Razones para conservar tus tradiciones familiares

Vida
/ 12 noviembre 2015

Una familia que conserva buenas tradiciones ancestrales, será sin duda una familia más fuerte y unida.

Por Elizabeth González Torres, Familias.com

Recién pasó el día de muertos, o de Todos los Santos. Es una de las tradiciones más antiguas y místicas que aún conservan cientos de familias mexicanas y latinoamericanas. Las celebraciones que se llevan a cabo los días 1 y 2 de noviembre permiten conjuntar –según el origen de esta bella tradición prehispánica- el mundo de los vivos con el mundo de los muertos bajo un mismo plano.

Se dice que en estas fechas las familias pueden reunirse para recibir, con flores, comida y veladoras a aquellos seres queridos que han cruzado el velo de la muerte. Sin embargo –e independientemente de lo que se pueda creer y pensar–, esta tradición ancestral ha sido y sigue siendo una sana forma de convivencia para muchas familias.

Es a través de esta "antigua y –para algunos– aburrida celebración", que niños y jóvenes llegan a conocer de verdad las historias y los rostros de sus tatarabuelos, bisabuelos y demás familiares fallecidos. Mediante esta costumbre generaciones completas entrelazan sus vidas y corazones más allá de la distancia, el tiempo, e incluso la muerte.

Por supuesto, esa no es la única tradición que une a la familia. En breve en los Estados Unidos celebrarán el día de acción de gracias, y después viene la Navidad. El hecho es que el tener buenas tradiciones ancestrales –sin importar tu país de origen, tu familia, tus creencias y el tipo de tradición– es una excelente forma de lograr una mayor unidad familiar entre tus hijos y los seres a quienes amas. No obstante, mantener vigentes esas reuniones o actividades especiales que han caracterizado a tu familia por años puede resultar todo un desafío en esta época en la que las "viejas costumbres" han quedado rebasadas por modernas atracciones.

Si tú o tus hijos han olvidado o están a punto de abandonar aquellas buenas tradiciones ancestrales que tus abuelos y padres te heredaron, te enlisto enseguida cuatro importantes razones por las que debes retomarlas y conservarlas para siempre:

1. Convivir nunca pasa de moda

Las familias y las tradiciones que nacen al convivir han existido –prácticamente– desde siempre y para siempre. A pesar del tiempo y las dificultades que este mundo nos presenta, no podemos negar que la convivencia familiar sigue siendo una parte fundamental de la vida de cualquier ser humano.

Así es que permítete a ti mismo descubrir por qué esas buenas tradiciones ancestrales de tu familia no deben de ser olvidadas. Date el tiempo y el espacio de disfrutar esos momentos especiales, que traen consigo el gran gozo y amor familiar que nunca pasa de moda.

2. Enseñan lecciones de vida

Mediante las tradiciones ancestrales –como el Día de Muertos en México y otros países latinoamericanos– muchos llegan a conocer las ejemplares historias de sus antepasados y demás familiares. Son precisamente estas ocasiones en las que los niños, jóvenes y no tan jóvenes de la familia pueden aprender de los aciertos y errores de sus seres queridos. Quizás sea que, a partir de éstas, tomen mejores decisiones e incluso, cambien patrones. Escuchar las anécdotas y vivencias de aquellos abuelos, primos o tíos que no conociste puede ser enriquecedor no sólo para ti, sino para tus hijos y familia en general.

3. Fortaleza y unidad familiar

Una familia que conserva buenas tradiciones será, sin duda, una familia más fuerte y unida. Las tradiciones son el alimento que da fortaleza a esos lazos familiares que te unen a tu ascendencia y descendencia. Es a través de esas sanas costumbres que puedes permanecer enlazado con toda tu familia.

4. Reencuentro espiritual para tus generaciones

Tal como se piensa en la celebración de Día de Muertos, las tradiciones ancestrales pueden generar verdaderamente una conexión espiritual entre todos los miembros de la familia. No importan si están vivos o muertos, a través de la práctica de estas tradiciones pueden llegar a conocerse y a amarse con intensidad.

Recuerda que al final de la vida ellos seguirán siendo tu familia y quizás –puedes pensar que sólo quizás– algún día deban de reencontrarse en otro lugar, en otro tiempo y en otro espacio.

Finalmente, concédete la oportunidad de ver cómo las distintas generaciones de tu familia –que te han antecedido y te precederán– se unifican en un mismo corazón, bajo un mismo amor y en una misma tradición.

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