Responsabilidad Global, Reformas y la Ley de Transición Energética

Politicón
/ 7 diciembre 2015

El andamiaje de las reformas emprendidas en el País van más allá en sus beneficios actuales en tarifas, tendremos fuentes de energía más limpias y generadoras de empleo en el futuro inmediato.

Durante la presente administración, México ha sido protagonista en la cooperación internacional en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello, México ha implementado los instrumentos necesarios para lograr sus objetivos y compromisos. En primer lugar, la reforma energética implementa un mercado eléctrico, antes no existente, lo cual permite que diferentes tecnologías de generación tengan acceso a suministrar energía con base en su eficiencia relativa y permitir a usuarios denominados calificados entablar relaciones de suministro de largo plazo con generadores lo cual da certidumbre a proyectos de fuentes renovables.

A partir de ello, se ha creado un esquema de instrumentos basados en incentivos de mercado, desde el 2013 se ha establecido un impuesto al carbono que es aplicable a los combustibles fósiles con emisiones mayores a las del gas natural y la Ley de Transición Energética (LTE) culmina tales instrumentos estableciendo los Certificados de Energía Limpia (CEL). Es así que se tienen en mecanismo eficiente para que se cumplan los compromisos que México se ha obligado, siendo el primer país en desarrollo en comprometer a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en 22% y de carbono en 51% para el año 2030. De igual forma México se ha comprometido generar el 35% de su energía que consume de fuentes renovables o limpias para el año 2024 y el 43% para el año 2030. Para lograr tales objetivos la LTE es fundamental sea aprobada, como lo hizo el Senado, y que en Diputados lo será por segunda ocasión.

Los CEL son instrumentos financieros que transfieren ingresos a los generadores de fuentes renovables y que deberán ser usados por los participantes obligados (consumidores) para cubrir sus obligaciones de consumo de energía de fuentes limpias. El otorgamiento, compra, venta y liquidación de CEL se realizarán mediante abonos y débitos a las cuentas de los generadores limpios, suministradores y participantes voluntarios en el registro administrado por la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Cada mes todo generador de energía de fuentes renovables, por ejemplo de fuente eólica, al generar electricidad crea CELs y que la CRE registra, con base a esta emisión los sujetos obligados, todos aquellos que consuman electricidad, los adquieren conforme a sus obligaciones de consumo de energía limpia en el mercado de CELs, los comercializan entre sí conforme a sus necesidades, si les “sobran” o “faltan”, y los “utilizan” o “liquidan” al consumir su electricidad. Este proceso se realizará en forma mensual. Los que no cumplan con su tenencia de CEL se harán acreedores de multas por no consumir energía limpia conforme a los compromisos. 

La LTE ha generado cierta oposición por parte de  grupos industriales, que serán los sujetos obligados bajo la Ley, argumentando que se pretende condicionar el crecimiento del país al uso de energías limpias, que México, dicen, no tiene y que requerirán inversiones que podrían destinarse a la generación de empleos y afirman que las obligaciones tendrán un costo considerable en la energía eléctrica que será pagado por la industria y todos los consumidores.

Tales argumentos carecen de fundamento dado los siguientes hechos: i) la inversión en generación de fuentes renovables contribuye como cualquier otra actividad de generación de energía a la formación de capital y generación de empleo y por tanto al crecimiento, ii) que los costos de generación de fuentes renovables actualmente son competitivos respecto a las tecnologías de generación convencionales basadas en combustibles fósiles, por ejemplo existen plantas de generación solar con costos de hasta 5.84 centavos de dólar por kilowatt y de generación eólica de cerca de 4 centavos por kwh lo que los ubica al igual que los niveles inferiores del costo de las plantas de gas natural, iii) México tienen una gran diversidad de potencial para energías renovables, como lo demuestran los actuales proyectos eólicos que no se limitan al Istmo, sino que ahora se ubican en entidades como Baja California, Coahuila y Puebla, estados de gran potencial eólico, por lo que habrá suficiente atracción de inversiones de gran escala en eólica y solar. En el 2013 la participación de renovables en la capacidad instalada era del 22%, de las cuales, eólica tenía el 2.5% y la hidroeléctrica el 18%, cifras que contradicen el afirmar que en México no existe potencial para que la energía de fuentes renovables siga creciendo.

Cabe señalar que en materia de consumo de energía el transporte es el reto más importante, la reforma energética también actuará a favor de mejorar las gasolinas disponibles a contenidos ultra bajos azufre al liberalizar el mercado de gasolinas que se expendan en México, pero también hace falta un cambio en la cultura laboral, en metrópolis como la Ciudad de México, la administración pública y el sector privado y social  deberían explotar los beneficios de las telecomunicaciones y favorecer el trabajo remoto en lugar del arcaico desplazamiento y presencia en oficinas cuando la productividad no necesariamente depende del lugar en donde se trabaja.

Sin duda las reformas, y sobre todo la energética, tienen beneficios que van más allá de menores precios domésticos, hacen posible que México contribuya al abatimiento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero sin que esto comprometa su competitividad, al contrario, incentiva el cambio tecnológico en generación, la formación de capital, el uso eficiente de la energía por parte de la industria, e incluso que esta pueda participar no sólo como consumidor sino como generador incursionando en el aprovechamiento de fuentes renovables como algunos grupos industriales están ahora mismo realizando. 

Es por lo anterior que el andamiaje de las reformas emprendidas van más allá en sus beneficios actuales en tarifas, tendremos fuentes de energía más limpias y generadoras de empleo en el futuro inmediato, como lo hace ahora los países industrializados tales como la Unión Europea que tiene 1.2 millones de empleos relacionados directamente con energía renovable, Estados Unidos con 724 mil, y en economías emergentes como China con 3.4 millones y Brasil con 934 mil empleos. Lo que demuestra que la inversión en energía de fuentes renovables son consistentes con la creación de empleo. Así como el Gobierno Federal la reformado el marco institucional del sector energético y ha asumido compromisos de vanguardia en el ámbito global, toca al sector privado demostrar que puede ser más eficiente, en cómo se genera y en como consume la energía para el crecimiento de México.

rtovar@itam.mx

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