México: El abismo de la desigualdad

Vida
/ 2 diciembre 2015

Los panelistas concluyeron que los problemas de la desigualdad en México son producto de políticas públicas que rezagan y mantienen a la población estancada

GUADALAJARA.- La desigualdad es una condena a perpetuidad que arrastra México desde antaño y parece carente de fecha para saldarse. Este fue el tema de discusión en el que los ponentes llegaron a la conclusión de que el desarrollo igualitario en el país, tiene un muro forjado en políticas públicas de cartón.

Durante la tarde del lunes, se llevó a cabo la mesa ‘México: el abismo de la desigualdad’, donde en las voces de los sociólogos Gerardo Esquivel, Gonzalo Hernández Licona y Rolando Cordera, así como los curas ‘indómitos’ Raúl Vera y Alejandro Solalinde, moderados por Hector Raul Solís, argumentaron sobre el problema en cuestion.

Esquivel, aseguró que la desigualdad es una condición cuya base fundamental es la politica, que acentúa el problema con políticas publicas que benefician a ciertos sectores en especifico.

En cifras destacó que ese sector esta constituido por el 10% de la poblacion mexicana, quienes obtienen alrededor del 60% del ingreso total del país, dos terceras partes de la riqueza totral nacional (valor de activos, empresas, bonos, joyas, cuentas de cheques…) y son poseedores del 21% del ingreso producido por los mexicanos.

Entérese: Salman Rushdie: Sediento de ficción seria Añadió que este sector esta liderado por cuatro hombres clave: Carlos Slim, German Larrea, Alberto Bailleres y Ricardo Salinas Pliego, quienes se ven beneficiados por politicas que denostan una mala regulacion del sector financiero en el pais, con ejemplos especificos como la falta de regalias por la substracción de recursos en el pais, y bajos impuestor por patrimonio, capital, dividendo, ISR y herencia que a baja escala afectan al resto de la poblacion.

Para el, lo mas alarmante de la situacion es que este esquema de desigualdad no es natural, y afecta principalmente a la región sur del país, a las mujeres y a los indigenas.

Hernández Licona por su parte, aseguró que México es un país en el que la desigualdad resalta desde cualquier tipo de cifra e información que se analice, por lo que investigaciones históricas, sociológicas, antropológicas y económicas son correctas, pues cada una arroja alguno de los muchos factores que benefician a la desigualdad.

Aun asi, destacó que en México, en este rubro es fácil evidenciar una desigualdad que se atañe a la exclusión por el poder, y que aunque es difícil definir un origen, la exlusión de la participación, los argumentos raros y condiciones etnicas, sociales y de género son recurrentes en los análisis de por que ocurre la desigualdad.

Lea más: Fernando del Paso: 'Es muy chido aprender a leer bien y estar leyendo toda la vida' “Estamos buscando formas de asignación de recursos y en el proceso siempre nos apegamos a que esto es exlusión y agandalle”, señaló Licona.

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Añadió que los supuestos esfuerzos de políticas sociales y públicas, denominadas de programas de beneficiarios, indican un patrón de ‘dar cositas’ a los pobres manteniéndolos en su condición sin opciones de desarrollo, cuando la verdadera solución debería ser una política de acceso a los derechos humanos.

Para Rolando Cordera, Mexico es un país con una sociedad que tiene un gran conocimiento de si misma, lo que ha generado el fenómeno de que “nunca se ha hablado tanto de un tema y se ha hecho tan poco”.

Manifestó que lo de México es un reinado de la desigualdad que arrastra una historia de dos siglos, con manifiesto en la opinión del Baron de Humboldt, quien al visitar México en el siglo XIX, expresó nunca haber visto un país tan desigual en el mundo.

Entérese: FIL 2015: ríos de personas y libros ¿Cómo ha permanecido esta situación durante tanto tiempo? Para Cordera el tren viaja en cada sexenio.

Con un supuesto desarrollo expresado en la gran calidad de exportación del país, grandes ciudades desérticas convertidas en zonas industriales, en vez de desaparecer, la pobreza crece cada vez más y sólo cambia de piel,  particularmente entre la actual población juvenil del país.

Pidió que se alcance el momento de admitir que es esta condición de subordinados de la política social, es la que ha minado el desarrollo y mantiene el crecimiento de la desigualdad.

El obispo Raúl Vera Lopez, mencionó que lo que se pierden los estudiosos y las estructuras gubernamentales, es a las personas que deben ser el objeto de acciones acostumbrándonos a las cifras.

Lea más: 7 cosas en las que necesitas invertir a los veinte años, para ser rico a los cincuenta Mencionó también que las acciones que empoderan la desigualdad en México son desiciones premeditadas que a pesar de los problemas que representan, son igual puestas en marcha.

“Aquí en México si una persona gana el salario minimo ya esta viviendo en pobreza, y si comparte ese salario con alguien ya es pobreza extrema. Ese salario lo deciden los senadores y diputados de antemano”, mencionó.

Aseguró que es una desgracia que las cosas sean hechas cuando ya se tiene conocimiento del impacto y las consecuentas que van a tener.

“Las políticas en México son el preceso de una transformación estructural violenta que está ejerciendo el estado sobre los ciudadanos”, dijo Vera, señalando que no es una casualidad que las tácticas de este sector resulten en prácticas de empobrecimiento y exclusión, particularmente a causa de la trasnacionalización de la economía.

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Entérese: México emite primer timbre postal con temática rupestre “Las empresas trasnacionales, son la desviación del poder gubernamental para facilitar lo que los extranjeros quieren venir a hacer. ¿Cómo no van a venir a invertir a Mexico si lo que quieren hacer es enriquecerse rápidamente. Eso es lo que pienso cuando el gobernador de Coahuila dice que lleva inversión al estado. Lo escandaloso no es las diferencias entre los ricos, sino lo que hacen para enriquecerse”, aseguro.

Añadió que la solución es crear una constitución naciente de la población, antes de que los recursos del país se terminen.

Para cerrar la mesa, el cura Alejandro Solalinde, señaló que tanto el capitalismo como la iglesia son la estructura de que esta pecera parezca algo normal, ya que ambos genrean desigualdad y exclusión.

Mencionó que mientras para el capitalismo Dios es el dinero, para la iglesia sigue siendo el estado del Vaticano, que aunque su actual líder trata de arrancar estas bases, sigue siendo un estado monárquico.

Lea más: "Besar al detective”, nueva novela de Élmer Mendoza Recordó que el modelo de aquel joven que vino a la tierra hace dos mil años, era el de que “para ser el más chingón, había que ponerse abajo para servirlos a todos”, haciendo del poder una estructura de pirámide invertida que con el paso de los siglos fue trastornado por el estado eclesiástico.

Aseguró que estas pirámides generan patrones que mantienen vigencias culturales fundamentales que mantienen a los católicos dentro de la esfera de la desigualdad, poniendo como ejemplo el sinónimo entre catolicismo y machismo, cuando en realidad para él, María es una pieza fundamental de la iglesia primitiva, aunque le parece más difícil retirar el pensamiento capitalista.

Ante todo menciono que lo que hace falta es una reforma de la iglesia que debería ser una institución sin cara y en la que la mujer debe entrar, invertir la pirámide para que quien quiera ser el primero, sea el último e invertir en educación y salud.

“México necesita adoptar el modelo cristiano que Cristo nos propone, no del Cristo oficial, sino del que esta ahí en los evangelios, que es increíble, que es un joven maravilloso que vale la pena rescatar”, finalizó el cura Alejandro Solalinde.

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> En la mesa participaron los sociólogos Gerardo Esquivel, Gonzalo Hernández Licona y Rolando Cordera.udg

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