Pues resulta que Moreira ya tiene su pasaporte

Politicón
/ 3 febrero 2016

¿Y ahora? ¿Cómo debe calificarse el episodio de los 19 días entre el súbito encarcelamiento y la virtual exoneración de Humberto Moreira en Madrid? ¿Qué fue de la admirada justicia española, la que sometió a Pinochet, dobló a la familia del Rey y estaría por anotarle un gol fenomenal a Messi? ¿En qué acaba la lección que nos darían los españoles de cómo judicializar con ejemplar eficacia el, como lo llaman unos en México, “evidente caso de corrupción” del exgobernador de Coahuila, expresidente del PRI?

No veo a mucha gente haciendo esas preguntas. No escucho las voces de quienes después de la detención del 15 de enero tocaron las fanfarrias para celebrar a la fiscalía anticorrupción española por desnudar a la embarazada justicia mexicana, incapaz de revertir la impunidad en el círculo del presidente Peña Nieto y sus amigos.

Quizá Moreira sea un sinvergüenza de siete suelas, pero ¿qué pasó en Madrid? A juzgar por los hechos, por lo que sí ocurrió, por lo que ya ocurrió, parece una atrocidad. Madrid subraya que la investigación está abierta y que la estrategia de la fiscalía terminará encarcelándolo por blanqueo de capitales, malversación de caudales públicos, cohecho y organización criminal. Pero Madrid no ha podido documentar más que depósitos legales durante el año de estancia del coahuilense en Barcelona por la nada extraordinaria cantidad de unos 15 mil euros mensuales.

Madrid hizo creer que la investigación venía de Estados Unidos. Todo indica que no es así. Madrid apresó a Moreira como si se tratara del peligroso delincuente de cuello blanco de una de las exitosas series de televisión. Pero Madrid debió soltarlo a los siete días. Y Madrid no tuvo parque para apelar el auto de libertad.

“Estoy muy contento, muy tranquilo, muy en paz”, dijo ayer Moreira luego de  recoger su pasaporte en la Audiencia Nacional de Madrid, a donde llegó solo y su alma, y de donde se marchó en un taxi, como un ciudadano que acudía a pagar una multa de tránsito. 

Sé que no es de buen gusto decirlo: la justicia española intentó fundir a Moreira en una prisión, aunque tuviera únicamente el registro de transferencias de baja monta entre sus cuentas; intentó fundirlo con un recurso propio de las malas causas. De peor gusto es escribir por tercera vez en tres semanas que, por lo pronto, Moreira está limpio.

Si lo desea, esta noche puede dormir en Saltillo, Cuernavaca, la Ciudad de México.
¿Y ahora?

MENOS DE 140  Ya no inventen, mi proyecto es, como independiente, tratar de ser candidato a Senador por Sinaloa en 2018: Manuel Clouthier.

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