone a unos 16 mil dólares por meteorito.
El plan es colocar el satélite de 50 kilogramos (completamente cargado) en una órbita sol-síncrona. Se trata de una órbita polar retrógrada muy inclinada, también favorecida por los satélites de espionaje de observación de la Tierra.
El sistema también tendrá la capacidad de 'abortar el tiempo' unos 100 minutos antes del evento en caso de mal tiempo. Una vez en órbita terrestre baja, dicho satélite orbitará al planeta una vez cada 90 minutos.