La salud preescrita del adulto

Vida
/ 10 noviembre 2015

Ser prematuro, haber sido tratado con antibióticos por infecciones neonatales o problemas de placenta de la madre que afectan a la circulación cerebral del feto son algunas de las circunstancias que inciden en la capacidad del niño para desarrollar totalmente su potencial

El destino del adulto, en términos de salud, está escrito en su nacimiento e, incluso, en alguna proporción en el embarazo de la madre, asegura en una entrevista el doctor Paolo Manzini, copresidente del comité científico del Congreso Mundial de Medicina Perinatal, que se celebra en Madrid.

Y lo explica de esta manera: “Cada uno de nosotros nace de la barriga de su madre con una cuenta bancaria de mil euros y los profesionales sanitarios tenemos que cuidar que no se gaste ese saldo hasta que el niño se convierta en un adulto de cincuenta años”.

Precisamente la posibilidad de prevenir enfermedades que afecten en la edad adulta (diabetes, hipertensión…) y que tienen su origen en la primera etapa de la vida es uno de los ejes del Congreso, en el que se han dado cita más de 2 mil 500 expertos en medicina materna, fetal y neonatal procedentes de 90 países.

Ser prematuro, haber sido tratado con antibióticos por infecciones neonatales o problemas de placenta de la madre que afectan a la circulación cerebral del feto son algunas de las circunstancias que inciden en la capacidad del niño para desarrollar totalmente su potencial.

¿Cómo prevenirlo? Con un conjunto de medidas tales como seguir los protocolos establecidos en los embarazos y programas de cribado genéticos o logrando que el niño nazca a término y en caso de que sea prematuro, intentando evitar las enfermedades típicas que padecen estos bebés y que producen un daño que se mantiene por años.

El doctor Manzini insiste en que “todo nace y se desarrolla desde el embarazo y el nacimiento” y lamenta que “no lo tengan claro” los que gestionan la salud pública y los que tienen que desarrollar las políticas sanitarias.

A su juicio, hay que “gestionar” el embarazo y el nacimiento “de una manera equilibrada, conjunta y coherente entre obstetras y neonatólogos”. Se trata de cuidar al feto y al niño parta cuidar al adulto.

Entre las principales novedades que se han presentado en el congreso destaca el uso de terapias con células madre para abordar el daño cerebral en recién nacidos y las enfermedades respiratorias crónicas en prematuros.

“Es muy ilusionante y probablemente es el futuro, pero no es el presente, ya que todavía estamos lejos de una implementación práctica en la cama del paciente”, asegura este neonatólogo. Estas terapias se basan en la reparación y sustitución de las células dañadas y “pueden cambiar el destino de esos niños”.

Aunque advierte de que hay que tener cuidado a la hora de transmitir este tipo de información, el doctor Manzoni subraya que “la meta final, la ilusión que todos tenemos” es que niños con daño cerebral que pueden llegar a ser minusválidos con este tipo de terapias no lo sean. EFE

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