No solicito, exijo
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Podría solicitar o pedir —pero lo cambio por exigir— al gobernador Jaime Rodríguez Calderón que luche por desaparecer la Comisión de Transparencia y Acceso a la Información (CFAI). Si, así de radical.
Para nada estoy faltando el respeto al Gobernador. Solo me aseguro comunicarme con precisión. Directo al corazón, por Nuevo León. ¿Le entra o no a esta iniciativa?
No crea el señor Gobernador que reacciono indignado porque es una CFAI autocomplaciente, cara y aberrantemente improductiva.
No, no, no. Los comisionados tienen como excusa válida que el Congreso no ha hecho los nombramientos faltantes para que puedan sesionar.
Tampoco piense me asombran o incomodan los bonos de desempeño o el doble aguinaldo. La falta de pena o vergüenza ya es muy usual. Quizá se están aprovechando porque saben que el tendajo podría cerrar sus puertas pronto —si convenzo con lo que voy a exponer enseguida.
Mi exigencia tiene dos sustentos. La Comisión no sirve; y mi expertise en la materia: Been there, done that.
La transparencia es el valor supremo de la Gobernanza Siglo 21. Significa acceso a los actos del gobierno, inclusive mientras suceden. Es la transparencia —en vivo y a todo color. Ya transcurrido el evento, ninguna comisión puede hacer algo para reponerla. La flecha del tiempo, dijo Eddington, viaja en una sola dirección.
Hablando de vivencias: el Gobierno de “El Bronco” ha sido muy transparente. En eso nada ha tenido que ver la CFAINL. Es difícil torcerle el brazo a un Gobernador para que sea decente a este grado. La prueba está que muchos estados siguen opacos y siguen tirando dinero. Usan las Comisiones para crear una apariencia engañosa. Aclarando: para garantizar transparencia como vivencia, ninguna CFAI va a servir jamás. Si para colmo esas comisiones solo emiten “recomendaciones” con mayor razón.
No termina aquí el asunto. Transparencia también significa claridad, acceso fácil y fluidez en relación a los documentos que se producen. Que la información sea entendible y que fluya libremente, sin estorbos. No se vale escribir en código. Tampoco que se usen sistemas de contabilidad indescifrables para el hombre de la calle, lo cual sigue sucediendo.
Desgraciadamente, en su aspecto de acceso a la información documental, la CFAI, al igual que su papá federal, el IFAI, tomaron el camino de las soluciones burocratizadas, costosas y sumamente ineficientes, por no decir ineficaces a morir. Luego, luego, el edificiote, las oficinotas, el gastazo en publicidad. A todo esto exijo ponerle fin. ¡Ya!
Si para obtener un documento público cualquiera, tenemos que seguir un trámite que genere un expediente numerado, con firmas, sellos y procedimientos en forma de juicio, entonces salimos perdiendo por todos lados. Considero un crimen aún no tipificado tirar tanto dinero de impuestos tan a lo pen... tonto.
Último argumento: la lana. El CFAINL nos cuesta cerca de 45 millones anuales. Sirve para nada. Solo genera costoso papeleo. Nos cuesta lo que cuesta a Texas, pero sin la eficacia. Ah, y Texas pesa diez veces más. Si en NL tiene cuatro meses sin operar y nadie se ha muerto por ello, entonces ¿eso qué nos dice?
Conclusión: el problema de transparencia es de voluntad política, real y demostrable. Si esa existe, entonces la Comisión sale sobrando. Si no existe, la Comisión no solo sobra, sino cobra y estorba. Yo creo que ya más claro no se puede. Para dudas, abajo está mi correo.
Exijo, pero propongo. Desaparecer esta burro-cracia y a cambio asegurar transparencia como un “producto natural” de un sistema de buen gobierno, ordenado, y que de acceso a documentos electrónicos, en claro rechazo al papeleo. La red, señor Gobernador.
Usar internet. Desmantelar todas las burocracias por obsoletas e improductivas. No sean gachos con Nuevo León. Por eso no lo solicito, lo exijo y espero que todos nos lo exijamos a nosotros mismos.
javierlivas@prodigy.net.mx