Madres centroamericanas llegarán a México en búsqueda de sus hijos desaparecidos
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48 mujeres provenientes de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua conformarán la XI Caravana de la Esperanza; recorrerán siete estados hasta llegar al Distrito Federal
El Progreso. Unas 48 madres de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua viajarán el 30 de noviembre a México como parte de la XI Caravana de la Esperanza, en busca de hijos desaparecidos en la ruta migratoria entre Centroamérica y Estados Unidos.
Las madres recorrerán siete estados de México hasta llegar al Distrito Federal en busca de sus hijos desaparecidos, dijo a Efe en El Progreso, departamento de Yoro, norte de Honduras, la presidenta del Comité de Familiares Migrantes Desaparecidos de El Progreso (Cofamipro), Rosa Nelly Santos.
“Son madres que llevan años sufriendo por hijos desaparecidos, pero no pierden la esperanza de encontrarlos vivos o muertos”, subrayó la titular del Cofamipro, un organismo privado que espera que el Gobierno les ayude facilitándoles a las hondureñas un autobús hasta la frontera con México.
El drama y dolor de las madres del Cofamiproes el mismo de muchas otras de El Salvador, Guatemala y Nicaragua que han perdido a uno, dos o más hijos u otros familiares en la peligrosa ruta migratoria que comienza en la frontera entre Guatemala y México.
Esa ruta representa la vida o la muerte para muchos migrantes que en busca de empleo o familiares que viven de manera legal o ilegal en Estados Unidos se aventuran a viajar.
Muchas de las madres de las Caravanas de la Esperanza nunca supieron qué es despedir a un pariente en un aeropuerto internacional viajando legalmente, con visa, sin exponer su vida.
La XI Caravana de la Esperanza, que concluirá el 19 de diciembre, la integrarán doce mujeres de cada uno de los cuatro países centroamericanos que se reunirán en El Ceibo, punto fronterizo entre Guatemala y México.
Santos explicó que el centro que preside trabaja “con la gente que se va para el norte, con familias que vienen a poner denuncias de que un hijo, hermano, madre, padre o sobrino se fue y no han vuelto a saber de ellos”.
Hay madres que llevan seis meses; uno, dos y hasta cinco años ignorando el paradero de sus hijos.
El Cofamipro, que inició en septiembre de 1999 como un proyecto del programa radial “Sin Fronteras”, ahora bajo el nombre “Abriendo Fronteras, que se transmite por Radio Progreso, ha documentado desde entonces unos 900 casos de hondureños desaparecidos, entre hombres y mujeres.
“De esos 900, tenemos 480 casos sin ninguna pista, lo que angustia más a sus familiares porque se sabe que en esa ruta muchos centroamericanos son víctimas de crímenes, violaciones sexuales, robo, asaltos o mueren al caer de trenes, sin que se vuelva a saber de ellos”, añadió Santos.
En otros casos, los migrantes fueron asesinados tras haber llegado a Honduras, deportados de Estados Unidos o México, según registros del Cofamipro y otros organismos públicos y privados.
En lo que respecta a las mujeres migrantes, que siempre son menos en cantidad que los hombres que se arriesgan a viajar, estas son las más afectadas, porque si no pueden pagar a los “coyotes” que cobran por llevarlas hasta Estados Unidos, muchas son violadas sexualmente.
Otras terminan siendo explotadas en burdeles, según diversos testimonios de algunas de las mismas migrantes que fueron víctimas de violación u obligadas a prostituirse.
Algunas incluso quedan embarazadas producto de una violación en la ruta migratoria, en la busca de un sueño americano que se les convierte en pesadilla desde antes de llegar a la frontera entre Guatemala y México.
El Cofamipro, según indicó Santos, ha recibido denuncias de casos de mujeres que fueron violadas en el camino, pero por respeto a sus derechos humanos no se hacen públicos.
Muchas de las mujeres para evitar salir embarazadas por violación, se aplican una inyección cuyo efecto puede durar unos tres meses, tiempo que les puede llevar cruzar el territorio mexicano hasta llegar a Estados Unidos, añadió Santos.
La inyección para prevenir un embarazo es conocida entre las migrantes centroamericanas como la “Anti-México”.
Casos de violaciones sexuales en la ruta migratoria han trascendido a través de un programa que transmite Radio Progreso, dirigida por jesuitas.
Algunas han relatado que ante el riesgo de un embarazo se aplicaron la inyección antes de emprender el incierto viaje.
Para atender a las mujeres que retornan deportadas, el Cofamipro tiene a su disposición una sicóloga y una abogada.
El más de un millón de migrantes hondureños en el exterior, en su mayoría en Estados Unidos, envían a su país remesas familiares por unos 3 mil millones de dólares al año.