La gratitud, el mayor predictor de felicidad
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Decir “gracias” tiene efectos positivos en nuestra salud y en el bienestar de otras personas
Un proverbio chino dice “cuando bebas agua, recuerda la fuente.” Las cosas y las personas que comparten algo en nuestra vida nos aportan algo y nos permiten darles algo. ¿Cuántas veces nos enfocamos en… “no me dieron tal”, “me trataron de esta forma”, “Yo esperaba que las cosas…”? y así podemos seguir con miles de frases. Enfocándonos en las expectativas, generando rencores, juzgando y sintiéndonos víctimas de las circunstancias, en vez de agradecer lo poco o mucho que otra persona nos da. Que poco o mucho, es algo valioso y ese algo puede significar todo para quien te lo ha dado.
Cuando una persona disfruta, valora y se siente agradecido (no merecedor por sus dones propios) de cada cosa que recibe o cada persona que está en su vida, vive desde un plano de compasión y de abundancia. Cuando uno ve constantemente las bendiciones y las agradece, comienza a ver más de las mismas. Cuando uno sólo ve juicio, compara y sólo piensa y repite cómo una constante “no me dan lo que merezco”… comienza a ver más de lo mismo y se va encerrando en ese plano de juicio, poca compasión, egoísmo y soberbia. Y de ahí, nada bueno puede salir. La realidad es que nadie tiene la obligación da darnos y hacer cosas por nosotros, ya que somos adultos y los únicos responsables de nuestra vida y nuestra felicidad.
¿Quieres generar un cambio profundo en tu vida? Comienza por agradecer.
Ser agradecido es una bendición y una virtud que se cultiva diariamente
Cuando te sientes contento por las cosas que están sucediendo, experimentas gratitud. La gratitud siempre se siente por algo, la sentimos hacia otros; nuestros seres queridos, personas desconocidas o hacia Dios. Willbard Ruch afirma que la gratitud tiene un impacto positivo en la persona y en su felicidad, ya que es la que más se asocia como fundamento de la plenitud de vida. Es cierto que nos sentimos más felices cuándo pensamos en las maravillas que tenemos que en lo que no tenemos (las carencias) y también es cierto que al serlo, generas un incremento en tu felicidad.
Servir a otros es lo más maravilloso que podemos hacer porque nos genera un sentimiento de utilidad y de paz interior al entregarnos a los demás. La gratitud entre las relaciones personales tiene un efecto grandioso e incrementa la integración real en todos los ámbitos (familiar, amistoso y laboral).
¿Por qué y por quiénes en tu vida, estás agradecido?
Permite recordar las personas y las cosas que tienes en tu vida. Esto te ayuda a reconocer la belleza de las cosas y a apreciar las cosas pequeñas de la vida que en ocasiones damos por hecho. Dale las GRACIAS a Dios, a tus padres, tus seres queridos, todas las personas que te han nutrido y dado en tu vida. Nunca des por hecho lo que tienes, porque has recibido bastante y mucho más que otros.
Escribir sobre las cosas y personas, por los cuales nos sentimos agradecidos nos relaja, nos hace sentir bendecidos y nos permite ver desde otra perspectiva nuestras situaciones. Dar las gracias nos nutre a nosotros y a quien las recibe.
Dedica un momento y piensa en tantas cosas. Desde tu corazón siente ese agradecimiento y dilo en voz alta:
Hoy me siento agradecido por (cosas, situaciones, experiencias, personas…)
Hoy me siento agradecido por “Hoy agradezco todo lo que soy y lo que tengo. Las oportunidades maravillosas que tengo de dar y de recibir. Soy una persona agradecida y consciente de lo que existe en mi. Hoy me renuevo, escucho mi corazón y soy agradecido con Dios y con la vida. Agradezco la oportunidad de darme a otros y las maravillas que he recibido a lo largo de mi vida. Vibro y vivo desde el agradecimiento.”
Apreciar la vida y reconocer las maravillas que tenemos nos hace más amables con nosotros mismos y con los demás. Nos genera pertenencia y confianza con las personas con las que tratamos. Solo cuando seamos plenamente agradecidos por lo que tenemos, podremos atraer y valorar los dones más maravillosos. Ojalá dejemos de esperar, soltemos todo rencor y enojo, y valoremos y agradezcamos todo lo que nuestros seres queridos, familia, oportunidades, Dios y la vida misma, nos han permitido recibir y disfrutar.