Montan en Congreso de Coahuila altar de muertos en honor a Horacio del Bosque Dávila
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En tal homenaje estuvieron Georgina Leal de del Bosque, esposa del político fallecido en julio de 2010, así como sus hijos Horacio y Miguel Ángel del Bosque Leal y su hermana Luz Elena del Bosque.
Saltillo.- Por primera vez en el Congreso del Estado se montó un altar de muertos y se hizo en homenaje de Horacio del Bosque Dávila, quien fue el primer presidente de la Junta del Poder Legislativo de Coahuila, del 1 de enero de 2006 al 31 de diciembre de 2008.
En tal homenaje estuvieron Georgina Leal de del Bosque, esposa del político fallecido en julio de 2010, así como sus hijos Horacio y Miguel Ángel del Bosque Leal y su hermana Luz Elena del Bosque.
En el altar, además de la fotografía del homenajeado, fueron colocadas algunas de sus pertenencias que “retrataron” algo de la personalidad de Del Bosque Dávila, como unos tenis con los que participó en varias carreras, medallas ganadas durante su participación en ellas e incluso los números de corredor con los que compitió.
También, dado que le gustaba la música mexicana, se incluyeron algunos discos compactos y un cancionero, así como unos bongós, libros y hasta apuntes hechos por el propio Del Bosque Dávila en su fase como legislador.
Junto con los familiares del político, encabezaron el acto José María Fraustro Siller, actual presidente de la Junta de Gobierno, y legisladores locales.
Al intervenir, Fraustro Siller recordó a Del Bosque Dávila como un hombre inolvidable, bueno, con mucho oficio en el servicio público y en el campo de la política.
Por primera vez en el Congreso del Estado se instaló un altar de muertos dedicado a la memoria de Horacio del Bosque. Se colocaron sus tenis, medallas, números de participación en carreras y fotografías, así como bongos, discos de música mexicana y su inseparable cancionero, para recordar sus dos grandes pasiones: el deporte y la música.
Nos reflejan a Horacio el amigo. Muchos lo recordamos como un hombre ameno, siempre dispuesto a dar una palabra de aliento, un hombre que disfrutaba a sus amigos, a su tiempo y que además era gran cantante. Cómo olvidar su melodía predilecta ‘El diablo y yo’”, dijo Fraustro Siller.
Señaló que el homenajeado fue un hombre deportista, sano, disciplinado, que siempre vivió día a día con plenitud y fue ejemplo de esfuerzo y dedicación.
“Lo recordamos como legislador. Muchos lo recuerdan como un gran jefe en su paso por la Junta de Gobierno; fue un hombre conciliador, con atención, con ese gran oficio político que lo caracterizó; logró conducirse con respeto, promotor del diálogo y de acuerdos”.